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POV Alienor
Estoy dentro del baño y realmente me emociono, estoy en la misma casa que mi mate, un hombre que parece valer la pena. Mi emoción dura hasta que digo "parece valer la pena".
"Tranquila Alienor, él no es Macías"- Eva dice tratando de devolverme mi emoción pero ahora dudo y ¿si el tampoco es el indicado?
Tomo un baño rápido pues no quiero aprovecharme de la hospitalidad de Asher, me dirijo al lavamanos y veo un vaso con un cepillo de dientes dentro y una pasta a un lado.
Vive solo es lo primero que pienso.
-Posiblemente no tenga una pareja humana-digo para Eva y para mí.
-"Y aunque tuviera una pareja él nos pertenece"- siento a mi loba inquieta.
Escucho como tocan la puerta.
-¿Alienor?- es Asher
"Pues claro estúpida ¿Quién más sería?"- Eva está muy gruñona.
-¿Si?- mi voz sale como la de una colegiala.
Por la Luna no puedo creer que estoy hablando como una colegiala. Carraspeo un poco.
-Emm... te traje ropa para que te cambies, te espero abajo, voy a dejar la ropa aquí en la puerta ¿Si?.
-Claro, gracias.
Escucho que sus pasos se alejan y cuando ya no distingo nada abro lentamente la puerta. Tomo la ropa y la examino.
Una camisa azul.
Jeans azul obscuro.
Ropa interior y unos zapatos de mujer.
Un momento. ¿De donde sacó la ropa interior de mujer?.
Mi loba gruñe y ahora está más ansiosa de marcarlo.
Bien debo calmarme. Analizó de cerca la ropa. Parece nueva. La huelo. Huele a nuevo. ¿Acaso fue a comprarme ropa interior?
Okay esto es más extraño que el echo de que tenga un segundo mate.
Me visto rápidamente y mantengo a Eva en línea para que no suceda nada.
Me dejó guiar por su delicioso olor y llegó a la cocina. Lo veo de espaldas y decido observar un poco más su físico.
Es alto tanto como algunos lobos de mi manada, tiene una complexión delgada, cintura pequeña y espalda ancha, se ve que no hace nada de ejercicio ya que sus músculos no se ven desarrollados pero sus manos son grandes, sus dedos son delgados y largos lo que quiere decir que toca un instrumento, el violín o el piano tal vez.
Se gira y da un pequeño brinco al verme dejando caer una tacita de lo que parece té.
-Disculpa no quería asustarte- camino hacia él y me agacho para levantar los pedazos de la taza.
