29 (Berlín)

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La siguiente parada fue la vibrante y moderna ciudad de Berlín. El color grisáceo predominante en los flamantes edificios e innovadoras construcciones, en combinación con los rastros de la cruda historia desperdigados por la ciudad, materializados en los pedazos de aquel horripilante muro que otrora había dividido a la ciudad en dos. Todo le causó a John una sensación totalmente distinta a la vibra romántica de Paris, pero igual de valiosa.

Comenzaron con una interesante visita por el Reichstag, luego con numerosas fotos en la Puerta de Branderburgo, en la Catedral de Berlin, un pletórico almuerzo en una típica cantina alemana y un vistazo al emblemático Checkpoint Charlie (donde John se hiciera poner el mítico sello del muro de Berlin en su pasaporte y se lo presumiera a Sherlock por fotos). Luego de ello, los chicos de Strand volvieron al hotel por un momento.

A decir verdad, todos andaban emocionados porque esa noche les tocaba salir a una de las discotecas más exclusivas de la capital alemana: Berghain. Emblema del techno y muy singular en todo sentido, la disco tenía un derecho de admisión que era una incógnita y a la vez sumamente exclusivo. Nadie sabía exactamente cuáles eran los criterios para ingresar al excéntrico antro, por lo tanto, uno podía ser arbitrariamente rechazado por los afamados guardias tan solo estando esperando en la fila. Obviamente, los chicos de Strand tenían su pase asegurado esa noche.

Pero para eso faltaba, y las actividades del día continuaban.

Lo siguiente era una aburrida charla sobre el bullying y el acoso escolar que sus profesores les obligaban a asistir. Nadie entendía porque colaban eso en medio del viaje de estudios, pero los pobres chicos tendrían que aguantársela.

A menos que a algún alumno rebelde se le ocurriera irse, y llevarse consigo a un acompañante.

—Pssst... ¡John!

El capitán del equipo, que ya se dirigía al salón del hotel donde darían la charla, se dio vuelta a corroborar el origen de aquel siseo.

—¿Mary? —contestó extrañado y la chica le atrajo rápidamente detrás de unos enormes decorados.

—¡Shhh! —le calló con un dedo en su boca. —Hey, vámonos de aquí.

El rubio le miró arqueando una ceja. —¡¿Estás loca?! Tenemos la charla del bullying ahora.

—Por eso te estoy diciendo que nos vayamos, ¡dah! —se burló Mary en un susurro. —Berlin es genial, deberíamos aprovechar para conocer, no para estar encerrados aquí.

John se cercioró de que nadie estuviera presenciando aquella escapada. Estaba considerando la idea, porque sinceramente, él pensaba lo mismo. Pero no pudo evitar preocuparse.

—¿Cómo piensas salir de aquí? —susurró el chico.

—Tengo todo planeado, sígueme.

John le siguió bastante reticente, mientras tenía un extraño deja vu con aquella vez que se había escapado con Sherlock en Exmoor. Algún día van a descubrirme...

Terminaron escapándose exitosamente  por el estacionamiento, y una vez de vuelta a las calles berlinenses, John volvió a dirigirse a la chica.

—¿A dónde iremos?

—Tú solo sígueme —le dijo Mary con una sonrisa que se le contagió a John.

La chica iba a la delantera mientras chequeaba el GPS de su celular.

—Hay un lugar cerca de aquí que quiero ver—empezó a explicarle la joven. —Se llama Teufelsberg o algo así. Es una estación de radar que usaron los americanos en la Guerra Fría para espiar a los rusos, pero ahora está repleta de graffitis super cool.

The Two of Us || TeenLock Fanfic (TERMINADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora