33.

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— ¿Qué buscas?

— Ya lo encontré. —rió, tomando en sus manos todo lo que había juntado.— Póntelo. —dejó las prendas en la cama; una faldita negra y unas mallas de red. Jungkook abrió a más no poder sus ojos.

— Yoongi, dijiste que íbamos a pasear. Mi hermano llegará pronto, no podemos tener sexo ahora.

— ¿Quién dijo que tendríamos sexo? Póntelo, vamos a salir.

— No voy a salir con eso. —rió, no entendía qué pretendía el otro pidiéndole algo como aquello, era imposible.

— Vamos a dar una vuelta en moto, con cascos. Nadie va a saber que eres tú, la gente me verá con un chico lindo abrazado de mí.

— Sigue siendo demasiado riesgoso, ¿cómo saldremos de mi casa si voy vestido así? Van a verme.

— Solo debemos revisar que no haya nadie en la calle cuando salgas; una vez acelere, estamos a salvo, confía en mí. —se acercó, acariciando con sus dedos una de sus mejillas. Realmente lo estaba considerando, que le estuviese convenciendo era asombroso.— Por favor, sabes que lo quieres. Siéntete libre, bebé, al menos un poco.

— Si me descubren estás muerto.

— Lo sé. —rió.— Y voy a arriesgarme por tí, quiero hacerte feliz. —se inclinó un poco, para estar a su altura.

— ¿Qué ganas tú?

— ¿Estás bromeando? Voy a verte con falda y esas mallas, eso es suficiente.

— Dios, Yoongi. —se quejó.— Deja de decir cosas así.

— ¿Cómo?

— ¿Por qué eres tan lindo? No es necesario.

— Ah, ¿quieres que te explique?

— ¿Que me expliques?

— Me gustas. —soltó, sonriendo en grande ante le expresión del chico.— Oye, ¿acaso no lo sabías?

— Ah...

— Quiero ver a mi novio sonreír. Te gusta usar eso, quiero que puedas usarlo afuera por primera vez. Será genial.

— Yoongi, lo de novios era juego, ¿cierto?

— No. Eres mi novio, es todo. ¿O quieres que te traiga regalos y te lo pida formalmente?

— N-no...

— ¿Entonces lo eres? —sujetó suavemente su mandíbula, mirándole con unos ojitos tan brillantes.— ¿Somos novios enserio?

— Su-supongo.

— Bien. —le besó levemente, levantándose y volviendo a mirar las prendas que había elegido.— Ahora, póntelo.

[ ♥ ]

— Acelera Yoongi. Ya, ya. —pidió, ansioso, mirando hacia todas direcciones para asegurarse de que no hubiese nadie afuera. El mayor rió con ternura ante su paranoia, tomando la bolsa negra en la mano del otro para llevarla consigo y encender la moto luego.

— Luces sexy.

— ¡Ya vámonos! —respondió, avergonzado.

El viaje no fue demasiado largo, ni siquiera salieron de la ciudad.

Yoongi condujo por alrededor de veinte minutos, rodeando calles, pasando por varias de estas y dando la vuelta luego para tomar veinte minutos más de vuelta. Salía tanto con Jungkook que ya sabía ciertas rutas a la perfección, tan solo le estaba llevando por los lugares que ya conocía.

Jungkook estaba tan nervioso, su corazón parecía querer escapar de su pecho ante lo fuerte que latía, podía jurar que lo estaba escuchando por encima del motor del vehículo.

Estaba tan asustado por la posibilidad de que alguien le reconociera, por su postura o algo, y el que las personas le siguieran con la mirada —pues se notaba que era un chico, alguien con ropa como esa en una motocicleta junto a otro chico—, no le era de ayuda.

Sin embargo, el viento soplando en sus piernas, la falda levantándose levemente y haciéndole tener que mantener una mano ahí para evitarlo, la gente mirándole junto a Yoongi, le hacían sentir de lo mejor; era tan agradable poder sentir que estaba rompiendo una regla no escrita, pero bien establecida por la sociedad; era un chico, un chico con "ropa de chica" y mostrándose ante todos. No podía creer que realmente estaba pasando.

Estaban cerca de llegar a su casa, un par de cuadras atrás, Yoongi bajó la velocidad y entró en un pequeño callejón, mirando hacia ambos lados, tratando de que nadie le viese hacerlo. Detuvo el motor dentro de este y bajó junto a Jungkook.

El mayor retiró su casco, mirando al otro con auténtica emoción plasmada en su rostro.

— ¿Cómo te sientes?

— Ah, bien. —retiró también su casco, sonriéndole tan apenado. Era extraño estar usando aquello, pero seguía siendo increíble.

— Jungkook. —se acercó a él, abrazándole con fuerza.— ¿Es normal que me sienta orgulloso? Lo hiciste, mi bebé salió usando ropa linda. —rió suavemente, haciendo al otro sonrojarse aún más. Yoongi se estaba volviendo tan lindo.

— D-dame el pantalón, Yoongi. —pidió, tratando de ignorar sus comentarios. No podía responderle.

— Oh, sí. —dejó el abrazo, extendiéndole la bolsa, mas la alejó en cuanto el otro iba a tomarla.— Pero primero... —volvió a terminar con la distancia, pegando su cuerpo a él. Sonrió, mostrándole sus intenciones en aquel simple gesto.

Tomó su mano y le guió hacia una de la paredes, agradeciendo que la luz solar comenzara a desaparecer y aquel lugar fuese algo oscuro, un poco más seguro.

Jungkook reposó una de sus palmas en la pared, sujetando con la otra su codo y escondiendo ahí su cabeza, para inclinarse levemente y dejar su trasero expuesto a su novio.

Ya lo esperaba, sabía que Yoongi querría algo más que solo pasear con él vestido así, por eso no se quejaba. Tan solo había estado esperando a que el mayor le indicase en qué momento lo harían.

Yoongi levantó un poco la faldita que llevaba puesta, bajando luego sus lindas bragas. La red era la última capa en su cuerpo, pero no era siquiera necesario quitarla.

— ¿No es incómoda esta cosa? —susurró, acariciando el borde de uno de los orificios, tocando la piel del menor.

— Úsala y luego dime. —respondió, Yoongi tan solo rió.

Llevó un dedo a su boca para humedecerlo, lo dirigió luego a su entrada y lo introdujo sin más. Era delicioso cómo el cuerpo del chico parecía succionar su dedo mientras lo metía y sacaba, era tan curioso cómo terminaba metiendo su pene en ese orificio tan pequeño. Aquello era lo que lo hacía tan bueno.

Se inclinó un poco, dejando caer algo de saliva en sus dedos para poder introducir uno más y estimularle con rapidez, buscando terminar con aquello pronto.

La adrenalina recorría sus cuerpos, necesitaban irse lo antes posible si no querían que alguien los descubriese.

Los sacó luego de poco y bajó su pantalón, acomodando el mismo orificio de la red para acomodarlo en su entrada y poder meter su miembro por ahí, sujetando la cintura del menor con tanta fuerza, gruñendo en un alto volumen, ignorando el riesgo de que alguien les escuchara.

Se arriesgaban demasiado y eso, obviamente, no podía traer nada bueno.





[ ♥ ]

Video 윤국 YoonKook •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora