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Pov Alienor
La luz del sol va tiñendo lentamente el cielo y con el trae sonidos del bosque que significan una sola cosa, vida.
Mis sentidos están relajados pues no siento peligro.
Me acerco lentamente a la puerta de la casa de Asher ideando que es lo que diré.
No me había puesto a pensar sobre lo que hablaríamos o si era una buena idea simplemente venir aquí.
"Solo toca la bendita puerta"-dijo Eva.
Cuando estuve a punto de tocarla esta se abrió dejándome con la mano en el aire.
El olor a verano por la mañana inundó mis fosas nasales pero la persona que estaba frente a mi no era Asher.
-Hola-una mujer robusta pero de aspecto agradable- que bueno que haz llegado, Asher hizo un desastre en una de sus locas investigaciones y no quiere irse a dormir- dijo como si me conociera de toda la vida- espero que tu puedas hacer algo, ha estado hablando de cosas raras toda la tarde y noche, ya sabes como es-me toma de ambas manos y luego me hace inclinarse para darme un beso en la mejilla- lamentablemente yo debo irme a trabajar pero tu quédate aquí, el te necesitará.
Diciendo esto se dispone a irse.
-Señora Robinson ¿Con quién habla?- se escucha la voz de Asher en el pasillo, para su mala suerte la solo estoy yo.
El trae un libro entre sus manos, el cabello alborotado, ropa holgada y una bata de baño sobre esta.
Se ve delicioso. No puedo evitar realmente los labios.
-Señora...- su mirada se despega del libro y sus ojos hacen contacto con los míos- Hola-murmura.
-Hola- digo de regreso- ella me dejó entrar-señalo la puerta de salida- más bien me obligó a entrar, parece que me confundió con alguien mas- el no parecía responder.
Pase una mirada rápido por todo el lugar y pude distinguir libro sobre las mesas y sillas, también había unos cuantos en el sillón, no les tomé mucha importancia pero se veían antiguos.
-Si lo deseas puedo retirarme- dije dando un paso atras- te ves un poco ocupado así que...
-¡No!- gritó, eso me sorprendió- bueno... acabas de llegar, permíteme ofrecerte una taza de té- dijo cerrando su libro y poniéndolo con la portada hacia abajo.
Pasó cerca de mi y se dirigió a la cocina donde tenía más libros. Rápidamente comenzó a recogerlos pero algo en el se veía diferente.
"Tiene miedo"- dice Eva.
Olfatee el ambiente y era cierto el estaba soltando feromonas que desprende el humano cuando tiene miedo.
-¿A que le temes?- le pregunté, el se debo pero pude ver como su espalda se tensaba.
