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¿Dónde estoy?

En mi Palacio Mental.

Pero todo se siente tan real...

No estoy pensando...

Realmente estoy aquí.

¿Cómo llegué aquí?

Larga historia.

Pero busca el comienzo de esa historia, Sherlock.

Busca la condición sine qua non.

Aquella sin la cual nada de esto hubiera pasado.

Donde, dónde.

Busca en tu mente. En tu palacio.

Abre puertas. Cierra puertas.

****

[Un año y medio antes]

La secundaria de Strand. Otra vez aquí. Otro año empieza.

—¿Qué haces luego, Sherlock? ¿Te quedas aquí? ¿Vas a ballet? —empezó a cuestionarle su padre, mostrando más interés en él que el que hubiera tenido en años. —¿Te paso a buscar?

—No, me iré solo —fue lo único que respondió el joven ante la repentina atención de su padre.

—Está bien. ¡Buena suerte en tu primer día, hijo!

El menor de la familia respondió con una sonrisa fingida y se bajó del auto sin mucho entusiasmo.

No es que Sherlock detestara ir a la escuela, pero le parecía tremendamente aburrida y monótona.

Pensaba que los planes de estudio eran mediocres, mal diseñados, y que solo tendían a igualar a los alumnos, sin tener en cuenta singularidades o habilidades específicas que estos podían presentar.
Él, por ejemplo, era un genio en química. No tenía ningún reparo en considerarse alguien extraordinario en esa ciencia, la cual estudiaba casi completamente por su cuenta, a tal punto que el actual temario de la asignatura era inocuo en comparación con sus conocimientos.
Pero así como es un genio en ello, es ignorante en otras asignaturas, y es allí la crítica que hace al plan de estudios. ¿De qué me sirve saber que giramos alrededor del sol? Podríamos girar alrededor de una piedra y eso no me afectaría en nada. ¿De qué me sirve saber la historia de los reyes de Inglaterra? Ahora mismo podría estar reinando un mono y a mí no me importaría.
Así, Sherlock podría tener excelentes calificaciones en química, en biología, o en botánica, pero tener los peores exámenes en historia o en filosofía.

Así y todo, el chico había logrado pasar de año, pero no veía la hora de terminar la escuela. Ya tenía planeado lo que haría: terminaría la licenciatura en química y luego haría criminalística, su más grande afición. A Sherlock le fascinaba leer e investigar casos criminales. No solo actuales, sino hasta de siglos pasados. Podía quedarse noches enteras mirando documentales sobre asesinatos con la mayor atención del mundo. Tenía también una extraña atracción hacia el estudio de la personalidad de los criminales, especialmente de asesinos seriales.

Mientras más intrincado el crimen, más fascinante le parecía. Y a todos ellos intentaba aplicar el llamado método deductivo, que había logrado dominar de forma extraordinaria, a tal punto que podría saber la historia de una persona con solo mirar el puño de su campera o el cuello de su camisa.

The Two of Us || TeenLock Fanfic (TERMINADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora