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Hace ya dos semanas que empezamos la rutina de nuevo, rutina en la que ya me han puesto innumerables trabajos que me hacen ir de culo y rutina que implica ver a Carlos casi todos los días de la semana, no nos hemos dirigido la palabra, pero los dos nos acordamos perfectamente de quienes somos y de nuestra pequeña aventura, más de una vez lo he pillado mirándome de reojo, no le culpo, yo también lo hago.

Lunes, otra vez, Alba y yo nos despertamos, nuestra rutina mañanera siempre es la misma, desayunar vestirnos y coger la moto que nos alternamos para conducir hasta llegar a la universidad donde nos reunimos con Natalia y Maria, ellas se van a la facultad de bellas artes y Mari y yo a la de filología.

Nos dirigimos al aula 2.10, donde nos toca clase con Carlos, encima de ser mi profesor me da la asignatura más importante, lo que implica más horas de clase.

La clase pasa con normalidad, como siempre, yo tomando apuntes mientras María duerme o se distrae con cualquier cosa, realmente te tiene que gustar mucho la literatura clásica para soportar dos horas de esto, ahí está la diferencia, que a María le gusta poco y a mi me encanta, ella está empeñada en que es por Carlos, pero realmente me gusta.

Pensando en esto me viene a la cabeza un recuerdo del crucero, donde pasé horas hablando con Carlos sobre libros, esa noche nos besamos por primera vez, automáticamente sacudo mi cabeza intentando deshacerme de él y gracias a no se que energía el timbre suena y por fin puedo salir de clase, estoy recogiendo mis cosas cuando noto que alguien se planta delante de mi, es Carlos, mierda.

- Señorita Medina, ¿Podría quedarse un momento? Tenemos que hablar del trabajo que me entregó ayer.

¿Señorita Medina? ¿De usted? ¿Pero este en que siglo se ha quedado este?

María me susurra un "Te espero fuera" y yo asiento no muy convencida, cuando la clase se vacía dirijo mi vista, que durante los últimos minutos había estado posada en mi pupitre, hacia el, me mira, pero no me dice nada y se crea un silencio que me da miedo romper, pero aún así lo hago.

- ¿Hay algún problema con mi trabajo?

- No, la verdad es uno de los mejores, te felicito, se que te gusta la asignatura.

- ¿Que quieres entonces?

- Si te soy sincero, me apetecía hablar contigo, no lo hemos hecho desde que nos vimos... ¿Cómo te va todo?

- ¿Enserio Carlos? ¿Me haces esperarme para preguntarme cómo estoy? Tengo muchas cosas que hacer. -Digo dándome media vuelta para irme, sin embargo Carlos me coge del brazo impidiéndomelo.

- Julia, solo quiero saber si estas bien, si todo te ha ido bien.

- Si, todo está bien. -Vuelvo a intentar marcharme, esta vez sin ningún impedimento por su parte.

- Pero... -Le corto desde el marco de la puerta.

- Ah, y no hables de usted a tus alumnos, se van a reír de ti. -Veo como se le escapa una media sonrisa y yo intento esconder la mía.

Salgo a toda prisa de la universidad mientras llamo a María que vaya ella a la siguiente clase, que me voy a mi casa, necesito despejarme y estar sola, ella accede y no me pide detalles, sabe que se lo contaré pero no es el momento, aviso a Alba de que voy ya a casa y que cuando salga de clase ella haga marcha, una vez avisadas me pongo mis cascos y camino hacia mi casa, necesito dar un paseo, miles de recuerdos y rabia invaden mi cabeza.

Flashback.

- No esperaba que vinieras. - Comentó Carlos una vez sentado en frente mío ya con una cerveza para él y un martini para mí en la mesa.

QUÍMICADonde viven las historias. Descúbrelo ahora