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—Déjame adivinar —dijo Greg mientras tomaba asiento. —Sherlock.

John suspiró y asintió con pesar.

—¿Pelearon? —preguntó el consejero mientras le ofrecía los usuales snacks al joven rugbier.

—No, no peleamos —dijo John, mientras aceptaba la oferta del otro. —Es Sherlock... Él no está bien.

John procedió a contarle sobre el incidente del ataque de pánico, sin mencionarle la circunstancia del mismo porque de algún modo le avergonzaba. Desde que eso pasara, el rubio había intentado hablar con Sherlock acerca del tema, pero el joven detective esquivaba exitosamente cada oportunidad en la que John le demandara aquello o simplemente lo desestimaba con displicencia. De hecho, Sherlock actuaba como si el incidente no hubiera siquiera sucedido.

—Bueno, los ataques de pánico suelen ser una respuesta a situaciones angustiantes —explicó Greg con seriedad. —Sherlock ha pasado por muchas situaciones de ese tipo en los últimos meses. La expulsión de aquí, de su casa, de su academia de ballet, el vivir solo y todo lo que ello implica. Es evidente que su mente, por más extraordinaria que sea, le está pasando factura por todas esas cosas.

—Sí... Me encantaría ayudarlo a sentirse mejor —confesó John.

—Lo ideal sería que lo convencieras de acudir a un profesional. Sé que con Sherlock es prácticamente imposible, pero quizás, si tú se lo dices... Creo que eres la única persona que él escucha en estos días.

—No, eso sería imposible —dijo el rugbier acomodándose en su silla. —Sherlock no se cansa de hablar mal de los psicólogos. Y temo que si se lo digo reaccione muy mal...

—Entonces convéncelo de hacer algo —propuso Greg acodándose en su escritorio. —Sherlock necesita retomar alguna actividad en su vida, ya sea el ballet, el colegio, cualquier cosa. Eso puede ayudarle a distraerse un poco y a tranquilizar su mente. Porque si sigue encerrado en ese apartamento haciendo vida de ermitaño, va a volverse loco.

—Justo el otro día hablábamos de algo así... —empezó a relatar el rubio. —Le comenté que habían abierto las inscripciones en muchos colegios para iniciar el próximo año. Y me volvió a decir que no tiene pensado seguir estudiando. Me dijo que no lo necesita porque ni siquiera planea ir a la universidad. Dice que estudiará criminalística y química por su cuenta porque "no necesita un papel que le diga que sabe esas cosas".

Greg se mostró enormemente preocupado por eso. Miró decidido al chico que tenía en frente.

—John, tienes que convencerlo. Tienes que hacerlo entrar en razón. Porque si sigue haciendo lo que él quiere, perderá el control de su vida. O peor, perderá el control sobre su mente.

El capitán se mostró de acuerdo con ello. Lo que Greg le decía no era una novedad, pues John ya lo sabía, especialmente cuando se enterara lo de la cocaína. Si le digo a Greg sobre eso, seguro se desmaya.

—Además, eso aliviará la carga que sientes, John —volvió a hablar el consejero. —Recuerda, no debes ser el único soporte en la vida de Sherlock. No debes permitir que dependa enteramente de ti para obtener paz mental, porque eso terminará agotándote a ti. Debes apoyarlo, estar ahí para él, por supuesto. Ayudarle a abordar sus emociones de una manera correcta. Pero es bueno que busque algo más para distraerse. En principio, algo que lo saque del apartamento.

—Bueno nosotros-

—Que no implique colarse en propiedades privadas, escenas del crimen, robar cosas u otros delitos —le interrumpió Greg arqueando una ceja.

Para cuando dejaran de hablar del tema John anunció que debía partir, pero Greg le detuvo por otro asunto que le había estado dando vueltas por la cabeza últimamente.

The Two of Us || TeenLock Fanfic (TERMINADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora