La Vuelta al Mundo en una Vida

"Princesa"

Recuerdo ese día como si fuera ayer, uno de pocos que veo con lucidez. Me encontraba en el salón de clases, sólo habían otros seis compañeros en el aula. Tal vez era porque yo solía llegar muy puntual a los lugares, o era que el profesor y los demás alumnos se tardaban o tenían flojera, yo que sé. El punto era que el salón estaba casi vacío. Uno que otro jugaba en su celular en una de las esquinas donde hubiera algún enchufe en el que pudieras conectar el cargador de los aparatos, el resto estaban haciendo una bolita de gente entre amigos. Yo me encontraba leyendo un libro, "100 años de soledad" creo que era.

Para evitar escuchar el cuchicheo de mis compañeros me coloqué los audífonos y reproduje alguna canción de Guns N' Roses, la música me ayudaba a concentrarme, además de que yo no soy tan metiche como para entrometerme en pláticas ajenas. Sin embargo pude ver como una chica del grupito me miraba de reojo con una sonrisa en el rostro. ¿Acaso hablaban de mí y ella se burló? ¿Acaso le gusto? Sea como fuere, no pude evitar sonrojarme. Nunca fui bueno con las chicas y, a decir verdad, tampoco es que haya tenido tanta experiencia con ellas. Eso no tenía relevancia, la única mujer que me interesaba de verdad era Star Butterfly, mi mejor amiga desde la secundaria.

Tal vez eran sus brillantes ojos zafiro, su sonrisa perfecta o su larga cabellera rubia lo que me atraía. No. Era algo más, llevo ya mucho tiempo conociéndola como para darme cuenta de que lo que me gusta de ella no es su aspecto físico, que vaya, es hermosa, eso no lo discute nadie, pero lo que hizo que me interesara en ella era su carácter. De personalidad espontánea y alegre, pero dura e inquebrantable. Todo desarrollado a partir de las tragedias que sufrió: sus padres se estaban divorciando y debía vivir con sus abuelos, además de que habían rumores de que su novio, Thomas Lucitor, le era infiel.

Supe de mi amorío hacia ella hace años, desde que le comenzaron a crecer los pechos. ¡No! No me refiero a que sus senos provocaron que me gustara, no se hagan malas ideas ¿de acuerdo? Quiero decir que ocurrieron al mismo tiempo. No otra cosa ¿entendido?

Pobre, solían burlarse a sus espaldas de eso, pero siempre la apoyaba y le daba consejos sobre como defenderse, de hecho, recuerdo como se enfrentó a golpes con otra chica con más busto, pero obviamente menos cociente intelectual y belleza. La venció con un solo golpe que yo le enseñé. Recordemos que solía practicar Karate, aunque sólo llegué a cinta roja porque mi maestro era un inútil que no supo como seguir adelante... Ese no es el punto.

¡Ah! Ahora mismo estoy recordando esa escena. Ella entrando al salón con su mochila en la espalda y abrazando un cuaderno, con la mirada gacha y a paso lento. Fue a sentarse a un rincón alejado de los demás. Nadie, aparte de mí, le prestó atención. Me quité los audífonos y cerré el libro. Agarré mis cosas y me acerqué a ella amistosamente, pero sin dejar la intriga.

—hola, Star —la saludé con la mano en el aire. Ella sólo me miró con esos ojos azules profundos.

—hola, Marco... —respondió en un hilo de voz. Me preocupé.

—hey, ¿sucede algo? —le pregunté.

—lo de siempre, tu sabes... —murmuró y miró el suelo—. Más peleas de mis padres.

—si... —suspiré algo incómodo, nunca es fácil tratar ese tipo de temas con las víctimas, así que decidí cambiar de tema—. ¿Te importa si me siento aquí? —señalé la banca a su lado. Ella me sonrió antes de responder.

—tonto, ya conoces la respuesta —se rió un poco—. Esto es lo de todos los días. ¿No podrías simplemente venir y sentarte junto a mi como cualquier persona normal? —la verdad, me impresiona como es capaz de controlar su estado de humor.

—si, sólo una cosa —coloqué mi mochila en el espacio vacío—. Yo no soy normal, ¿lo olvidas? —le mostré una sonrisa, ella respondió negando divertida con la cabeza.