Capitulo XXVI

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Pov Alienor

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Pov Alienor

El camino al consejo no era largo por lo que no tardamos más de 5 horas en llegar.

Una vez ahí nos instalaron en dos habitaciones juntas.

-La junta con el consejo será en una hora Alfa- dijo de manera amable y muchacho que nos había recibido.

-Gracias-con esto él se retiró-Samuel-me dirigí en esta ocasión a mi hijo- en 45 minutos te necesito listo.

El asintió y se retiró a su habitación, al entrar a la mía me dirigí al baño ya que no me había bañado desde hacía un día y eso sumado al sudor corporal hacia que sintiera el cuerpo pegajoso.

Abrí la llave de la regadera y comencé a desvestirme mientras el agua se calentaba.

"Alienor...debemos hacer que nos apoyen"-Dijo Eva-"Si no lo logramos debemos buscar ayuda con Cassandra o talvez con Angélica"

-Cassandra no saldrá del bosque maldito por un favor-contesto analizando la situación- Y a Angélica no la veo desde...que mi hermano falleció.

Aún recuerdo como ella aún sabiendo que los lobos y los humanos no podían juntarse entró en nuestras tierras para asistir al funeral de mi padre y hermano.

Podía ver dolor en su rostro.

En ese entonces nuestra madre luna había aceptado que yo fuera la nueva Alfa así que no tuve problemas con dejarla entrar.

Su piel pálida se veía demacrada, sus ojos inchados y podían verse una ojeras de muerte.

Ella sufría en vida la partida de su pareja eterna.

No era un secreto para mí que cuando mi hermano llegaba a altas horas de la madrugada era por estar con ella.

No sabía si realmente era necesario pedirles ayuda pero en caso de que el consejo no me respaldará tendría que tomar medidas

Me adentre al agua cálida, haciendo que mis musculos se relajaran, comencé a tallar mi cabello, mi rostro y mi cuerpo sacando el estrés acumulado. Preparándome para enfrentar a un montón de Alfas que aún no pueden aceptar que una mujer pueda dirigir toda una manada, siendo una de las mejores.

Al finalizar enrolle una toalla en mi cuerpo y otra en mi cabeza, salí a mi habitación y abrí mi maleta sacando de está pantalón rojo y una blusa blanca.

Al deslizar la ropa mi cuerpo pude sentir cuál armadura para la guerra, no me dejaría intimidar por nadie.

Me maquille y peine para estar presentable.

Cuando estaba finalizando escuché el toque en la puerta, aún quedaban 15 minutos antes de encontrarme con Samuel, tomé la espada que Maximiliano me había regalado y yo había empacado por si surgía algo

La alpha (#1 Saga Colmillos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora