Franchute

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Cuando la rubia asintió, dispuesta a salir, él la tomó de la mano para detenerla.

—Oye ¿Estás bien? —le preguntó, mirándola a los ojos.

—Un pequeño moretón, nada más, Pyro —le aseguró.

—No me llames así —casi gruñó—. Dime Johnny, Tabitha —hizo lo que pudo para que su voz no sonara acongojada, no era su estilo y ni la misma Chica explosiva lo haría rogar.

—Me amoldo a las circunstancias, señor —replicó fría.

—Escucha, idiota —se enfadó—, no es mi culpa que esto esté pasando. Yo tampoco estoy contento con esta mierda —se defendió de un reproche que la rubia nunca le planteó. Él sabía que había roto todas sus promesas en los últimos días.

—Lo sé, Pyro —seguía en el mismo tono impersonal—. Usted es el líder. Lo necesitamos para que nos guíe. Una revolución necesita de mártires. —Sus ojos azules tenían esa sombra de tristeza desde que todo había empezado.

—No soy un mártir. —Sus dientes hacían presión.

—En cada predicción de Byron y Sandy, usted muere, salvando a alguien —argumentó ella. Era la segunda al mando, estaba enterada de cada cambio de plan—. Creo que sacrificarse por la causa es un ejemplo de mártir, si no me equivoco de concepto —soltó arrogante.

—¡Deja eso! —le gritó, tomándola de los brazos, pareciendo olvidar que Logan acababa de lastimarla—. Yo no moriré. Y haré lo posible para que nadie más lo haga. Solo... —pareció ser nublado por la frustración— deja de comportarte así —le pidió—. Cuando esto termine, comeremos pizza y veremos peleas con los demás —prometió, suavizando el gesto.

—Puede hacer lo que quiera, señor —le concedió triste—. Magneto nos enseñó que los ideales están antes que cualquier cosa... incluyendo las promesas. Y aunque sea un bastardo mentiroso, es un gran líder... al igual que usted, Pyro.

John sintió las palabras de su amiga como un puñal. Ella nunca lo había comparado con Magneto. Ambos lo respetaban, pero lo consideraban eso: un líder respetable, no una persona, ni un amigo. El amo del magnetismo era de esos líderes que quedarían en la historia por su sacrificio heroico por una causa, pero nunca sería reconocido por haber vivido una existencia feliz. Y ellos habían querido tener eso último.

El joven la liberó de su agarre, girando sobre sus talones para salir por la puerta.

—Cuando esto acabe... —le dijo sin voltear a verla— recuperaremos nuestra vida... Y me importa una mierda si no crees en mi palabra.

Ella no le creyó, pero de cualquier forma siguió sus pasos; caminando sobre sus promesas rotas.

**************

Atacarían en tres días. Fue una decisión arbitraria de Pyro y todos parecieron aceptarla. Estaban perdiendo demasiado tiempo, lo que implicaba más muertes de los suyos.

La Bruja Escarlata había hecho un buen trabajo con el escudo. Nadie podía entrar ni salir del perímetro, a excepción de los que usaban el aparato de interferencia.

Pyro armaba, desarmaba y volvía a armar la estrategia, según las visiones de Sandy y Byron, que ahora podía escuchar algunos murmullos si se concentraba lo suficiente, pero de cualquier forma requería demasiado esfuerzo y la mayoría de sus escuchas eran involuntarias. Seguía escuchando algo de un "Mercenario inmortal", por lo que todos se mantenían alertas sobre Logan. Nadie quería que siguiera cumpliéndose el designio.

Ahora todos se mantenían en el campamento de las tropas de Pyro. Rotaban turnos para que alguien permaneciera en la mansión al cuidado de los niños.

Buscando paz, en un infierno en llamas (X-men fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora