La alpha (#1 Saga Colmillos)

Capitulo XXXV

Pov Samantha

Veo el cielo oscurecerse desde mi habitación.

La lluvia hora ferozmente las ventanas y los truenos me hacen brincar en la cama de vez en cuando.

Nuestra madre está furiosa.

No he podido levantarme de la cama desde que regresamos a la manada y de eso ya han pasado 4 días.

No se me permite levantarme y hay dos guardias fuera de mi habitación.

Los líderes de las manadas están reunidos en la planta baja y discuten.

En ocasiones suben tanto la voz que logro escuchar un poco sobre lo que hablan pero luego recuerdan que alguien los podría oír y bajan su tono.

Estoy reclusa en mi propia casa pero no culpo a mi hermano o a Diego puesto que por el estrés tuve casi un aborto.

No los culpo porque me han cuidado, de forma errónea pero lo intentan.

No hemos visto ha mi madre desde que se fue de la manada por su propia cuenta pero comenzaron a llegar alphas de todas partes del mundo a nuestra manada con gente suya para protegerlos.

"Deben darnos protección" "La Alpha Alienor se ha vuelto loca" " Pagarán por esto"

Esas son solo algunas frases que he escuchado.

Mi madre está asesinando gente allá afuera y en realidad ni siquiera sé si sigue siendo mi madre

Su mirada era muy distinta. Había sed de sangre en ella.

Justo ahora tengo miedo de ella.
Verla desgarrar la piel de Aarón frente a mí.

Cómo disfrutaba bebiendo su sangre y como masticaba la piel... Son recuerdos que deseo borrar

Ver cómo Aaron Black torturaba a Asher y a otras personas más me hace despertar por las noches con horribles pesadillas

A veces siento como si él estuviera aún ahí.

Vigilandome

Siento frío a pesar de estar tapada con varias cobijas.

-¿Sucede algo?-cuestiona Diego sentandose en la cama mientras acaricia mi cabello.

Diego no se ha apartado de mi lado y a pesar de que es muy lindo de su parte comienzo a cansarme.

-Quiero un vaso de agua-le pido haciendo que él sonría, podría deshacerme de él por unos momentos o eso pensé hasta que llamó a Ana.
Ella me trajo un vaso de agua junto a una jarra.

Frustrada bebí el vaso de agua y volví a recostarme.

-¿Que sucede preciosa?-cuestiona Diego tomando mi mano con cuidado, piensa que soy una muñeca de cristal, que se romperá en cualquier momento.

-Diego necesito salir de aquí-digo sinceramente mirándolo a los ojos- necesito salir de esta jaula, tengo que saber que es lo que sucede allá abajo, yo también puedo opinar-replico

-Hermosa...el doctor dijo que debías tener reposo absoluto, así que no puedo dejarte salir-me mira y se disculpa con la mirada

-Oh me ayudas a salir Diego o créeme que buscaré la forma de hacerlo y no te va a gustar-replico molesta, estaba furiosa.

Diego lo pensó un momento y luego suspiró.

-Está bien, te llevaré abajo pero porfavor prométeme que si te sientes mal regresaremos de inmediato a la habitación-una sonrisa amplia se posó en mis labios y asentí de inmediato.