Simple.
Había sido sin duda una mala idea.
Madara bufo estresado mientras acunaba en sus brazos a un pequeño bebe Uchiha que lloriqueaba en su hombro altamente. Era una cosita diminuta, vestido con una ropa de una sola pieza azul claro, de piel blanca, mejillas redondas y rosadas, y con unos ojitos negros llenos de lagrimitas producto de un raspón en la rodilla. Sus pequeñas manitas halaban las largas hebras negras del mayor como tratando de desahogar toda su frustración y rabia infantil, cosa que producía que la migraña aumentara en exceso. Y claro, el escándalo que tenían los otros bebes también contribuía mucho a eso.
-¡No Shisui, yo quiero darle de comer al pollo!- Gritaba su alumno mientras trataba de arrebatarle el ave al otro. El pobre halcón era halado por sus alas por los dos chicos, se agitaba vigorosamente y graznaba tan alto que casi era ensordecedor.
-¡Me toca a mí Itachi-baka! ¡Dámelo!
-¡Cuaaaackkk!- lloriqueo el pobre ave cuando Shisui comenzó a halarlo con más fuerza ahora por una pata.
-¡No! ¡Es mío ¡Dame a mi maldito pollo!- Itachi imito el mismo movimiento solo que con su otra mano la aferro a su plumaje café claro. Casi podía ver las lágrimas emanar de los ojos del animal.
-¡Buaaah, quedo galleta Madadaaa!- y mientras trataban de picar su ave por la mitad, el pequeño Sasuke agitaba las piernitas y halaba aún más duro el cabello del mayor.
Había sido sin duda una mala idea adoptar a Sasuke e Itachi. La casa entera, su hermosa e inmaculada casa estaba llena de juguetes, papeles, trozos de pastel, galletas, dango, los muebles estaban llenos de chocolate, y las paredes blancas habían sido decoradas por garabatos producto del exceso de creatividad de Sasuke. Un desastre. La cocina estaba abarrotada de platos sucios y un enorme charco de leche que justamente aquel bebe derramo. Un absoluto desastre.
No había pasado ni una semana desde que fue a buscar al bebe, y ya se estaba volviendo completamente loco, todo el tiempo estaba haciendo algo, el biberón de Sasuke, la comida, lavar los platos, evitar que él bebe se llevara a la boca todo lo que encontraba por ejemplo, juguetes, zapatos, la pata del pobre halcón, kunai, y demás objetos; proteger que su alumno fuera seducido por la víbora de Shisui, limpiar los desastres que hacia él bebe cuando comía, bañarlo, limpiarlo, nuevamente evitar que mordiera al halcón...
-¡Deténganse ustedes dos pequeños demonios!-Les grito mientras arrebataba al pobre animal de sus manos y lo acunaba en su otro brazo. Mala idea al instante un chibi Sasuke le brillaron los ojos y le lanzo sus pequeños dientes a un ala-¡No muerdas a mi puta ave!!-Regaño al niño. Otra mala idea, el pequeño al escuchar ese rudo tono de voz, frunció el ceño, hizo un puchero e inmediatamente volvió a llorar, esta vez más escandalosa-No llores, vamos no era cierto...
-¡Buaaaaah! ¡Nooo! ¡Quelo pollo!
-¡Que no es un maldito pollo!
-¡BUAAAAHH!
Madara bufo exasperado, ¿Por qué nadie le dijo lo difícil que era ser padre? Él bebe no paraba de llorar histérico y solo se calmó cuando afortunadamente Itachi encontró el chupón azul y se lo llevo a la boca, inmediatamente Sasuke cerro sus ojos y chupo aquel objeto con violencia que parecía relajarlo sin embargo de vez en vez emitía adorables lloriqueos. Soltó un suspiro de paz a pesar que las pequeñas manitas seguían aferradas como garras a sus mechones.
Miro a los otros dos adolescentes, estaban despeinados, llenos de tierra y sudor, con sus ropas manchadas de chocolate. Shisui le sonreía divertido. Ese pequeño demonio cuando escucho la noticia que Madara estaba adoptando niños el mismo se le presento a la casa con un documento de adopción y le dijo de la forma más descarda "Se mi mami". Por supuesto le dijo que no, y le hizo comer aquel papel, pero eso no evito que el chico decidiera pasar unas vacaciones en su casa...Iba a volverse loco.
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Dulces Rivales.
RandomEran rivales, se supone que se deben odiarse a muerte, que los gritos solo debían de figurar en el campo de batalla, y no en la cama. Pero a veces, las cosas no son lo que todos creen, o al menos, no fue lo que Madara Uchiha creyó de su mortal enemi...