Cap. 7

8 1 0
                                    

13 de Junio del 2018, 10:30am


Luego de hacer mi rutina matutina, me pongo un pantalón negro, el cual tiene una franja amarilla en sus costados, un top color amarillo, me puse mis zapatillas negras, tome mi celular, un bolso y cargue en el todo lo que necesitaría a lo largo del día.

Cansada de la misma rutina, decidí que saldría todo el día y regresaría a casa por la noche solo para hablar con Javi, ya que tenemos una charla pendiente, además que mi condición no me permitiría estar todo un día fuera de casa.

tomo las llaves del auto y salgo de mi cuarto directo al garaje, con solo apretar un botón las puestas de éste se abren, por el comunicador que se encuentra en la pared junto a la puerta les informo a los guardias, que están en la puerta de la casa que, saldré con el auto, por lo cual al subirme en mi auto y avanzar hasta la puerta de salida de la casa, esta ya esta abierta.

pasé toda la noche pensando en la cafetería y en el chico que trabaja en el, y estoy un noventa por ciento segura que es el mismo chico de la carrera, y solo hay una forma de averiguarlo.

Estaciono el auto lo más cerca posible, tomo mi bolso y salgo del auto, le pongo la alarma y me encamino a la cafetería, al entrar el olor a café recién hecho me invade por completo, al ver el lugar en su totalidad me doy cuenta que, a lo largo de todos los años que pase fuera del país, no cambió en nada, las mesas, sillas, sillones, la barra, todo sigue del mismo color y en el mismo lugar, me alegra tanto estar otra vez en casa, y más sabiendo que mis lugares favoritos no cambiaron en nada y puedo disfrutar de ellos como lo hice en años anteriores a mi partida.

Me encamino hasta la barra y me siento en una de las banquetas, dejando mi bolso colgado del respaldo de esta.

Tomó un menú que se encuentra en la barra y me pongo a pensar que voy a ordenar, solo pasaron cinco minutos hasta que me preguntan que voy a ordenar, dejo el menú en la barra y miró a la persona que tengo enfrente mio, y en definitiva es el mismo chico que vi en las carreras.

-Un café negro, y medialunas, porfavor- responder

-En unos momentos se lo traigo-

cuando se da la vuelta no puedo evitar verlo, tiene un cuerpo bien definido, me pregunto si además de las carreras ilegales estará metido en las peleas, o simplemente le gusta mantenerse en forma y va al gimnasio.

Cuándo traen mi pedido le doy las gracias y me dedico a desayunar, él por otro lado se queda a unos pocos pasos de distancia acomodando algunos vasos.

-Me sorprende que trabajes- le digo en voz baja, para que solo él pueda escucharme

-¿Qué es lo que te sorprende niña?- pregunta

-En primera no me digas niña, estoy segura que no eres muy mayor para decirme de esa forma, y en segunda, las carreras dejan mucho dinero, el cual te facilita las cosas y no tendrías que trabajar, además eres bueno, demasiado, y estoy segura que cada vez que corres ganas por lo cual el dinero no tendría que ser un problema para ti- respondo

-¿Y solo por eso te sorprende verme trabajar, niña?- cuestiona

-No me digas niña abuelo, solo digo que si ganas cada vez que corres tendrías el dinero suficiente para no tener que trabajar, a no ser que vivas con tus padres o algún familiar al cual le tengas que rendir cuentas de donde sacas el dinero, pero también se me ocurre que estás en libertad condicional y tienes que tener un trabajo paro no regresar a la cárcel- digo con toda sinceridad

-Lo que pase en mi vida no es tu asunto niña- habla con indiferencia

-Tienes razón, ya eres muy mayor y sabes bien lo que haces, abuelito- no lo miro, me dedico a tomar mi café

En lo que queda de mi desayuno no le dirijo la palabra y el tampoco me habla, además está en horas de trabajo por lo cual entablar una conversación conmigo lo distraiga de sus deberes.

cuando termino de desayunar, el chico de las carreras no esta, dejo el dinero sobre la mesa con algunos billetes de más como propina, tomo mi bolso y me retiro.

Al salir de la cafetería me encamino a la plaza que se encuentra enfrente, me siento en uno de los bancos libres y no ago nada, solo pienso en lo lindo que sería regresar el tiempo atrás y cambiar las cosas.

No permanezco mucho tiempo en mis pensamientos ya que siento que alguien se sienta a mi lado, al girar mi cabeza veo que es el chico de las carreras.

-No pasó ni cinco minutos desde que me fui de la cafetería y ya estas junto a mi abuelo, ¿te diste cuenta que no puedes vivir sin mi?- pregunto

-Muy graciosa niña, solo quería decirte que...

-Soy hermosa, que mi belleza te cautivó, que quieres vivir toda una vida junto a mi, que soy la mejor piloto que alguna vez vayas a conocer en toda tu vida, o quieres la revancha solo tu y yo, pues dejame decirte que si es esto último tendré que ver mi agenda porque estoy muy ocupada, pero si es alguna de las otras dejame decirte que ya lo sé, me lo dicen mucho, no me sorprendería que tu también lo hicieras- lo interrumpo hablando como si fuera una niña narcisista

-No era nada de lo que dijiste niña narcisista, pero tiene que ver con la carrera, lo que hiciste la otra noche, con el dinero ...

-No es nada, no lo quiero, yo a diferencia de los demás corro porque me gusta y de algún modo puedo descargar todo mi enojo con eso, no tienes nada que decir, el dinero te lo merecias y estoy segura que tu si le darias algun uso, no como yo que lo dejaría guardado en alguna cuenta bancaria- lo interrumpo otra vez, sabía bien por dónde quería llevar la conversación

-De todas formas, gracias, eres la primera persona que hace algo como eso, y en verdad no te das una idea de lo agradecido que estoy, niña- habla

-Como agradecimiento podrías dejar de decirme niña- le pido mirando sus hermosos ojos

-Lo pensaré-

-Mientras lo haces me iré por un helado de chocolate, hasta luego abuelo- me despido de él al tiempo que tomo mi bolso

-Luego no quieres que te diga niña, como pretendes que lo aga con lo que acabas de decir- me dice antes que de un solo paso

-Podrías llamarme por mi nombre- le digo

-Lo haría si lo supiera-

-Si me ganas la próxima carrera te lo digo, ¿aceptas?- le preguntó extendiendo mi mano a su dirección

-Acepto- responde al tiempo que estrecha su mano con la mía

-Hasta la próxima carrera abuelo- me despido de él

-Hasta la próxima carrera niña- se despide

Al subirme a mi auto las ganas de que sea la próxima carrera me invaden, logrando que sonreía como tonta, como una adolescente luego de hablar con el chico que le gusta.

Llego a casa éso de las siete de la tarde, guardo el auto en el garaje y subo a mi cuarto, dejo mis cosas y me acuesto en mi cama, hoy sin duda a sido uno de los días más relajados de toda mi vida.

Luego de un rato decidí que es hora de hablar con Javi, pero al preguntarle a Sara dónde está, ella me dice que salió y que hasta mañana no regresa ya que tenía que atender unos asuntos personales muy importantes, al mismo tiempo me dice que mi padre y los chicos no están por lo cual solo estamos Sara y yo.

A la hora de la cena, solo somos Sara y yo, la ayudo a limpiar todo y cerrar las puertas y ventanas, me despido de ella y me encamino a mi cuarto, al entrar en el me despojo de mi ropa y me acuesto en mi cama, al dejar caer mi cabeza en la almohada caigo en los brazos de morfeo.

El último adiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora