La Vuelta al Mundo en una Vida

"Casilla 2" 2/2

Si, recuerdo perfectamente aquella noche. El trauma que debió pasar fue algo fuerte. Por fortuna, aquél tipo tenía escapando de la policía ya unos meses por otros delitos, por lo que nos aseguraron que iba a estar más de diez años ahí dentro; incluso nos dieron las gracias por haberlo capturado y entregado a la ley. Que loco.

Todos sabíamos los riesgos que corría quien sea por salir solo a esas horas. Podías comprar otras cosas para sustituir lo que sea que hayas perdido, el dinero va y viene, así que no era tanta pérdida si te asaltaban; ¿pero una violación? ¿Cómo puedes olvidar eso? ¿Cómo lo remedias? Simple: no hay manera. Imagina el impacto psicológico que puede llegar a tener... No sé que hubiese pasado de no ser por Fergusson o su celular, fue la única vez que agradecí que él y Alfonso tuvieran una pelea fingida.

Llegué a sentirme demasiado culpable por no acompañarla hasta la puerta de su casa o insistir en que pasase, yo podía cuidarme sola, pues cuando salía esperando llegar tarde llevaba un tazer conmigo; sin embargo, si alguien se sintió realmente mal al respecto, fue Marco.

Luego de que se llevaran al tipo, de que Star se tranquilizara a pesar de su carácter frío e inquebrantable, y que Fergusson tuviera su teléfono de vuelta, acompañamos a Star hasta su hogar. Insistimos en que nos dejase hablar con su madre y con Dave para explicarles lo que sucedió, pero ella nos dijo que debía hacerlo sola. Luego cada quien volvió a su casa.

Una vez en mi departamento, fui directo a mi habitación y me cambié de inmediato a mi pijama, luego, me acosté en mi cama y, aún sin poder parpadear y sin ser capaz de mover ningún músculo de mi cara, intenté asimilar todo lo que había pasado hace menos de una hora a tan sólo veinte metros de mi puerta.

Creí que el dormir me iba a ayudar, pues en ese estado no eres consciente de nada y pensaba que podría pensar con claridad todo en la mañana. Cerré mis ojos con la esperanza de poder tener una larga siesta, pero ya conoces al cuerpo, nunca puede dormir cuando tú quieres. Pasé una hora entera moviéndome de lado a lado, probando distintas posiciones que pensaba que me ayudarían a dormir, pero simplemente no sucedió. Luego, ya harta, tomé mi celular del buró al lado de mi cama, miré unos segundos su negra pantalla, y luego lo encendí. Después de unos momentos viendo la notificación de la llamada perdida de Marco, decidí pulsar el botón de llamar de nuevo. Mientras esperaba, me mentalizaba e intentaba tranquilizarme, pues no sabía cómo lo iba a tomar, si es que no lo sabía ya, claro; y era consciente de que necesitaba que una Jackie calmada se lo dijera. Pasaron pocos tonos antes de que respondiera.

—¿sí?

Contestó, ya no se escuchaba ningún ruido de fondo, al parecer ya estaba en su casa. Su voz sonaba algo gastada, seguramente por estar gritando en la fiesta, sonaba algo somnoliento además de que parecía estar susurrando.

—¿te desperté? —pregunté.

Escuché como bostezaba, así que esperé.

—un poco, pero no importa.

—oh, lo siento.

—te llamé para saber si seguías en la fiesta, pero vi que ya te habías ido. En fin, ¿qué pasó?

—Marco, ¿ya sabes lo que sucedió?

No habló hasta unos momentos después.

—dame un segundo —susurró.

—¿con quién hablas?

Se escuchó una voz de fondo, una chica al parecer.

—con Jackie —le respondió.

—¿qué quiere?

Me quedé fuera de la conversación que yo inicié. Llegué a sentirme un poco incómoda a pesar de ni siquiera verlos.