Especial San Valentín

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Aún recuerdo la primera vez que la ví.
Creí que era una niña mimada, solo otra princesa consentida.

Que equivocado estaba.

Angélica.

Princesa Angélica

Mi padre nos había dicho que visitariamos al aquelarre del Sur, Alienor no nos acompañaría pues era la segunda hija, solo papá y yo asistiriamos.

-Pero padre ¿Porque debo ir contigo?-cuestiono

-Porque es mejor tener a tus amigos cerca y a tus enemigos más cerca-dice él mirándome serio-es algo que debes tener presente

-Pero padre, nosotros no necesitamos alianzas con ellos, son de otra especie, ellos beben sangre-hago una mueca de asco pues me resultaba desagradable.

-Lo sé hijo, pero imagínate que dirán ellos al verte comer carne o verduras-replica.

A mí corta edad de 13 años mi mente aún era pequeña.

Me dejaba llevar por el pensamiento popular de las personas en la manada.

Creía que las especies diferentes no podían unirse y mucho menos aliarse.

No tardó mucho en qué llegáramos a el aquelarre y fuimos recibidos por los Reyes en persona.

-Bienvenidos sean-dijo el rey William II mostrando sus colmillos en su sonrisa, a su lado derecho se encontraba su esposa Angélica I y a su otro lado una niña tan blanca como la porcelana con grandes y hermosos ojos

-Es un placer visitarlos-dice mi padre sonriendo igualmente-Veo que su hija ha crecido bastante-dice refiriéndose a la menor- heredó la belleza de su madre-halaga mi padre- permítame presentarles a mi primogénito Augusto Amadeus Goldenmoon-me presenta y puedo ver cómo la niña se ríe disimulando su risa con una tos.

Mi ceño se frunce visiblemente pero a nadie parece molestarle ese hecho.

-Ella es nuestra única hija Angélica Amelia Blad. Nuestro mayor orgullo- ella levanta su barbilla altiva y me mira de arriba a abajo burlona

-¿Porque no ha venido la menor de los Goldenmoon?-cuestiona la reina-nos hubiera gustado que nuestra pequeña Angelica tuviera con quién estar-explica

-Bueno mi pequeña hija no es muy devota de las reuniones-se escusa mi padre, pero lo cierto era que ella había comenzado a desarrollar sus poderes y si sus emociones se desestabilizaban ella perdía el control.

En una ocasión incluso llegó a lastimar a papá quien la encerró en el calabozo por desobedecer sus ordenes.

-Es una lástima-dice la mujer-pero aún así nuestra pequeña Angelica puede jugar con su hijo, si no le molesta-me mira y sonríe, por un momento siento escalofríos recorrerme.

-A él no le molesta-dice mi padre palmeando mi hombro y sonriéndome como una clara advertencia de que no lo arruine.

Pronto los mayores desaparecieron y nos dejaron solo a la niña y a mi.

-¿No eres un salvaje o si?-cuestiona ella mirándome de forma superior.

-¿No eres una...mimada o si?-regrese cruzando mis brazos

-¿Dónde vienes no te enseñaron a hablar educadamente?-cuestiona haciendo una mueca y caminando dándome la espalda.

-Pues tal vez no viva en un castillo pero puedo probar que tengo mejor educación que tú-replico siguiendola

-Ciertamente lo dudo-dice riéndose de mi-

-Puedo probarlo-digo levantando mi barbilla defendiendo mi orgullo

La alpha (#1 Saga Colmillos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora