Capítulo 30: Sin tacto.

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Corría hacia el recinto de pelea, pero cuando llegó, vio cómo sacaban a Ace de la jaula. Doflamingo no estaba entre el público, de hecho, bajaba de una de las salas privadas donde siempre estaban los nobles. Algo había conseguido para sacar a Ace de allí. Ese tipo tenía siempre estrategias para todo.

- De nada – escuchó a Doflamingo cuando pasó por su lado – aunque tú también podías haber ayudado.

- Estaba en ello.

- Seguro que sí. Yo de ti empezaba a pensar en alguna forma de sacarle de las peleas, porque seguirán metiéndole a la jaula una y otra vez. Al menos hasta que se enteren que está embarazado y cuando lo hagan, lo más probable es que...

- Eliminarán el problema, sí, lo sé. De todas formas, esta vez te debo una, aunque no me guste.

- Tampoco te creas demasiado, ese crío podría ser mío – sonrió Doflamingo.

No le gustó la afirmación, pero sabía que podía ser cierto. De todas formas, tenía demasiados asuntos pendientes. Primero, Sabo y su idea de rescate fallida, por lo que tendría que seguir fingiendo esa maldita relación que le alejaba de Ace. Era complicado y por más que se repitiera que era para sacarle vivo de allí, se le hacía difícil mantener la mentira. Por otra lado, su hermanita, obsesionada con Ace, con la cual debería hablar en algún momento, sobre todo si resultaba que ese niño que esperaba, era suyo y no de Doflamingo. Eso irritaría y con razón a Lami. Para sumar más problemas... Bepo y la mentira en la analítica. No le había contado que Ace estaba embarazado y ahora tenía este problema. Todo se derrumbaba cuando parecía salir un pequeño rayo de esperanza.

- Voy a llevarle a la enfermería – dijo Law – otra vez.

- Ace no sale de la enfermería.

- Lo dices como si a mí me gustase esa maldita idea, ya querría yo que estuviera perfectamente.

Era absurdo pero tenía razón. Ace siempre estaba en la enfermería y no era una vida fácil estar siempre a disposición de los médicos. Su vida era un asco y el boxeo en esa jaula le estaba destrozando aún más. Para su mejor suerte... ahora embarazado. ¡Ese chico no tenía suerte alguna!

Apoyó la mano contra la pared y agachó la cabeza un segundo. Necesitaba pensar con frialdad, pero estaba demasiado cabreado con toda la situación como para relajarse y tratar de serenarse.

- ¡Maldita sea! – se quejó antes de cerrar el puño y darle a la pared.

Empezó a caminar hacia Ace, alejando a toda la gente a su alrededor hasta conseguir agarrar su brazo. Los guardias le observaron, al igual que Ace lo hizo al sentir el agarre.

- Se viene conmigo.

Su tono hizo que todo el cuerpo de Ace temblase ante un escalofrío. Parecía enfadado. ¿Habría descubierto ya lo que ocurría? Law siempre acababa enterándose de todo y no sabía cómo lo hacía, pero... allí estaba una vez más y de mal humor.

Los guardias no se lo impidieron al ver que el noble afirmaba con la cabeza desde la altura. Al fin y al cabo, era el médico, pocas veces le negarían el poder llevarse a un esclavo, ya fuera tanto para curarle o revisarle algo, como para su disfrute personal, así lo veía el noble. Seguramente... Law llamaba tantas veces a ese chico porque le atraía sexualmente. No hacía saltar sus alarmas.

- Law... yo puedo...

- Cállate, no quiero saber nada ahora mismo. Cada vez que abres la boca es para mentirme – se quejó.

- Entiendo que estés enfadado pero... es que no sabes...

- ¿No sé qué? – empotró a Ace contra una de las paredes cuando salió de la visión de los demás -. ¿Te crees que soy idiota? ¿Que me puedes... me podéis engañar con una analítica falsa?

Deadly boxing (One piece, Law-Ace)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora