La despedida

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4 de mayo de 2012.

El sol resplandecía sobre los cielos nublados de Nueva York, en donde el caos y el desastre reinaban en aquellos momentos. Las explosiones sucedían cada dos o tres segundos después de la anterior, los autos volaban para estrellarse estrepitosamente contra el suelo, la gente corría despavorida tratando de buscar algún refugio, los edificios colapsaban. Los Chitauri estaba allí; las naves sobrevolaban los cielos atacando a todo lo que se les interpusiera.

La ciudad estaba convertida en un caos.

Hasta ese momento los habitantes de Manhattan no tenían conocimiento acerca de cual era la razón del por que unos extraños alienígenas habían comenzado a atacarlos, ni quien loe enviaba. Todo se alteró. Hace poco tiempo, las personas se iban a dormir pensando que lo más extraño del mundo era un millonario volando en un traje de metal. Luego todo sucedió en menos de un segundo, tomándole por sorpresa, arruinando sus vidas.

Loki miraba con orgullo desde la torre el caos que se formaba en toda la ciudad; la gente gritaba, huía...moría, y él no hacia más que regocijarse ante eso. Su semblante estaba demasiado relajado para la situación en la que se encontraba, parecía que tenia todo bajo control y que estaba seguro de que ganaría su batalla. Lamentablemente, era todo lo contrario. Loki realmente sentía el terror recorrer su cuerpo entero; el recuerdo constante de que podía perder y recibir un castigo letal no dejaba de molestarlo. Además, por si aún fuera poco, se prometió a si mismo proteger totalmente a la mortal que se había ganado su curiosidad. Lo haría, lo haría a pesar de que la única manera de mantenerla a salvo era dentro de un poderoso hechizo que la sumergía en un eterno sueño donde era resguardada bajo una onda de fuerza que impedía el paso de cualquier objeto.

Loki la miró desde fuera y sonrió con melancolía. Su cuerpo flotaba delicadamente sobre el centro de aquella habitación, su cabello se movía en unas ondas constantes que la hacían verse como si estuviera debajo del agua, su semblante estaba tranquilo. Se veía jodidamente hermosa en aquella posición.

Su mirada se regresó de golpe hacia el frente, enfocándose en el hombre con traje de meta que iba aterrizando a unos cuantos metros de él. Su armadura fue desapareciendo poco a poco y pronto reconoció de quien se trataba; Tony Stark. Sonrió con diversión y avanzó al interior de la torre para encontrarlo.

—Dime que vienes a apelar mi lado humano—Loki caminaba directamente hacia el con una media sonrisa.

—Ah... de hecho planeo amenazarte.

—Necesitas tu armadura para eso.

—Esta muy maltratada—Tony suspiró—tu tienes la linternita del destino.

—Nada cambiaras con distracciones.

El príncipe se acercó lentamente hacia el cuerpo inerte de la muchacha y se posicionó a su lado en señal de protección. Todo esto mientras que Tony se servia delicadamente un trago de la mejor botella de licor que había en su estantería; cuando dio la media vuelta dispuesto a ofrecerle un poco su mirada chocó con tal escena.

—¿Qué le has hecho?

—Oh, nada. Sabes que no seria capaz de lastimar a la pequeña mortal—Sonrió juguetón—. No es como si la tuviera aquí para utilizarla de amenaza por si en algún momento entro en desventaja. Cosa que claramente no sucederá.

—Eres un maldito.

—Mide tus palabras, mortal. Tu criatura está viva.

—¿Entonces cómo...?

—Me temo que corre mucho peligro en estos momentos. Así que decidí sumergirla en un sueño eterno, del cual despertará hasta que yo lo decida. Su cuerpo es protegido por una barrera de magia que yo mismo cree.

El universo alternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora