Una cafetería, luego de Alcatraz

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Disclaimer: ni los personajes(excepto los OC) ni el universo planteado aquí me pertenecen. Todo es de Marvel y las empresas a las que decide ceder sus derechos. Esta historia es sin fines de lucro.

New York se encontraba cubierta con un manto de nieve blanca, hacía varios días. Esa mañana, el cielo dejaba caer copo tras copo nuevamente, mientras soplaba una fría brisa.

Se aconsejaba a los ancianos no salir de sus hogares por los suelos resbalosos, a los conductores tener precaución y los niños no tenían que asistir a clases. Era una típica semana de nevada.

El rubio caminaba a gusto por la acera escarchada. Acostumbrado a sentir frío, una nevada no le afectaba en lo más mínimo. Sólo llevaba una chaqueta negra y una bufanda del mismo color que cubría su rostro hasta la nariz, dejando que sus fríos ojos azules tomaran el predominio de su semblante. 

El joven hombre había llegado a su destino: una cafetería, que hacía solo una semana se había vuelto la favorita de su novia. Por lo que se reunirían allí.

Cuando abrió la puerta del local, oyó unas campanillas que saludaban a cualquier nuevo visitante, anunciando así su llegada. Un aire tibio; que cualquiera hubiera hallado reconfortante, aunque a él le resultó desagradable; golpeó con suavidad sus mejillas. Se quitó la bufanda de un solo tirón para guardarla en uno de sus grandes bolsillos, mientras inspeccionaba el lugar, buscando a su novia. En ese proceso, lo vio. En el sector de fumadores, con una taza de café en una mano y un cigarrillo en la otra. Estaba ahí, quien solía ser su mejor amigo. Habían pasado varios años desde la última vez que lo vio. Ambos eran hombres ahora.

Dudó unos segundos de si se trataba del mismo chico rebelde que pasaba las horas junto a él en la escuela. Ese hombre, que fumaba, llevaba su cabello castaño más largo de lo que recordaba, con el aspecto de ser peinado con sus dedos, quitando los mechones de su rostro hacia un lado, llevaba una barba de tres días, vestía de negro, con una camiseta de escote en V, una chaqueta de algodón que dejaba ver su capucha por fuera de otra chaqueta más gruesa, traía guantes de lana con los dedos recortados. Y a pesar de que jamás lo vio con ninguno de esos rasgos, pudo ver bajo ellos al muchacho que él recordaba, a ese traidor que los abandonó hacía tanto tiempo sin dar una sola explicación.

Los ojos grises del castaño se posaron sin querer en él. Su rostro tomó una expresión de sorpresa e incredulidad, cuando el rubio comenzó a caminar con paso seguro hacia él, con su chaqueta negra, pantalón azul y botas negras. 

—¿Bobby? —preguntó el castaño, tratando de salir de dudas.

—John —respondió el aludido, a modo de saludo, con un tono serio e impersonal.

John se sentía incómodo con la situación, sin saber qué hacer, extendió su mano en dirección a su viejo amigo para estrechársela, pero Bobby solo la miró con desprecio, sin corresponder el gesto.

Pyro, con un sabor amargo en su boca, dejó caer su mano nuevamente.

—Te creía muerto —soltó Bobby.

La mueca de disgusto del castaño trató de contener la respuesta arrogante que cruzó su mente. Un ya quisieras no era buena opción en ese momento. Debía sopesar un poco más la situación antes de tomar una postura.

—¿Gustas sentarte un momento? —le preguntó al rubio; fingiendo hacer caso omiso a sus palabras; con cierto temor, como esperando la negativa en respuesta.

Bobby no estaba seguro de lo que buscaba al enfrentar a John, por eso aceptó la invitación del mismo, tratando, quizás, de comprenderse a sí mismo.

—¿Cómo has estado? —preguntó John. Tras años de distanciamiento, sabía que tenía muchas otras cosas más importantes que decir, pero no sentía que podría hacerlo. Quizás la fachada de adulto maduro le daría tiempo.

Buscando paz, en un infierno en llamas (X-men fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora