"Perspectivas"

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Hola, joven. Seguro te preguntarás el porqué de esta plática tan... repentina. Lo siento, es que te vi aquí solito y pensé que sería buena idea charlar un poco. Además, el señor Marco tuvo que irse a su cita con el doctor, parece ser que está pescando un resfriado, pero a su edad eso es bastante peligroso si no se cuida bien.

¡Oh! Lo siento, ¿dónde están mis modales? Yo soy la sirvienta Thomas, pero puedes llamarme Jackie. Apuesto lo que sea a que Marco apenas te habló sobre nosotros, los que le ayudamos a no morir. Si bien es cierto que no nos vemos tan a menudo en el día, a veces olvida cuando sí lo hacemos, ¿estás al pendiente de su enfermedad? Esa es la causa.

Ese terrible mal del cerebro le ha hecho mucho  a lo largo de su vida, y todo por una chica llamada Star. Seguramente es la persona de la que te ha hablado todo este tiempo, ¿no? Es que él la tenía en muy alta estima, la quería mucho. Lamento su accidente, bueno, siempre lo hice, pero ahora es cuando más dolor me da.

Es que es totalmente terrible que haya olvidado tantas cosas sobre tantos temas... tantas personas. Me duele reconocer que él apenas sabe quién soy. Lo único que conoce, o mejor aún, lo único que recuerda de mí es que me llamo Gianna, cosa que no es cierto. ¡Me llamo Jackie! ¿Alguna vez te habló de mi? ¡Exacto! Se siente mal el pasar toda tu vida junto a alguien a quien quieres tanto, ¡para que al final mande al basurero todos los recuerdos tan hermosos y ni siquiera se acuerde de ti!

Perdón, perdón. No quería ponerme así. ¿Ves lo que te digo? Aquella estúpida enfermedad no hizo mas que traer mal, aunque bueno, no es que las enfermedades hagan bien. El punto es que ahora convivo con él bajo el manto de Gianna, pues es lo único que quiero que sepa. Sí, sí, ya intenté hacerle recordar, pero me tachó de loca y soy la única en este grupo que de verdad le tiene un poco de cariño a Marco.

Lo sé, yo tampoco tengo ya la edad para cuidar de otra persona, pero él es muy especial para mí, pues crecí junto a él. Lo estimo mucho, es una de las personas más importantes de mi vida y sería capaz de hacer muchas cosas por él. Su corazón es muy grande, pero su cerebro es muy pequeño.

Déjame contarte una historia, un recuerdo muy doloroso sobre nosotros, sobre Marco y yo. Lo haré como él suele hacerlo contigo, luce entretenido y te aseguro que es muy interesante.

Bueno...

Era una nublada y horrible tarde de invierno, parecía que iba a llover en cualquier momento y el viento arrastraba algunas hojas de árboles y periódicos sueltos que habían sido abandonados. Por la calle circulaban pocos autos, pues al ser domingo la mayoría de personas no habían ido a trabajar y decidían quedarse en sus casas a descansar.

Ni bien le pagué al chofer del taxi cuando crucé la calle en menos de dos segundos para llegar cuanto antes al hospital. Había recibido una llamada de Star en la que me dijo que Marco se había accidentado gravemente y tuvo que llevarlo a la sala de urgencias para que fuera tratado. Me llamó sollozando y totalmente alterada, apenas podía controlar su respiración y en cualquier momento parecía que iba a colapsar de los nervios.

Por poco me atropella un ciclista que pasó frente a mí por la acera, pero seguí corriendo hasta llegar a la puerta del edificio. Entré, e inmediatamente después localicé la sala de emergencias, donde había menos gente de lo que esperaba, sólo vi a cinco personas. Llegué a donde estaba la recepcionista y de inmediato pregunté por Marco, se negó a darme esa información y me impidió pasar sin un permiso o algo así.

Seguí discutiendo con el agente malvado de la burocracia cuando escuché que una voz conocida gritaba mi nombre. Giré la cabeza en la dirección de la que provenía el sonido y vi a Star acercándose rápidamente.

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