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¡¡Está grave!! ¡¡Le están haciendo una cirugía ahora mismo!!

¿Qué hace Gavin aquí? ¿De qué está hablando?, piensa el joven detective, quien solo puede ver a Greg Lestrade y a su hermano Mycroft en alguna parte de su Palacio Mental, o lo que queda de él.

Esto es una locura. ¡¡Hay que detener a ese chico!!

¿Mycroft? ¿Qué pasa? ¡¿De qué están hablando?! Exclama en dirección de aquellos mientras su angustia va en aumento. Por más que les hable o les grite, Sherlock no puede hacerse escuchar por los otros dos.

¿Están hablando de John?

¡¡Malditos respóndanme!! ¡¿Dónde está John?! ¡¿Qué le pasó a John?! grita con todas sus fuerzas pero sin ningún éxito. La preocupación le consume, la ansiedad le carcome. Sabe que John, el John del exterior, necesita su ayuda. Pero él permanece inmóvil en aquel limbo entre la vida y la muerte del cual no ha resuelto salir y del cual no sabe cómo salir. No tiene idea cuanto tiempo le queda, cuánto tiempo se decidirá por caer en uno u otro extremo. Pero la incertidumbre es insoportable.

Sus ojos se humedecen y lágrimas de impotencia bañan sus mejillas.

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Abrió sus ojos con dificultad y notó el calmo entorno hospitalario a su alrededor. Poco a poco fue sintiendo cada parte de su cuerpo recostado en el camastro. Su torso se hallaba desnudo, salvo por los pequeños tubos conectados a él y una enorme venda blanquecina que cubría la parte de su hombro y casi la mitad de su espalda y pecho. Intentó moverse en su sitio pero un dolor terrible en aquella zona le invadió, impidiendo su objetivo. En ese momento recordó con amargura los acontecimientos de la noche anterior que le habían llevado a terminar en ese estado.

Un médico y un par de enfermeros también se hallaban en el cuarto. Hablaban casi en murmullos, como si no quisieran molestarle o como si no quisieran que escuchara lo que decían. Cuando el médico notó su despertar, se le acercó y le explicó lo sucedido con una tranquilidad que John llegó a envidiar.

Afortunadamente, si es que algo realmente afortunado podía haber en sufrir una herida de bala, la misma no había afectado algún órgano o vena importante. Asimismo, debido a la corta distancia del disparo, la bala había logrado salir del cuerpo del chico, por lo que no hubo que lidiar con extraerla de su cuerpo. Sin embargo, la cirugía fue necesaria para cerrar la herida. El galeno le explicó acerca del proceso quirúrgico al que John tuvo que ser sometido, con algunas referencias técnicas a una infección que habían logrado detener pero que el rubio no logró entender demasiado.

La herida le dejaría una marca importante y le invadirían ocasionalmente dolores que debería paliar con ciertos analgésicos. El rugby y todo tipo de actividad física le estarían estrictamente prohibidas por mucho tiempo.

El médico le dejó con uno de los enfermeros y se despidió con toda amabilidad. Un procedimiento rutinario de toma de datos le siguió a eso. Mencionó a su padre solo porque se lo pedían y no porque esperara que el tipo podría pasarse por allí.

La aparición de caras conocidas le alivió un poco. Mary, Molly, Irene, Bill, Victor e incluso Mike se aparecieron por la puerta todos en patota.

—¡John! ¡¿Estás bien?! —fue la primera en preguntar Mary, liderando la comitiva de amigos.

—No puedo moverme mucho, pero estoy bien —logró responder John con cierta dificultad. —¿Ustedes?

—Estamos bien, no te preocupes.

The Two of Us || TeenLock Fanfic (TERMINADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora