Chapitre Douze

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La voz de Freddie Mercury inundava sus oídos con su sencillo "Radio Ga Ga" una de sus canciones favoritas de Queen.
Merlina sabía que no llegaría tarde, apenas faltaba media hora para que empezaran las clases y ya estaba centímetros del edificio.

Llevaba una sonrisa de comercial de pasta dental.

Hoy iba volver a ver a Francis y tenía en mente armarse de valor para invitarlo a salir.

Si, era un día perfecto.

En la entrada del edificio identifico una espalda ancha y una cabellera rubia como la suya, sólo que ésta tenía tinte verde marino en las puntas.

Reconocería esa apariencia donde fuera, su instinto gritaba que pegar media vuelta, que ninguna clase, ni salida con Francis valía tanto la pena como para volver a ver a ese maldito hijo de puta.
Pero como era de esperarse la rabia se apoderó de ella y a paso ligero con el ceño fruncido fue hacía el intruso.

-¿Se puede saber qué coño haces aquí, Sebastián?-le cuestiona a su exnovio furiosa.

El sujeto se voltea y muestra sus ojos oscuros, como los
de ella.

-¡Mi amor!-dijo alzando los brazos para abrazarla, pero ella lo empujó con furia
-¡Para ya!-No, ahora que todo está yendo más que bien, él no-lárgate Sebastián. Lar-Ga-te-dice entonando cada sílaba

Sebastián también frunce su ceño, pero no le dura, ya que vuelve a tener una sonrisa, seguida de una larga y sonora carcajada.

-Gaby por favor dejemos el pasado atrás, cambié y me di cuenta que te amo y que no sólo necesito pajas contigo. Por favor, te lo suplico,vuelve-dice con ojos de cachorrito

Merlina Antonia ríe con cinismo, ella sabe que no ha cambiado, le a recitado el mismo discurso millones de veces, como para creérselo esta vez.Hubo un momento en el que era estúpida y sin chistar creí en él, pero ahora después del daño que hizo y sumando lo de hace dos años, decidió de una puta vez dejarlo estar.
Sabía que esa salida con Francis el día anterior, iba hacer su vida mejor, tal vez con el dejaría todo atrás y se olvidaría de su pasado, así como un día cambió por Sebas, sólo que esta vez será para bien.

-¡No me vuelvas a llamar Gaby!-anuncio molesta-ese apodo está reservado para mis amigos y personas que me importan y tu Sebastián Augustos Domínguez no estás en ellos.

Merianto quiso dar la conversación como finalizada, pero Sebastián no iba a aceptar un "no" por respuesta, cuando paso por su lado la tomo fuerte de las muñecas y la jaló hacia su pecho, tomo su mentón con la mano libre y la obligó a unir sus labios.

Hace algún tiempo atrás, esa sensación le hubiera encantado, sin embargo ahora era otro tema. Prácticamente le está obligando a amarlo, y Merlina no se dejaba obligar por nadie y mucho menos por un gilipollas que había arruinado su vida.

Sintió el sabor de alcohol en su boca, ¡maldito gilipollas, está ebrio, está borracho!

Ella forcejeaba y forcejeaba, pero sus esfuerzos eran en vano, Sebas era más fuerte que ella y tomando en cuenta que estaba borracho iba a ser lo más.

No se había sorprendido de sentir ese sabor en su boca. Sebas siempre había sido adicto a este y por su culpa ella fue a pasar igual o peor.

Aun recuerda la primera vez que la llevo aun bar con la excusa que la banda de un amigo se presentaría.

Obviamente dicho amigo no existía.

Una.

Dos.

Tres horas habían pasado y la banda no se presentaba, pero para ella la fiesta ya había empezaba, bebió mucho mas de lo que planeaba y ese fue su detonante para llevar una vida de mera miseria, vida que duro un año ¡Un año!, que no fue a la universidad por andar de parranda en parranda.

Tuvo suerte que su padre la apoyara al igual que su prima y madrina, pero desde ese año no quiso volver a ver Sebas por unos meses.

Y solo por unos meses

Seguía forcejeando con aquel borracho que alguna vez amo y deseo desesperadamente, pero que ahora solo sentía asco.Su única opción y que por supuesto saco provecho fue darle una patada en su entrepierna.

Y así lo hizo.

La cara de Sebas fue para una foto.

-Maldita, zorra-gimió a causa del dolor
-Maldito gilipollas!-grito ya cabreada-¡o te alejas o te demandó ante las autoridades, imbécil! ¡¿Que no entiendes que no te quiero volver a ver?!-Tan hermoso que estaba el día y viene el idiota a arruinarlo-

El agujero que creo en su vestimenta superior por el forcejeo de ese imbécil era mas grande de lo que creía, intento areglarlo mientras él se retorcía de dolor en el suelo.

-¡Merlina Antonia!-escucho una voz conocida a lo lejos y al voltear se topó con esos hermosos ojos azules.

UN CAFÉ CON MI PROFESOR Y SU EX ESPOSA [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora