16; Rescate y pérdida.

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Fuimos tantas cosas, fuimos todo y más, fuimos risas, gritos y ahora lágrimas. 

Habían acompañado a Gellert Grindelwald por una larga caminata luego de aparecerse en un tipo de bosque, no sabían en que lugar estaban, el vértice parecía estarse cerrando y Leta les comentó el riesgo.

—Uno debería... abrir nuevamente el vértice y volver, puede que nos quedemos en este año. 

—¿Lo dices enserio?  –preguntó Tina, escandalizada.

—No estoy muy segura, pero si el vértice se está cerrando, puede que pase...  ¿Que crees tu Newt? 

El magizoólogo levantó la vista hasta las dos y luego observó entre ellas el cierre del vértice, después volteó hasta el joven Grindelwald, que se había sentado en el pasto del bosque, sacando el grimorio de su bolsillo. 

—Iré yo, volveré a abrirlo, ustedes no pierdan de vista a Grindelwald, si deben irse solo déjenme, las encontraré. 

—¿¡Estas loco!? 

Exclamaron ambas al mismo tiempo totalmente escandalizadas.  Tina prosiguió. 

—Si vas a ir... te esperamos Newt. 

—Estoy... estoy de acuerdo con Tina, te vamos a esperar. 

—¿Pero si Grindelwald se va?  –inquirió el mago inglés.

Leta rodó los ojos mientras se cruzaba de brazos y Tina alzó su ceja izquierda como de costumbre, cómicamente el magizoólogo sabía que de ambas dos ese era demostración de el principio de un enojo así que decidió tocar el vértice y con el catalejo en mano desapareció. 

Tina sintió que el estómago se le apretaba, todo podía pasar, jugar con el tiempo o con los paralelismos nunca había sido bueno, menos lo sería ahora.  Leta no había perdido de vista al joven Grindelwald, de vez en cuando este se levantaba del piso pero solo para ensayar movimientos de varita, volvía a dictarle algunas cosas a la pluma mágica y esta escribía, eso sí, como si supiera que alguien lo estaba viendo o escuchando dictaba todo en otros idiomas. 

Habían pasado casi dos horas y el mago aún no volvía, ambas brujas habían hecho el intento de poner a funcionar un reloj, pero no avanzaba, seguro que el vértice de tiempo causaba eso. 

—Va a volver, ¿cierto?  –preguntó la Auror con el alma en un hilo. 

—Claro que si bruja, es solo que acá el tiempo es distinto, de seguro él piensa que han pasado unos segundos y ya.  –respondió con tranquilidad la bruja morena mientras miraba el vértice. 

—Tan tranquila... –musitó suavemente Tina, esperando que el vértice volviera a brillar y expulsara a Newt. 

—¿Quieres que comience a gritar?, ¿que me desespere? , ¿eso serviría de algo? 

Tina solo negó con la cabeza, ambas sintieron un ruido y voltearon, el joven Grindelwald se estaba levantando del piso y guardando todos los utensilios que había utilizado en sus bolsillos.  Leta y Tina se miraron asustadas, no podían dejar a Newt pero dejar ir al joven Grindelwald así como así, teniéndolo tan cerca era también un desperdicio. 

El vértice comenzaba a brillar nuevamente y de un momento a otro Newt fue expulsado por el túnel que anteriormente recorrieron juntos. 

No hubo tiempo para saludarlo ni mucho menos, ya que el sollozo de alguien los hizo guardar silencio para poder prestar más atención.  El joven Gellert Grindelwald se había parado al borde del río y tenía la cabeza gacha, parecía estarse lamentando, se agachó y tomó una piedra.

Giver or taker?  {NEWTINA}. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora