Prólogo

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El hecho de ser policía creo que provoca que ya nada te sorprenda, pero aún así no pude evitar fijarme en todos los ojos de los policías de la estación llenos de sorpresa y acaso eso era ¿diversión? No somos un maldito chiste como para que se rían de nosotros, pero aun así agradezco que lo hagan internamente porque de lo contrario esto sería una motivación para ver si con mi pie en sus malditas caras seguiría su risa... Está bien, acepto que debe ser muy divertido ver a tres padrinos de bodas vestidos como la ocasión lo amerita adornados de lodo, ramas y hojas secas por todos lados. Sin dudas era algo extraño y divertido de ver.

Nos hicieron pasar al típico sector donde te hacen tomar un cartel con tu apellido una serie de números y posar en una foto que te marcaría de por vida en tu expediente conductual. El primero fue BaekHyun, se veía terrible, además de que su delineado se había corrido.

—De frente, luego gira a tu izquierda y finalmente a tu derecha ¿entendiste? —dijo la sargento de policía.

—Sí, pero siendo sincero ¿sabe lo bueno de esto? —Comenzó a hablarle a la policía —es que yo odiaba la foto de mi anuario porque creía que me veía horrible, pero de seguro me veo peor en este momento. Mi odio se fue de vacaciones.

—Solo gira y ya no hables.

Con BaekHyun nos conocimos en la clase del profesor de música Park JungSoo, él quería que niños de 8 años con serios problemas de control y concentración, además de una exagerada dosis de azúcar en el receso anterior, cantaran como un grupo de aves. A lo que le respondí que, si quería voces de aves consiguiera sus propias aves y a nosotros nos dejara en paz. El único que se rio de esto fue BaekHyun, que por cierto casi se orinó en el proceso, y gracias a eso ambos nos quedamos castigados después de clases por dos horas... somos amigos desde entonces.

—Kim MinSeok su turno, es el mismo procedimiento que su amigo —dijo y me acerqué al podio.

—Esto definitivamente irá a mi currículo de experiencia cuando mi carrera de escritor se vaya por el inodoro; experiencia previa "problemas con la autoridad". Suena prometedor ¿no cree? —dije evidenciando mi tono sarcástico.

—Lo mismo que para el señor Byun, ya no hables y haz lo que te pido.

Hice todo y pude dejar a un lado el tablero.

—Zhang YiXing pasa —indicó y ahí fue el pequeño unicornio con los ojos llorosos.

Nuestro dulce YiXing, el único bueno del grupo y la razón por la que estamos aquí. No, no crean que nuestra intención sea culparlo de lo que hicimos, al contrario todo lo hicimos por él y por su felicidad, pero se nos fue de las manos...

Hay que explicarlo mejor; nosotros somos padrinos de boda, pero no como aquellos que quieren al novio como un hermano, quieren que su boda sea perfecta y que sea digna de ser envidiada por todos los cuentos de Disney. No, no, no, no, nosotros somos algo similar a los Ángeles de Charlie, pero con la intención de darte tu merecido por tus malas acciones algo así como los vengadores asiáticos sin poderes.

Bueno de todas maneras creo que lo mejor es comenzar desde un principio hace unos quince años atrás cuando con nosotros había un cuarto integrante en esta extraña hermandad.

En la pequeña ciudad de Jinju existe una enorme y hermosa mansión de color arena con detalles en color blanco marfil, ventanales hermosamente decorados por las cortinas de seda que se podían ver desde fuera y en la entrada una puerta color blanco que hacía lucir la casa mucho más elegante de lo que ya era. Para que se hagan una idea de lo deslumbrante que era aquella mansión ¿has soñado alguna vez que te ganabas la lotería y te comprarías una enorme casa con un hermoso jardín? Bueno, esa casa es similar a la de tus sueños pero más grande y lujosa, incluso esta casa llena de sirvientes que tenía su propio código postal. En esa maravilla de casa vive nuestro querido —nótese el sarcasmo— Shin DakHo, su —horrible— madre y su padrastro —en turno por supuesto—. DakHo era hijo único y eso era bueno, puesto que compartir no estaba en su lenguaje, pero quitar era su mejor cualidad. Hay que admitir que era un encanto a simple vista, pues siempre lucía bien y sus facciones era realmente bellas, podía opacar a quien quisiera con simplemente sonreír, pero la mejor parte era que como él sabía de su belleza su ego crecía mucho más rápido que su estatura. Sin embargo, eso no importaba éramos tan solo unos niños cegados por la magia de esa casa. Solíamos tener tardes de cine con pasteles y galletas caseras, una escalera secreta que empezaba en un gran armario y nos llevaba al patio trasero. Con BaekHyun descubrimos la escalera una tarde cuando jugábamos a las escondidas.

Nos sentíamos afortunados de estar ahí y cuando no, DakHo nos recordaba lo afortunados que éramos por estar ahí. Por eso muchas veces jugábamos nuestra propia versión de las escondidas, en el cual nos ocultábamos de nuestro amigo y escapábamos a otro lugar; era uno bonito debajo de un enorme cerezo que sus pétalos parecían pequeños copos de nieve adornando el paisaje. Luego de unos minutos YiXing se sentía culpable y todos regresábamos para escuchar a DakHo hablar sobre DakHo e inventar historias sobre él mismo. Era su casa, sus reglas y su ego. Lo peor era cuando jugábamos su juego favorito "la boda" y era toda una pesadilla.

—¡Ya me puse mi traje de novio! —gritó DakHo mostrándonos el hermoso traje azul marino con botones dorado digno de un muñeco de pastel de bodas.

BaekHyun y YiXing eran los padrinos yo decidí ser el otro novio, es decir, es una boda tiene que estar el otro novio.

—Esperen ¿Qué es eso? —me apuntó DakHo con cierto desagrado.

—¿No es obvio? soy el otro novio —respondí rápidamente.

—No, no puedes ser el novio ustedes son padrinos de boda.

—Pero es una boda —habló Baekhyun —tiene que estar presente el otro novio.

—¡MADRE! —gritó con su irritante voz de 8 años.

—Tu traje es realmente muy lindo —dijo el dulce de YiXing.

—Obvio que lo es, lo diseñaron exclusivamente para mí.

—Honey, ¿Qué pasa? ¿Qué te hacen estos niños? —ahí llegó la súper heroína de la tarde llena de bótox, la señora Shin, la madre de DakHo.

—No están escuchándome —se quejó.

—Jugamos a la boda, por lo tanto tiene que estar el otro novio —dijo BaekHyun.

—Sí, entiendo, pero el novio no es muy importante —tomó una silla de un costado y extendió su mano hacia mí pidiendo el traje el cual se lo cedí con gusto —gracias MinSeok. Bien aquí está el novio, un muy guapo novio y de una familia muy rica por supuesto.

—Sí mucha gracias, es perfecto —saltó feliz DakHo.

—Y tú eres el novio ideal —le sonrió a su hijo y se fue.

Lo anterior se repitió por mucho tiempo, ya que DakHo decía qué hacer y nosotros lo complacíamos ¿por qué? Jinju es una ciudad pequeña, uno acepta lo que hay y en Jinju de la provincia de Gyeongsang del Sur teníamos al joven Shin DakHo.

Cuando nos graduamos mis padres se mudaron a Seúl y junto a ellos nos fuimos BaekHyun y yo. Me dediqué a la escritura y publicaron un libro mío, se vendió bastante bien para... ser una primera novela, la siguiente viene lenta, muy lentamente. Mi amigo Baek se dedicó al canto y participó en muchos concursos para quedar en alguna agencia. Él cantó algunas veces, fuera..., fuera..., muy fuera de las agencias. No obstante, siempre estuvimos en contacto con YiXing quien nunca quiso irse de Jinju, ya que allí conoció al amor de su vida JunMyeon y estaba loco por él, lo cual, por lo que sabía, era suficiente para nuestro dulce unicornio. Yo no suelo ir mucho a Jinju, por el contrario de BaekHyun que suele ir con bastante frecuencia, lo que es entendible, pues sus padres viven ahí.

Por eso fue que acabé en Jinju la semana pasada cuando BaekHyun me llevó a rastras.

Revenge of the groomsmen [EXO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora