Capítulo 20

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Pasaron minutos, horas y días. Se encontraban a tan solo dos de su viaje a Australia y ambos jurarían haber vivido los momentos más intensos entre ambos en la cama sobre la que estaban reposando ahora mismo. bueno, en la cama, en la encimera, en la bañera, en el sofá y en una infinidad de rincones de esa casa. Estaban súper felices y viviendo un momento maravilloso, especial y muy verdadero.

Menos para amaia, la chica aún no había contado nada y eso le reconcomía cada vez más. Pero lo tenía claro, iba a aprender a vivir con esa mentira hasta que no existiera, hasta que se terminase el contrato. Sbaía que no era lo que debía hacer pero sí lo que ella quería y su instinto le decía.

No quería que Alfred pensase que todo lo que siente es una mentira y no soportaría volver a alejarse de él.

Ambos remolonearon en la cama horas y horas hasta que decidieron levantarse, desayunar e ir al estudio a ver el final de sus proyectos. Ya había fecha de salida de ambos y no podían estar más orgullos de sí mismos y el uno del otro. No podían querer más lo que estaban haciendo y quererse más entre ellos.


- Ya solo falta que lo publiquéis en vuestra redes sociales aunque - dijo Tinet dirigiéndose a ambos- siempre podéis crear un poco de hipe, eso a la gente le mola - intentó bromear.
Alfred rió y Amaia fingió. Solo quería lanzar esto lo antes posible. Aquí tenéis los días. El hombre les entregó a cada uno un sobre con sus nombres escénicos: Alfred por una parte y Aro por otra.

Sonrieron, todo era maravilloso hasta que amaia vio la fecha de Alfred

- ¿Él un mes y medio antes? - dijo cogiendo el papel alucinada.

- ¿Tienes algún problema, señorita? - espetó su jefe.

- Sí, claro que tengo un problema - dijo molesta.

Estaba enfurecida por el tema de la fecha pero mucho más molesta por el tema del contrato pero claro, no lo iba a decir

- ¿Qué problema? - dijo mirando desafiante a la chica Tinet.

Él lo sabía, se imaginaba por dónde iba.

- Que es mucho tiempo mi fecha, es de aquí mucho, la suya es normal, ¿no habría ninguna posibilidad de alentar la mía? - preguntó con decepción.

- ¿Qué tienes alguna prisa, jovencita? - volvió a decir el hombre

'Claro que tengo prisa, terminar toda relación con tu maldito contrato'

- Claro que sí - comenzó a explicar - mis fans están ansiosos, quieren nueva música, nueva Aro. Si continúo esperando se me van a comer - dijo apenada.

- Yo creo que esperarán con ansia y ya está, no te preocupes - intentó consolarla su jefe.

- ¿No podría esperar un mes o medio? ¡es que es mucho tiempo! - volvió a quejarse.

- ¡Amaia! - gritó Tinet - basta ya de tonterías, no eres una niña pequeña. Sabes perfectamente que si lo sacáis con menos de un mes y medio de diferencia, cuando de uno el boom el otro estará comenzando a sonar apenas y os autosabotearéis en los premios, listas y fans. Perderemos todos dinero con dos pedazo de proyectos que tenemos, ¿es lo que quieres? - sentenció el hombre.

Amaia, cabizbaja, se secó una lágrima fruto de la rabia y la impotencia y, sin decir nada, salió corriendo dirección al baño.

Alfred, que lo había contemplado todo, sin decir ni una sola palabra, corrió en su búsqueda.

Entró al baño de mujeres y supo, de inmediato, dónde estaba. Sobre todo, por los sollozos que se escuchaban.

- Amaix, sal por favor - rogó tras tocar mil veces - ¿sabes? Esto me recuerda al primer día, ¿a ti no? Y ese saliste así que, este no va a ser menos, ¡venga! - le dijo animándole.

Trato hecho | ALMAIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora