Deadly boxing (One piece, Law-Ace)

Capítulo 25: Vida o muerte

¡Las doce de la noche! Bepo se había ido a dormir finalmente a la habitación de al lado, pero él se mantenía en la enfermería. Su estado era crítico, su pulmón podía fallar en cualquier momento y la medicación tardaría en hacer efecto.

Law miró el monitor de la máquina. Le indicaba que por ahora estaba estable pero... tenía que mantenerle sedado. No había dejado de pensar ni un segundo cuándo o el momento exacto en que su pulmón debió encharcarse. ¿Cuánto había aguantado ahogándose él mismo? No estaba así cuando entró a la jaula. Intentaba recordar todo el combate, uno a uno los bloqueos que él hizo, los golpes que asestó, los golpes que recibió y dónde. No había recibido ninguno en el pulmón, la mayoría fueron directos a su rostro, ahora hinchado y amoratado.

Su labio se había partido pero ya no sangraba. Su ojo derecho... era como un balón de fútbol salvo por el color morado. Le había sacado placas y mostraba claramente un edema pulmonar. ¿Cuándo le había ocurrido aquello?

Llevó su mano hasta la de Ace. Estaba fría, reposando sobre la sábana de la camilla. Por un instante, echó la mano atrás cuando estaba a punto de tocarla. Sentía que no debía hacerlo pero... otra parte de él le decía que lo hiciera, que quizá sí podía escucharle, podía sentirle. Se armó de valor y apoyó su mano sobre el dorso de la de Ace.

- Ace, vamos... sé que aún puedes luchar, venga... puedes salir de ésta.

¡Demasiado grave! ¿Por qué hizo una locura semejante? Se había entregado voluntariamente a Doflamingo por su hermano y ahora... se moría. ¿Qué iba a hacer con su hermano? Era libre. ¡Genial! ¿Y qué iba a hacer ahora con ese crío? ¿Le abría la puerta y le daba un puntapié para que se marchase? ¿Se lo dejaba a Sabo? ¡Sabo! También se había pasado con él.

Desde que escuchó su alocada idea de sacar a Luffy de allí primero, se había enfrascado en una disputa con él por miedo a que algo le ocurriera a Ace, ahora el miedo ya estaba allí. Ace se debatía entre la vida y la muerte en esa camilla.

Acarició su mano. Estaban dañadas. Sus nudillos tenían costras por las heridas de los golpes que dio. Aunque no sangraban, estaban ásperas, heridas y doloridas. Realmente... ese ángel desaparecía cuando entraba en la jaula. Era un chico realmente atractivo, con un rostro muy inocente que podía atraer la atención de cualquiera, pero estaba tan herido que nadie vería lo especial que era en realidad.

- Law, deberías ir a descansar. Te reemplazo – suspiró Bepo.

- No, estoy bien. Vuelve a dormir.

- Law, déjame ayudarte, por favor. Puedo...

Los pitidos de la máquina se intensificaron. ¡Tenía una crisis! No podía respirar. Law se apresuró a buscar una de las jeringuillas. Con ayuda de Bepo, voltearon un poco el cuerpo de Ace hasta que Law pudo clavar la jeringuilla. Los diuréticos tardarían un poco en hacer efecto pero su pulmón seguía demasiado colapsado. Por eso mismo, empezó a extraer algo de líquido directamente de su pulmón a la jeringuilla.

- Ya está – susurró Law -. ¿Pulso?

- Sigue bajando.

- Maldita sea, vamos, Ace. ¡Joder! – se quejó Law – aguanta un poco, sólo...

- Law... no sube.

- Dame otra jeringuilla – ordenó, tirando la anterior en el lavamanos. La recogería más tarde.

Bepo soltó el cuerpo de Ace, siendo sostenido por Law durante unos segundos mientras su compañero buscaba otra jeringuilla y la preparaba. Los pitidos se intensificaban, su pulso seguía bajando y aunque Bepo ya volvía a sostener el cuerpo de Ace para que Law pudiera clavar la siguiente jeringuilla, se notaba que esa batalla la estaban perdiendo.