7

452 61 50
                                    

—... ¿Qué fue eso? — susurró John.

Su compañero también se había paralizado ante el ruido. Miró al rubio algo inquieto.

John se trasladó con mucho sigilo en dirección al lugar de donde había provenido el ruido. Sherlock le siguió por detrás.

Su compañero iluminó unos arbustos que se extendían frente suyo, pero se mantenían estáticos. No se movían más que como efecto del viento.

Se mantuvieron un tiempo en esa posición, pero no había señales de ningún movimiento detrás de dichos matorrales.

—Quizás fue solo el viento. — volvió a hablar John, sin elevar mucho la voz. — o un zorro.

El detective tragó saliva nervioso.

—O quizás fue... ¡La bestia de Exmoor! — dijo de repente, haciendo que su compañero se sobresaltara. John se echó a reir.  —¿Te asustaste? —dijo divertido.

—No seas idiota. Ya te dije que eso no existe, es un mito.

—¿Qué me dices de las fotos y videos que el guarda parques mencionó? — le preguntaba mientras los jóvenes se relajaban, sentándose entre los arbustos.

—Los he visto, están claramente manipulados. Ya te dije, no hay grandes felinos en este país. Con suerte hay algún que otro oso o lobo.

De repente volvieron a escuchar algo, esta vez mucho más cerca de ellos. Se oía como un animal corriendo velozmente.

Los jóvenes se pusieron de pie como pudieron, realmente alarmados esta vez.

El rubio se acercó a su compañero e instintivamente se colocó delante suyo de forma protectora. Alumbró en dirección al ruido, y se mantuvo así un rato, moviendo lentamente la luz a su alrededor. Solo sus respiraciones podían escucharse, cuando un manchón negro pasó rápidamente por la zona iluminada, haciendo que ambos jóvenes se sobresaltaran de terror.

—¡¡Mierda!!

—¡¡Vámonos de aquí!! — clamó el joven detective, tomando bruscamente a su compañero de la chaqueta.

Sin pensarlo dos veces, echaron a correr en dirección contraria en ese mismo segundo. Ni siquiera sabían a dónde se dirigían, y con suerte lograban maniobrar sus linternas para ver algo en aquella oscuridad total y no chocarse o tropezarse con algo. El trayecto en bajada facilitaba la huida, pero al mismo tiempo debían cuidarse de no terminar rodando colina abajo.

Corrieron como si no hubiera un mañana, como si sus vidas dependieran de ello, siendo esto último prácticamente cierto. Volvieron a escuchar un ruido, esta vez, similar a un rugido, y el terror los invadió aún más. Esquivaron ramas, arbustos y piedras de todo tipo, al menos, John pudo hacerlo.

— ¡¡¡Ah!!!

— ¡¡Sherlock!! — gritó alarmado cuando notó que el chico que corría cerca suyo había dado un alarido. Le encontró en el suelo, tomando su rodilla. Pero Sherlock le tranquilizó de inmediato con un "estoy bien", y volvieron a correr.

No se detuvieron hasta que llegaron a una especie de cabina de vigilancia, cerca de un río, y sin presencia de guardaparques.  Los chicos se metieron sin pensarlo, encerrándose allí como pudieron. Se desplomaron de cansancio, jadeantes, en el suelo.

Sus frentes chorreaban de sudor y el miedo aun no abandonaba sus rostros. La adrenalina de la huida aun corría por sus cuerpos y tardaron un rato en normalizar sus respiraciones.

— ¿Estás bien? — se apresuró a preguntar John.

— Sí, sí. Solo me raspé. — respondió su compañero, levantando la bota de su pantalón hasta hacer visible la zona afectada.

The Two of Us || TeenLock Fanfic (TERMINADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora