06.

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— ¿Qué pasó con el chico que estabas conociendo? —preguntó Seokjin. Eran escasas las veces que llevaba a su hermanito a la escuela; no solía tener mucho tiempo, la universidad le estaba matando, pero quería aprovechar cada mínima oportunidad para convivir con él.

— No salió como esperaba, solo... ya se acabó. —susurró, apretando sus labios luego. No quería hablar de ello, había estado tratando de dejar de prestarle atención a Yoongi desde hace semanas, incluso dejó de seguirle en Wink cuando este le pidió que se alejara, así que no quería sacar el tema a flote.

Le había contado antes a su hermano sobre él, aunque omitiendo el insignificante detalle de que solo se veían porque tenían planeado  tener sexo más tarde y subirlo a internet.

— ¿Tú? ¿Estás quedando con alguien?

— No, bueno... no tengo tiempo de eso. He conocido varias chicas, pero ninguna puede entender que no puedo dedicarles tanto tiempo como ellas quisieran.

— Y... ¿chicos?

— No, no. —rió suavemente.— Es muy complicado encontrar chicos que gusten de otros chicos, ¿sabes? No entiendo por qué tú los conoces todo el tiempo, como si ellos naturalmente se acercaran a tí. —detuvo el auto frente al colegio del menor.— Suerte, Jungkookie. —sonrió, dando así por terminada su plática.

— Adiós. —susurró, antes de bajar del auto e ingresar al lugar, adentrándose en los pasillos.

Jungkook había tenido anteriores relaciones con chicas, cuando era más pequeño y apenas comenzaba a llamarle la atención eso a lo que todos llamaban 'ser novios'. Tenía novias que presumía a sus amigos, pero también tenía novios que mantenía en secreto, pues incluso para un niño, era fácil saber que todos veían mal a dos personas del mismo sexo siendo novios, sus propios padres solían criticar esta clase de relaciones todo el tiempo. 

Siendo tan solo un niño que gustaba de otro niño, había llegado a sentirse culpable por romper las reglas que sus padres le habían enseñado.

Conforme fue creciendo, se volvía mucho más consciente de la diferencia entre su gusto por las chicas y los chicos; ellas solo le gustaban por cosas superficiales como las lindas falditas que usaban, ellos le atraían de un modo que no podía explicar. Y, eventualmente, se dió cuenta de que lo que le gustaba de ellas, era porque él quería poder usarlo también.

Sus conflictos consigo mismo aparecieron cuando recién comenzaba su adolescencia y, en su desesperación, le contó a su hermano mayor lo mucho que deseaba saber cómo se vería en él una faldita.

Para un chico de 12 años, había sido tan emocionante el que su hermano le llevara al centro comercial y lograsen entrar al probador con una prenda de este tipo que habían elegido juntos, sin que nadie pudiera darse cuenta. Jungkook se avergonzaba tanto de esto.

Mirarse en el espejo con ella puesta mientras su hermano le decía que le quedaba muy bien, había sido sin duda uno de los momentos más felices de su vida, porque finalmente se había sentido con un poco de libertad acerca de lo que él quería usar.

Seokjin siempre fue alguien contra los estereotipos que sus padres querían meterles en la cabeza, le resultaba adorable escuchar a su hermanito contarle un deseo como ese y se encargaba de repetirle cientos de veces que si quería hacer algo, debía hacerlo; no tenía que detenerse por el miedo a lo que dirían los demás. Sin embargo, aunque ambos se repetían esta idea día con día, nunca fueron capaces de admitir abiertamente y ante cualquiera su gusto por los hombres.

— ¡Jungkook! —la voz de Taehyung hizo al mencionado girar, esperando a que este le alcanzara para luego seguir caminando juntos.— ¿Adivina qué? Ya llegó la caja a mi casa. —sonrió insinuante, refiriéndose obviamente a la cantidad de juguetes sexuales nuevos y ropa linda que habían pedido por internet.— ¿Jugaremos algo hoy?

— No lo sé... hay mucha tarea, Tae. Tenemos proyectos, deberíamos enfocarnos en eso por ahora.

— Ah, nunca te niegas a grabar cuando nos llegan cosas nuevas. Haremos algo rápido, ¿sí? Luego la tarea.

— Eres un completo irresponsable. —se detuvo frente a su salón.— Pero bueno, algo rápido. —sonrió, para luego despedirse y entrar en el aula, tomando su asiento.

Las miradas de sus compañeros hacia él siempre le resultaban incómodas, pues el miedo constante de que aquella atención fuese a causa de que habían descubierto lo que hacía en Wink, nunca desaparecía, a pesar de que eran las mismas miradas que le dirigían todos adentro a cada persona que entraba por esa puerta.

Su profesora llegó poco después, tomando asiento y comenzando a dar instrucciones, hasta que su clase fue interrumpida por toques en la puerta cerrada del aula.

La maestra se levantó con dificultad debido a su ya avanzada edad y se dirigió a la puerta, abriéndola y saludando al director del colegio, quien ingresó junto a un chico y se posó frente a la clase.

— No quiero quitarle mucho tiempo, maestra. Chicos, él los estará acompañándolos lo que queda del semestre. Tuvo que mudarse por motivos personales y, por lo tanto, estudiará aquí a partir de hoy. —miró ahora al chico.— Preséntate para la clase. —pidió.

— Pues... —su expresión no lucía tan amigable, parecía estar a punto de maldecir al director.— Mi nombre es Jimin y... y ya. —dijo, sin querer brindar algún otro detalle sobre él.

La mirada de Jungkook no podía apartarse de él, le parecía curiosa su apariencia: vestía una sudadera holgada pero un pantalón apretado. Sus piernas eran grandes y su cabello estaba desordenado, su expresión le hacía sentirse ciertamente intimidado, pero los lentes en su rostro le hacían lucir lindo.

Era adorable y sexy al mismo tiempo, Jungkook se estaba maldiciendo a sí mismo por sentir que sus hormonas se estaban volviendo locas.

[ ♥ ]

— Te digo que luce re daddy. —sus pasos eran largos y veloces, su amigo apenas podía seguirle el ritmo.

— ¿Cómo dijiste que se llama? ¿Jimin?

— Shh, shh. Ahí está. —se detuvo, ocultándose detrás de la pared de uno de los edificios para evitar que los descubriera. Taehyung le imitó, asomándose para verlo.

Jimin simplemente se había sentado en la parte trasera del colegio, en el amplio jardín que atravesaba algunas de las estructuras. Se encontraba, más específicamente, oculto en el espacio entre un edificio y otro, alejado de la zona en donde se encontraban los comedores.

Sacó un cigarrillo de su mochila y lo encendió, llevándolo a sus labios para disfrutar de él mientras miraba alguna cosa en su celular, ante la mirada atónita de Jungkook y Taehyung.

Ese colegio era demasiado estricto, ¿cómo había entrado con un encendedor? No, ¿cómo lo había hecho con un cigarro? ¿Cómo es que no había nadie ahí vigilando?

¿Cómo estaba tan tranquilo?

Cualquiera podía pasar por ahí y encontrarle fumando, aquello estaba prohibido y podían incluso expulsarlo, pero parecía no importarle.

El probelma es que, de algún modo, esa imagen le parecía tan atractiva a Jungkook.

[ ♥ ]

Nota: Siempre he querido escribir sobre un Jungkook con falda y un Jimin con lentes, jaksjaksjaa.


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