26; Sí, somos novios.

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Podría decirte tantas cosas, pero, si solo tomas atención en la manera que te miro, ¡ya está!, no necesito decirlo, ya deberías saberlo todo. 

—¡Madame Picquery, Señor Graves! –exclamó sorprendida la Auror mientras se alejaba un poquito del cuerpo de su ya novio.

Percival Graves movió la cabeza en forma de saludo para después observar por el rabillo del ojo a Tolliver, al parecer las cosas habían cambiado bastante. 

Goldstein, es un honor verla.  –espetó con tranquilidad la Señora Presidenta– Nosotros acabamos de llegar, ¿ya habló con su hermana o prefiere que lo haga el Señor Graves? 

Tina aún no cabía en sí por lo que había pasado repentinamente, aún no experimentaba besar a Newt de manera atrevida, solo besos suaves e inocentes pero no dejaba de sentirse avergonzada al frente de todos. Levantó la mirada hasta el magizoólogo y este la incitó a hablar, recordó la pregunta de Madame Picquery.

—¿Ah?, ¡oh sí!, o sea me gustaría hablar con ella, si claro... 

—Pues vamos entonces.  –Madame Picquery levantó la mirada hasta el Señor Travers– Usted dirá, Travers.

—Sí, Scamander los guiará hasta las celdas, debe informarles de algo con anterioridad.  –el Señor Travers hizo un ademán con su mano hasta Theseus y este asintió, saliendo recién de sus pensamientos.

—¿¡Estaís saliendo!?  –exclamó el mayor de los Scamander, haciendo la situación aún más incómoda para la pareja. 

Tolliver desvío su mirada gélida y al hacerlo se encontró con la cara de patán que tenía Graves, Graves el perfecto. Madame Picquery volteó para que no la vieran sonreír, la situación se había tornado cómica en un momento de seriedad. 

Tina se puso una mano en la mejilla para intentar bajar su rubor, era imposible, volteó para mirar la situación en la que se encontraba Newt, nada distinto, se moría de la vergüenza igualmente.  El mago inglés aclaró su garganta y haciendo honor a su valentía, dijo.

—Tina, ve por Queenie. Estaré esperando por tí.  –la tomó por las mejillas y le besó con suavidad la frente. 

—S...sí, iré. Te veo al... rato.  –se congeló al sentir el tierno y cálido beso del mago en su frente, pero se recuperó.

Theseus giró sobre sus pies, sin antes darle una mirada confidente a Newt y se fue con su grupo de trabajo y el grupo de la MACUSA hasta las celdas del lugar. 

Newt volteó sobre sus pies también con una sonrisa idiota en los labios, a pesar de estar algo avergonzado esa sensación, aquella sensación no se la quitaría nadie. 

—¡Boo!  –lo sorprendió Leta a la vez que lo agarraba del brazo. 

—¡Por Merlín, Morgana y todos los Dioses! ... Leta... –espetó botando el aire del susto a través de sus labios.

—¿Tan fea soy, Newton?  –inquirió la bruja, en tono de juego. 

Él negó, mientras caminaba con ella del brazo.

—Por supuesto que no, lo digo porque me sorprendiste.

—Entoces, ¿aún te parezco linda? 

El mago se quedó en silencio, que ganó una sonrisa amplia de parte de ella. 

—El silencio otorga.  Pero, ¿hacia donde te diriges?  –preguntó ella.

—Iba hasta mí puesto de trabajo, un momento, para esperar a Tina.  –respondió él con hastío, por el simple hecho de nombrar aquel trabajo que seguía sin agradarle en su totalidad. 

Giver or taker?  {NEWTINA}. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora