Letras entre el fuego

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El viento movió delicadamente su vestido al compás de la larga capa del joven chico. Sus brazos aún rodeaban su abdomen con fuerza a pesar de no haber sido correspondida, prefería seguir pegada a él que tener que afrontar el castigo que recibiría por haberlo hecho. Bien podría ser el peor de los castigos, o las palabras más hirientes que jamás haya escuchado, pero eso no le quitaría la satisfacción que sintió cuando abrazó a Loki. En ese instante sintió como el dolor de su alma se alejaba para dar paso a una paz incomparable.

Eclipse soltó sus brazos con lentitud cuando sintió que había sido suficiente. Se separó de él aspirando su aroma por última vez, tratando se mantenerlo en ella durante más tiempo, como si quiera conservarlo por toda la eternidad.

—Yo... lo siento mucho—Eclipse retrocedió dos pasos con la mirada baja y las lagrimas aún saliendo de sus ojos—. Realmente no pensé lo que estaba haciendo.

De un momento a otro fue interrumpida por unos fuertes brazos que la jalaban de nuevo hacía un calido abrazo. Sus manos se colocaron delicadamente sobre su armadura mientras procesaba lo que estaba sucediendo ¡Loki la estaba abrazando! Podía sentir su mentón en su cabeza y como sus brazos la rodeaban por la espalda, dándole pequeños apretones cada vez que sollozaba. Nunca imaginó escucharlo llorar, pero lo entendía perfectamente. Llorar estaba bien. Llorar es la forma de demostrar que realmente eres fuerte y que tus sentimientos son puros, y ella lo entendía perfectamente.

Por primera vez Loki tuvo la confianza de desahogarse frente a una persona que no era su madre, por años creyó que era algo imposible, pero ahora lo estaba haciendo, y se sentía jodidamente bien. Se abrazaron durante un largo rato más, con la confianza de que ninguno juzgaría al otro y que ambos se tenían para apoyarse mutuamente.

—No, déjame disfrutarlo un poco más—Habló cuando la chica trató de acomodarse mejor entre sus brazos, a lo que él imagino que quería escapar.

El tiempo avanzó dolorosamente rápido para ambos; se sentían tan protegidos en sus brazos que perdieron la noción del tiempo, fundiéndose uno con él otro en una armonía y paz que desearon prolongar más, pero la cual terminaron cortando. Ambos se separaron con delicadeza, como si separarse fuera a provocar que se rompieran.

Loki soltó el pequeño cuerpo de la chica con más tranquilidad. Lloró todo lo que necesitó y se desahogó de todos los problemas que pudo recordar en esos instantes mientras estuvo pegada en ella. Su mirada se desvió hacia otro lado cuando ambos estaban separados. Con rapidez se limpió el rostro con su antebrazo, o más bien, con la parte del raje que había allí. Por supuesto que notó que la chica buscaba su mirada con tristeza, no sabía si era para reprocharle lo que hizo, o simplemente para burlarse de él.

—Tu cena debe estar fría, come ya mortal—Loki dio la media vuelta para avanzar hacia algún lado fuera del alcance de la chica que, según sus pensamientos, debería estar furiosa. Para su sorpresa una delicada y suave mano tomó su muñeca, deteniéndolo.

—No te vayas, por favor—Él la miró con sorpresa—. Quédate conmigo.

Eclipse lo jaló levemente del brazo, esperando a que este se opusiera, pero cuando notó que la seguía se relajó un poco más y tomó asiento en una de las sillas. Loki imitó su acción justamente enfrente de ella.

La castaña comenzó a comer con lentitud, no sin antes haberle ofrecido al príncipe, quien se negó rotundamente excusándose de que no tenía apetito en esos momentos. Ella lo comprendía. Nadie sentiría hambre después de lo que sucedió, pero se sentía mal comiendo sin que el lo hiciera, por lo que se levantó de su asiento de un brincó y corrió hacia la alacena.

El universo alternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora