¿Quién te ha hecho tanto daño?

2.9K 285 177
                                    

Las nubes comenzaban a desaparecer mientras los colores del atardecer llegaban a su punto más alto, mostrando la belleza de las tonalidades del color naranja, los cuales se reflejaban en sus propios ojos. Eclipse sonrió con delicadeza. Se sentía insignificante ante la grandeza de la aproximación de la noche. Se tomó unos minutos más—que terminaron siendo horas—para apreciar el atardecer hasta quedar recargada en el ventanal, luchando por no dormirse. Faltaban pocos minutos para la media noche y el cansancio estaba por ganarle. Se sintió una estúpida al recordar que no había prestado atención al camino que tenía que hacer para llegar a su habitación. Un punto menos para ella misma. ¿Ahora cómo llegaría a su habitación? No tenía la menor idea. Aun que realmente no le importaba mucho. Dándose por vencida minutos después, decidió que no le importaba dormir al lado del ventanal, frente a más de cincuenta agentes que probablemente la estarían mirando y acosando mientras dormía. Le importaba un carajo.  Se acomodó, haciéndose bolita al lado del vidrio y trató de caer en los brazos de Morfeo. 

—¡Por fin te encuentro! Te he estado buscando durante horas por toda la nave. Vamos, es hora de tu misión—. Mierda. 

Maldijo para sus adentros y abrió levemente un ojo para descubrir de quien se trataba. Su cuerpo reaccionó al instante al ver que se trataba de Natasha. Se levanto avergonzada y se talló los ojos en un intento de alejar el sueño. A pesar de que fuera imposible. Pero al mirar como la espía la miraba a punto de reírse hizo que su necesidad de descansar desapareciera. 

—¿Estabas dormida aquí?—Eclipse negó rapidamente con nerviosismo—. ¿Por qué no me pediste que te llevará a tu habitación?—Eclipse hizo una mueca de disgusto. Claro, como si fuera fácil encontrar a una persona en una nave jodidamente gigantesca. 

—No era necesario, estaba muy cómoda ahí. 

No lo estaba. A pesar de su habilidad de dormir en los lugares menos pensados le dolía la espalda. ¡No podía ser que estuviera perdiendo sus poderes! Ah no, era por la molestia de los golpes. Casi lo olvidaba. El sueño la hacía despistarse un poco, haciendo que olvidara cosas importantes. 

—¿Estas lista para ver a Loki? 

Como eso. 

—¿¡Ver a quién!?

Eclipse tragó en seco mientras avanzaba junto a su compañera, sujetándose delicadamente de su hombro para evitar caer. Era un desastre en esos momentos, estaba tan desalineada que ella misma se consideraba una vagabunda, todo gracias a su apariencia de muerta viviente. Dejando de lado que sus piernas no ayudaban en mucho. En cierto modo le provocaba escalofríos mirar hacia abajo y encontrar que ahora, su blanquecina piel parecía un lienzo coloreado por un niño de tres años que utilizó todas las tonalidades posibles. El medicamento que le habían medicado hace unas horas comenzaba a perder efecto, provocandole el comienzo de unas fuertes punzadas. 

—Loki. Acabo de terminar de tener una charla con el. No dijo mucho, pero quizás a ti te di algo. No hay que perder la esperanza—. Eclipse recordó como había aceptado la misión con entusiasmo, imaginando distintos escenarios muy comprometedores con ambos. La felicidad que había sentido en esos momentos regresó a ella. Esbozó una sonrisa plena y soltó una risita. De pronto el sueño había desaparecido y las piernas le dolían un poco menos. Se sentía terriblemente ansiosa por conocerlo—Vaya, ¿A qué se debe esa sonrisa, Eclipse?

—Nada en particular, simplemente me siento ansiosa por la misión—Mintió. No dejaría que nadie se enterara de que se sentía emocionada por conocer al "villano" de su historia. No lo haría hasta demostrarles que él era todo lo contrario a lo que todos piensan. 

Natasha le regaló una mirada incrédula junto con una sonrisa y decidió no responder nada, era mejor así. La castaña notó al instante que la espía no le creía del todo, pero a estas alturas no le importaba si le creían o no, solo estaba enfocada en tratar de arreglar los mechones rebeldes que había en su cabello. Cuando lo logró cayó en cuenta de que finalmente habían llegado a la puerta que la conduciría hacia las celdas. Retiró su mano del hombro de Natasha y se acercó lentamente al marco de la puerta.

El universo alternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora