• ¿Amor Verdadero? •

🔹️🔹️Petalos de rosa,besos y pastel🔹️🔹️

3 años después....

Los manzanos en el patio del castillo florecían con los más delicados pétalos rojos y resplandecía con ornamentos plateados que reflejaban el sol brillante.

Guirnaldas de glicinias y gardenias colgaban sobre el pozo de piedra al pie de la gran escalera del castillo, que fue cubierta con rosales de pétalos color rojo y rosa. Un centenar de personas se encontraban situadas a lo largo de la puerta principal del castillo esperando a que la ceremonia diera comienzo.

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La Reina se quedó sola en su habitación, mirando su reflejo en el espejo, que le devolvía una mirada nerviosa.

Ninguna mujer podía cambiar su vida de una forma tan drástica y no esperar cierto nivel de ansiedad .

Ella iba a casarse con el hombre que amaba, iba a convertirse oficialmente en la madre de Roland, aunque entre el niño y ella el sentimiento era más grande que cualquier lazo de sangre que pudieran compartir.

Ella debería estar feliz, pero algo en su mirada reflejaba miedo. ¿Y si no funcionaban? Después de todo "Los villanos no obtienen finales felices" .
Pero ella sentianya estarlo viviendo, tenía todo lo que alguna vez pudo haber deseado y más. Aunque ese pequeño sentimiento seguía estancado en su pecho, el miedo de que llegase algo o alguien a su vida y arruinarse su gran oportunidad de ser feliz.

Primero fue Cora quien destruyó sus sueños junto con el corazón de su amado chico del establo Daniel. Luego el Rey Leopol encargándose de arrebatar su inocencia y despertando el auto desprecio e insuficiencia en ella. Sentia que la felicidad no había sido hecha para ella, hasta que conoció a su pequeñito, a Henry. Oh como desearía abrazar a su ya no tan pequeñito príncipe en estos momentos.

Una alegre Snow, seguida por Granny tomando las manos de sus pequeñitas sacaron a la reina de sus pensamientos .

Los ojos verdes de Snow rebozavan de felicidad. La alegría de ver a Regina quien tanto lucho por su final feliz, al fin consiguiendo otra inmensa .

- ¡Mami! - la pequeña Isabella se abalanzó sobre su madre abrazando sus rodillas sobre la roja falda.

- Mi princesita. - La reina alzó a la pequeña y llenó sus rosadas mejillas de dulces besos.

Bajo a la pequeñita y su mirada se enfocó en otra personita .

Esperanza siguió a Granny dentro de la habitación de la reina. Ella al igual que Isa era una criatura encantadora de tres añitos de paso alegre y una chispa inextinguible de felicidad en sus ojos. Su piel era más hermosa que una prístina Nevada, sus diminutos labios más rojos que el rubí profundo, su cabello tan negro como las plumas de un cuervo. Parecía una muñeca de delicada porcelana que había cobrado vida, sobre todo el día de hoy en su pequeño vestido de seda y terciopelo azul.