capítulo 23

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                    Pov's Sebastián

Astre me contó que aparentemente Undertaker y Ciel planearon la huida sin que nosotros supieramos nada.
Estaba consiente de que esto será difícil para mi niño, y es que hoy en la mañana al salir de la mansión su vida entera cambió sin saberlo.

Lo atraje a mis brazos en un abrazo y lo bese delicado en sus labios, dejando un camino de besos a su clavicula.
-"S-Sebastián..."- volte a ver su expresión y para mi pesar no era de placer sino preocupación, se aferro a mi camisa con sus manos hechas puño -"¿ahora que va a ser de nosotros? ¿ ya no podré volver a ver a Sebastian, mi mamá, a Ciel o mi padre?"- en sus pestañas se empezaban a acumular las lagrimas, esto me partió el corazón.

No me siento digno de que este precioso niño haya dejado atrás su acomodada vida solo por un mayordomo. Soy tan...egoísta, aún con esto quiero que se quede a mi lado.

Sin saber o sin querer contestar a su pregunta solo lo estreche más en mis brazos -" por favor no llores"- limpie sus lágrimas con mis besos -"yo tampoco sé que pasará con nosotros, y tampoco se si volveras a ver a tu familia si decides quedarte conmigo...solo sé que eres lo unico que necesito para ser felíz y que quiero pasar los restos de mi vida contigo...es por eso que"- me inque sujetando sus manos entre las mías -" Astre Phantomhive, me harías el hombre más felíz de la historia si me permitirias quedarme a tú lado por siempre?"-

Sorpesivamente me abrazo escondiendo su rostro en mi cuello -"si, aceptó, Sebastián, solo no me dejes por favor"- mi mano le acarició la espalda
-" nunca lo haria, Bocchan"-
Después de unos momentos, consolandonos en los brazos del otro, decido cambiar un poco esta atmósfera nostálgica que nos envuelve
-"acompañeme"- sujeto su mano -"hasta el fin del mundo"- su timidamente determinada respuesta hace que se forme una pequeña sonrisa en mis labios.
Salimos del carruaje y lo ayude a subir al techo del mismo, acomode una sabana en el, para que ambos nos recostaramos viendo el firmamento en todo su esplandor, una vista así sólo se puede ver lejos de la cuidad y sus fábricas.
Astre se estrecho mas a mí, lo cubrí con la sabana y pase mi brazo alrededor de si cintura, solo nos quisimos olvidar de nuestros problemas, nuestros futuros problemas inminentes, de todo lo que dejamos atrás, de nuestras preocupaciones, en ese instante solo existiamos nosotros dos y nuestro amor.

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Volver a Londres no era una opción, es seguro que nos esten buscando en suelo y aire. No solo tenía a Scotland yard tras mi pista, sino también al actual perro guardian, quien posiblemente este hecho una furia en estos momentos.
Otro problema sería el hospedaje, ¿Dónde nos quedaremos? No podia tener a Astre viviendo en un carruaje por el resto de la vida, él que nació en una cuna de oro, independientemente de eso, quisiera darle lo mejor del mundo, pero no tengo nada más que ofrecerle que mi amor, mi fidelidad y mi tiempo.
-"ahh"- sin querer solte un pesado suspiro -" oye, no te compliques, Sebastián, es como tu dijiste: solo te necesito a ti para ser feliz...aún si tuviera que vivir en un carruaje hasta hacerme viejo"- al final de su oración solo una pequeña risita que inevitablemente me contagió a mi también.

-" sostengo lo que dije, pero el dinero que nos puso Ciel en la maleta no durará para siempre, tengo que encontrar trabajo, pero me da miedo dejarte y que alguien te aparte de mi,  agradezco tu amabilidad al aceptar vivir en un carruaje pero yo  te quiero dar lo que necesites, no quiero que vivas en la misiera, no tengo nada que ofrecerte, es más, solo te ofrezco escases, esta vida llena de complicaciones no te la mereces...tal vez sea mejor si regresaras a cas..."- fui interrumpido por sus exquisitos labios, en un beso lleno de amor que me hizo callar.
-"Sebby, hagas lo que hagas, digas lo que digas, no me apartare de tu lado, estamos juntos en esto, nada de esto es tu culpa, es culpa de los demás que no aceptan que nos amamos, ya buscaremos algo, hay que ser unidos e imponernos ante la adversidad juntos, como pareja"- una sonrisa calida y ojos comprensivos me miraban, mientras su mano acariciaba mi nuca y la otra sujeraba mi pecho.

the blunette and the crowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora