La alpha (#1 Saga Colmillos)

Capitulo XXXII

Pov Samantha

El frío me cala hasta los huesos, mi cuerpo tiembla involuntariamente mientras yo me acurrucó un poco más si es posible protegiendo a mi bebé, las puntas de los dedos están completamente heladas y mis labios partidos.

Si Samuel me viera en este estado seguramente se burlaría por ser tan débil y luego trataría de hacerme entrar en calor.

No puedo evitar pensar en mi familia. ¿Que estarán haciendo? ¿Pensarán en nosotros?¿Cómo estará Diego? Realmente lo extraño con toda mi alma.

Escuchó un quejido cerca a mí que me hace salir de mis pensamientos, dislumbro entre las sombras el movimiento del cuerpo de la reina Angélica.

-¿Dónde estoy?- cuestiona mientras parece acoplarse a la obscuridad.

-Reina Angélica- murmuro llamando su atención.

Parece aturdida y aún así se puede ver su belleza en la obscuridad. Es como una muñeca de porcelana irrompible.

-Supongo que tú eres Samantha- dice en esta ocasión analizando el lugar donde estamos.

-¿Cómo sabes de mi?- cuestiono de regreso y puedo sentir la mirada de Asher sobre nosotras

-Tu madre me busco para ayudarla a rescatarte y a ese monstruo de ahí-dice mientras con la barbilla señala a Asher mientras esté parece tener,ahora,la mirada perdida en la pared de piedra.

¿Realmente nos abra escuchado? Pero más importante...mi madre iba a venir por nosotros, eso me hace sonreír ampliamente.

-Eres tan parecida a él- Murmura de pronto ella

-¿Disculpa?- pregunto sin comprender a qué se refería.

-Tú, te pareces mucho a tu tío- responde acercándose a mí, mientras se retira lo que parece un chal que traía en la cintura para ponerlo sobre mis hombros.

-¿A mi tío?¿Lo conoció?- mamá jamás a hablado de él y nosotros jamás hemos preguntado por él.

Caigo en cuanta que no sé muchas cosas sobre nuestra familia.

-Claro que lo conocí- susurra con una sonrisa de lado- lo conocí muy bien, él era audaz, valeroso y tampoco deseaba ser el Alfa, pero desgraciadamente no tenía opción, Alienor les ha dado esa opción a ustedes- sonríe con los ojos en la nada.

-¿Cómo lo conoció?- me pica la curiosidad y puedo sentir como el calor regresa poco a poco a mi gracias al chal tejido a mano de la reina.No es mucho pero al menos ahora no siento tanto el frío de la celda.

-Fue hace mucho tiempo... Yo me encontraba recorriendo los límites de el aquerrale pero quería ir más allá de los limites, jamás me gustó quedarme detrás de las grandes paredes de piedra del palacio, era muy solitario a pesar de estar rodeada de gente. Recuerdo que ese día era soleado, podía sentir el calor del sol recorrer mis mejillas y fue cuando decidí arriesgarme a busca ese algo que deseaba mi corazón- ella rie mientras acomoda sus piernas en una posición -al inicio tuve mucho miedo pero poco a poco fui cediendo al ver las maravillas que podía encontrar en el bosque, mientras más me internaba podía sentir el olor de la naturaleza a mi alrededor pero de pronto un delicioso olor llegó a mí...aún después de todos estos años lo recuerdo... La mezcla de menta y pepino llegó a mi y luego sentí un impacto. Algo me había derribado o más bien alguien. Yo en ese entonces era una chica ingenua e inocente así que no sabía pelear, mucho menos contra un lobo. Naturalmente una persona que se ve atacada de tal manera pelearía por su vida o lo intentaría pero yo no lo necesite, me sentía más segura que nunca a pesar de tener un gran lobo sobre de mí con colmillos afilados cerca de mi cuello- ella acaricia su cuello como si lo recordara- "Mía" fue lo que él dijo y supe desde ese momento que él me pertenecía, que no lo dejaría para nadie más.