El amanecer se encontraba llegando poco a poco, aunque aún eran solo las cuatro de la mañana. Ciertamente era una de las madrugadas más heladas hasta el momento.
No sólo el frío fue lo que le arrebató el sueño, sino el querer confirmar que nada había sido un cruel producto de su imaginación.
Robin seguía durmiendo debajo de ella. Él realmente vino por ella.
Duele saber que ninguno de sus próximos amaneceres serán así de maravillosos.
Su primer movimiento fue intentar levantarse a por una manta, pero el ladrón la tenía fuertemente aprisionada sobre él con su brazos alrededor de su pequeña cintura.
Solo, tal vez podrían ganar calor de otro modo.
Queriendo hacer durar este hermoso momento lo besó suavemente en sus mejillas, la comisura de sus suaves labios. Un ligero suspiro salió de Robin cuando le dió un último beso en sus labios.
Cuando esos bellos ojos azules la miraron no pudo evitar lanzar un suspiro propio, él la recibió con esa maravillosa sonrisa pintada en sus labios.
- Hola, mmm.- su voz cálida como grava, con un ligero ronquido persistente por el sueño.- Buenos días, Mi amor. - El que la besara lentamente solo termino de hacer está mañana más perfecta para ella.
Más difícil de renunciar. Susurró una cruel voz en su interior.
Pero es la verdad, él no es suyo para retener.
-No tan buenos, ladrón.- Añade con melancolía.- Ya deberías irte...-
-Pero...Regina y todo lo hermoso que acaba de pasar entre ambos - Dice con cierta tristeza- creí.. -No alcanza a terminar cuando es interrumpido por ella.
-Eso ya pasó, Robin. -dice seria- Ambos sabíamos que esto iba a suceder, consideralo una despedida.
- Veo... Creí que lo nuestro significaba más para ti. - El tic de su mandíbula y el cambio abrupto de su actitud, hace momentos tan cálida y amorosa, ahora fría y distante. Era nuestra suficiente de cuán molesto se encontraba.
- No me hables así, sabes cuánto significas para mí. - Apoyó ambas palmas en su amplio pecho para elevarse y poder encontrar su mirada.
- Por como me hablas, me haces ver cómo alguien que solo calentó tus bragas. No somos solo eso, te amo.
- y yo tambien. Pero no así, no con Zelena embarazada entre nosotros. - Tiene que dar todo de ella para forzar las palabras a salir a pesar del nudo en su garganta. - No puedo estar a tu lado sabiendo que estuviste con ella, quiero que continuemos separados, cada uno por su lado ...- Una traicionera lágrima rodó por su mejilla. Ella lo ama, pero la hiere el saber que jamás podrá hacerlo feliz por completo y darle lo que Zelena si puede. - Quiero que te vayas. -Sentenció Regina.
-Pero no la amo - Insiste. - podemos superarlo, estaré presente para mi hijo pero no estaré al lado de esa mujer a la cual no amo. - Para Regina se hace más difícil renunciar a él cuándo la mira de ese modo, cuando la acaricia de ese modo, sabe la debilidad que tiene por él.- Milady, tú eres la única persona que necesito a mi lado.
- Eso es lo que todavía no entiendes, soy yo quien no puedo estar a tu lado como una familia, no puedo estar ahí mientras crías al bebé de Zelena sabiendo que jamás podremos tener uno propio, yo no podré darte lo que tu ahora tienes con ella.
Y temo que me odies por eso. Temo que un día despiertes y dejes de amarme. Porque ver rechazo en tus ojos me mataría.
- Pero no lo necesito, tú, Roland, y ese futuro bebé son suficientes para mí. - la abraza con fuerza, mientras Regina se libera de su agarre.
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• ¿Amor Verdadero? •
Hayran KurguAl llegar a New York se encuentra con la terrible realidad de que Zelena estará unida a Robin de por vida, de una manera en la que jamás podrá estarlo con ella ¿o sí?