El restaurante que había elegido no es muy elegante pero era perfecto para la ocasión.
Francis ordenó un millón de veces los cubiertos chequeando que estuvieran ordenados, todo debe estar perfecto para cuando llegara ella.
Debía crear una especie de plan, como hablaría, sobre qué hablarían, y al último, tal vez decirle sus sentimientos.
No pasó mucho tiempo cuando su pequeño ángel apareció en la puerta del restaurante.
Llevaba un vestido rojo, su larga cabellera rubia estaba sujeta en un moño desecho, pero pequeños mechones caían sobre su cara de una manera delicada.
Ella observaba el lugar con curiosidad.
Francis se levanto de su asiento, dirigiéndose hacia ella con paso firme, pero en sus ojos se visualizaba el temor, temor a su rechazo.El camino hacia ella le pareció eterno y hubiera querido que fuera así, verla hay tan hermosa, hacia que sus mas bajos deseos salieran a flote.
Nunca considero que sus sentimientos fueran pervertidos, pero al ser humano deseaba también que ella fuera solo suya y el solo suyo. En su juventud tuvo diversas relaciones, pero nunca se considero un Don Juan, mas que nada era las mujeres quienes se acercaban a el, así termino casado con Raquel, fue ella quien vino a el, aunque hay veces que el opina que fue al revés.
Luego de una larga carrera; porqué si que le pareció larga; llego donde su ángel.
Rosó ligeramente su hombro desnudo, con miedo que al tocarla se esfumara y quebrara y así despertar de este fantástico sueño, pero no paso;por suerte; Merianto se sobresaltó, pero al ver que era el relajo su mirada.
-Ho..Hola-dijo al fin, su presencia, su porte; si era una majestad
-Hola, profe...-el receptor elevó su mano, haciéndola callar
-Francis, fuera de la escuela llámame Francis-dijo sonriendo
-Muy bien, Francis-dice entre risas"Su risa están hermosa"-piensa, Francis
Mueve su cabeza de un lado a otro aclarando sus ideas. No quería comportarse como un alumno de secundaria, pero tomado en cuenta que ella casi lo era, no estaría mal actuar un poco como uno, aunque, también sabia que ella no tenia ese nivel intelectual.
"Pero ella me hace ser así, es igual como Raquel me hacia sentir..."
Parpadea varias veces, nunca a sido de compara mujeres y no iba hacerlo justo ahora. Esta mal comparar a cualquier ser.
"Ademas ella no tiene comparación"-pensó
Merlina no podía creer que estaba saliendo con su profesor de filosofía, salir con aquel ser que la ayudo en sus momentos mas difíciles, sin embargo, hubo otro que la "ayudo" hace un tiempo y gracias a él se sumergió en la miseria.
Frunce el rostro al recordar a aquel imbécil ¡No! No va permitir que "él" arruine su velada.
Francis la nota fruncir el ceño ¿Que estará pasando por esa cabeza para hacerla ver así? Sea lo que sea, hará que se olvide pronto, no permitirá que ningún pensamiento aflija a su ángel
-¿Va todo bien?-pregunta con su ceño levemente fruncido
Merianto niega con la cabeza
-Si,Francis-pronunciar su nombre de alguna manera hace que se tranquilice-no te preocupes
-Esta bien-dice no muy convencido-¿Nos sentamos?-pregunta ahora nervioso¡¿Como era posible que ella causara tal efecto en él?! ¡Por Dios! Su conciencia no paraba de repetirle que se comportaba como un adolescente, al ser mayor debería mostrase mas maduro y...
-Si-interrumpe sus pensamiento la melodiosa voz de Merianto, que lo hace de la misma manera, es decir nerviosa.
Eso lo hace tranquilizar por lo menos, no sera el único nervioso en esta noche.
En esta perfecta noche.
Perfecta.
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UN CAFÉ CON MI PROFESOR Y SU EX ESPOSA [EDITANDO]
RomanceFrancis y Raquel tienen como unión a la pequeña Atenea, además de una amistad de muchos años y una gran confianza. Pero un día Francis suplica la ayuda de Raquel, para obtener al gran amor de su vida, Merianto y esta accede a ayudarlo. Sin embargo F...