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Pov Samuel
Me encuentro en la oscuridad de mi habitación.
Tengo un ardor terrible en mi pecho, mis vista se vuelve borrosa por momentos, mi cabeza duele, punza.
"No la protegí
"No la protegí"
"No la protegí"
Esa frase se repetía en mi cabeza.
Mi lobo ha cortado toda conección conmigo, se siente triste, deprimido...
-Samuel- tocan la puerta, eso hace que me despabile por unos momentos- tu madre salió pero ya es hora de la cena...¿Deseas algo?
-No-respondo a secas y eso es suficiente para que Daemon se aleje.
¿Comer? Ni siquiera sé si mi hermana a comido, si está en un buen lugar, si... está muerta.
Ese pensamiento hace que tenga otro dolor intenso en mi pecho.
-Samantha...¿donde estás hermanita?- me cuestionó en voz alta.
Si no la hubiera dejado ir...si esos monstruos no me la hubieran arrebatado...
Una idea cruza por mi cabeza y salgo de mi habitación a toda prisa.
-Daemon-grito buscándolo- Daemon-
-¿Que sucede?- cuestiona saliendo rápidamente del despacho de madre.
-¿Capturaron a alguno de los bastardos que nos atacaron?
-Si, tenemos a tres en custodia- responde en automático- ya hemos intentado de todo y no han soltado una sola palabra, únicamente miran la nada.
-Quiero verlos- ordena Samael.
Daemon asintió y me llevó a los calabozos donde el olor a putrefacción nos llenó las fosas nasales.
-El olor de su sangre es demasiado ácido-dice el mayor mientras arruga la nariz.
-¿Los ha torturado tu?-Cuestiona Samuel.
-Asi es, pero aún así no han soltado ni una palabra-responde llegando frente a las celdas donde tienen atados a los prisioneros, quienes se encontraban cubiertos de sangre y con heridas hechas por armas de plata.
-Ni lo harán-Dice mamá a nuestras espaldas sorprendiéndonos, ¿Cuando había llegado?- están bajo un hechizo, estos solo son cuerpos vacíos que siguen órdenes- señala con la cabeza a los prisioneros.
-Madre...- trato de decir algo pero de mi boca no sale nada
-No te preocupes-respondió la ella mostrando que entendía como me siento o eso quiero pensar.
-Acompañenme a mi despacho hay asuntos que discutir-ordena con su rostro completamente serio.
Segui a mi madre junto con Daemon mientras sentía un vacío en mi pecho, al llegar a su despacho ella se sentó en su lugar y nos miro a ambos mientras que cerraba la puerta.
