Maternal

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—Buenas tardes ¿Qué necesita? —Wolverine saludó amablemente. Eso hizo sonreír abiertamente a la morena, sus ojos azules no pudieron evitar pasearse por el cuerpo del mutante frente a ella.

—Buenas tardes. Buscaba a St. John y Tabitha.

Logan se enfadó.

—¿Quién eres? —casi gruñó. Era suficiente tener que soportar al traidor y su noviecita en la casa (porque así los llamaba para hacerlos enfadar) no necesitaba a más escoria rondando por ahí. Además, le inquietaba el hecho de que el aroma de esa mujer le resultara tan familiar.

—Una amiga —sus palabras sonaron más a una pregunta que a una afirmación. Se mordía el labio inferior para contener la risa que amenazaba con escaparse.

—No quiero a amigos de esos dos, por aquí —le informó—. Así que adiós. —Intentó cerrarle la puerta en la cara, pero la mujer fue más rápida al empujarlo para abrirse paso a la mansión.

—Solo será un minuto... —Caminaba apresuradamente— quiero saludar a St. John, nada más.

—¡Detente! —le gritó Logan, al borde de perder los estribos—. ¡Detente o te saco por la fuerza!

La mujer sonrió de lado, sobradoramente, al oír eso.

En ese momento, John caminaba junto Tabitha hacia los mutantes que discutían.

—¿Qué haces aquí? —Pyro preguntó, realmente sorprendido por ver a esa mujer.

—¿Así recibes a los amigos? —le reprochó con cierto humor, extendiendo los brazos hacia los lados— ¡Feliz cumpleaños! —Lo envolvió en un abrazo cariñoso.

—Gracias —susurró con una pequeña sonrisa, correspondiendo el abrazo.

—¡Oye, Hormiga de fuego! —lo increpó Logan—. Si planeas festejar tu cumpleaños, lo haces fuera de aquí. —Le señaló la puerta a sus espaldas—. No quiero a más mugre como tú cerca.

—Siempre tan simpático... —farfulló la morena con ironía. Wolverine la oyó, pero cuando iba a interrogar sobre el comentario, Tabitha interrumpió.

—Es mi culpa —admitió la rubia—. Es el cumpleaños de Ben y olvidé su regalo en nuestro departamento, así que le pedí a ella que lo trajera —explicó.

—¿Ben? —inquirió la morena—. ¡Les contaste! —exclamó emocionada. John asintió.

—¡¿Y tú quién rayos eres?! —Logan volvió a preguntarle molesto.

—¿No me recuerdas? Debe ser por el cambio de look que me hice. —Rió, tomándole el pelo al lobo, mientras hacía un movimiento coqueto con su cabello.

Una nube de humo azul apareció junto a ellos, surgiendo de ella, un demonio azul y Storm, que habían ido a hacer una revisión general de los alumnos por la mansión. Era más rápido hacerlo con el don de Nightcrawler.

—¡Mi hermoso hijo! —exclamó la morena al verlos llegar, extendiendo los brazos con la misma postura que había usado antes con John, pero con algo más de entusiasmo.

Logan arrugaba el entrecejo y Storm puso una expresión de sorpresa al ver a la mujer que había sido abrazada por Kurt.

—Raven... —susurró Storm en shock.

Ahí fue cuando Wolverine comprendió por qué le resultaba familiar el aroma de la mujer. Era porque había luchado muchas veces contra ella. Era Mystique.

El mutante sacó sus garras para atacar. Pero John y Tabitha se separaron para adelantarse a Raven y Kurt (que se mantenían distraídos en su encuentro), flanqueando sus lados.

Buscando paz, en un infierno en llamas (X-men fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora