24.

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— Quiero venir más seguido. —rió, abrazando al menor en cuanto este cerró la puerta de su habitación.

— ¿Por qué no lo haces? —le correspondió el abrazo, recargando su cabeza en su hombro y sintiendo el olor de su perfume. No siempre se perfumaba; a veces estaba ebrio, a veces olía a tabaco, nunca sabía cómo lo vería.

— Ya lo sabes. Si te mudaras a mi ciudad, podría ir a verte diario; si estuvieras solo, podría quedarme contigo.

— Sabes que eso es complicado.

— ¿Lo has pensado?

— Algo. Supongo nos sería más fácil grabar y... eso, pero no puedo estar seguro de que tú y yo sigamos con esto tanto tiempo, no sé si valdría la pena mudarme y dejar aquí todo lo que tengo.

— ¿Aún dudas si seguiré contigo? Aunque quieras dejarme, no vas a hacerlo. Sabes bien que no voy a permitirlo.

— ¿Por qué? —dejó el abrazo y le miró correctamente, esperando una respuesta.

— Me interesas mucho. No voy a dejarte ir ahora que encontré alguien perfecto para lo que busco.

— ¿Qué es lo que buscas? —le era imposible disimular la pena que aquellas palabras le habían causado, pues su sonrojo lo delataba.

— Lo sabrás en su momento. —se acercó, hablando de nuevo, tan cerca de sus labios. Ese hombre desprendía sensualidad y sabía cómo usarla.— Hay algo que me causa mucha intriga y he intentado preguntarte hace mucho pero, ya sabes, siempre que vengo me desconcentras. —su sonrisa tan leve era difícil de notar, pero ahí estaba. Jungkook amaba sentirle tan cerca, era algo tan especial.

— ¿Qué cosa?

— Bueno... solías subir muchos vídeos con faldas, ¿qué pasó? Extraño verte en ellas.

— Ah... —desvió su mirada, aquello le avengonzaba tanto, nadie además de Seokjin y Taehyung sabía que él gustaba de usar dichas prendas. Era extraño hablar con alguien más sobre ello.— No lo sé, en realidad, me es incómodo usarlas. Lo hacía en vídeos cuando Taehyung me acompañaba, pero desde tí, no he vuelto a hacer eso con él.

— ¿Tengo la culpa de que las hayas dejado?

— No...

— ¿Puedo verlas?¿Las tienes aquí?

— Ah, sí. —le llevó al armario, mostrándole el pequeño cajón donde guardaba las ropas para sus vídeos; él guardaba la ropa, Taehyung guardaba sus juguetes.— He-hemos comprado mucho. —sonrió, apenado.

— Ya veo. —metió sus manos ahí tomando una de ellas, una linda faldita color negro con la parte superior blanca y haciendo al otro cubrir su rostro ante ello.— ¿Me muestras cómo te queda?

— Yoongi... n-no puedo usarlas frente a tí.

— Uh, ¿por qué no? Me gustan mucho, bebé. Déjame verte, ¿sí?¿Por favor? —casi parecía estar rogando, realmente ansiaba que el chico aceptase.

— No es tan fácil.

— Sí lo es, solo te la pones y me dejas manosearte. ¿Qué dices?

— Yoongi, eres un total desvergonzado. —rió, acercándose de nuevo al armario para abrir otro cajón.

— ¿Eso es un sí?¿Ahora qué haces?

— Voy a ponerme otra ropa interior, también. Las faldas no van con bóxer.

— Mm, premio doble.

— Calla si no quieres que me arrepienta.

— Bien, bien. Lo siento, continúa. —calló finalmente, siguiendo con atención cada movimiento del menor. Jungkook evitaba mirar hacia atrás, pero sentía los ojos de Yoongi sobre él.

Bajó su pantalón y su bóxer juntos, de espaldas a su acompañante, y se apuró en retirarlos. Deslizó la pequeña ropa interior por sus piernas, subiéndola hasta su trasero y maldiciendo en su mente ante la pena que sintió cuando el pequeño hilo de tela se coló entre sus glúteos.

Subió también la falda con la misma rapidez, acomodándola y mirando hacia abajo luego, sus piernas expuestas y la pequeña tela tapando apenas unos centímetros debajo de su trasero.

No se atrevió a girar para encarar a Yoongi, se mantuvo en el mismo sitio, inmóvil, esperando a que su cuerpo reaccionara y pudiera relajarse. No era tan malo, pero no podía controlar su vergüenza.

— Luces precioso. —se acercó el mayor finalmente, abrazándole por detrás y deslizando sus manos por su estómago, donde su camisa aún le cubría.— Deberías usarlas más seguido. No te imaginas lo mucho que quisiera salir contigo vestido así y tomando tu mano para que todos vean el hermoso niño que tengo conmigo.

— Yoongi... —eso solo le estaba apenando más.

— ¿Cómo puedes ser tan lindo? Eres un bebé precioso, mi bebé precioso. —pasó sus manos por la tela de la prenda y las llevó a sus muslos, acariciándole mientras su nariz aspiraba el suave olor de su piel.— Quiero que seas mío, Jungkookie. Quiero verte así siempre. —comenzó a frotarse suavemente contra él, haciéndole removerse ante la sensación, sin poder responderle algo.

Yoongi finalmente dejó de hablar, usando sus labios para deslizarlos por el cuello del menor, besando con suavidad su piel y escuchando el sonido de su respiración, volviéndose más fuerte a cada segundo.

Ambos saltaron un poco cuando, entre aquel delicioso silencio, un ruido les alertó.

Jungkook se separó con todo el dolor del mundo, pues no quería dejar de sentir el tacto de Yoongi, y tomó su celular para revisar los mensajes que le habían llegado, volviendo a dejarlo en la cama y corriendo hacia el sitio donde había dejado su pantalón.

— Seokjin dice que mamá viene para acá, le dijo que había alguien conmigo. Ni siquiera sabía que ya habían llegado, lo siento. —dejó caer la falda y se puso de vuelta su pantalón, sin detenerse siquiera a quitarse aquellas bragas. Arrojó a su armario la ropa en el piso y se sentó en la cama.

— Ven, siéntate aquí. —Yoongi le siguió y ambos simularon estar conversando, hasta que la puerta se abriese y los padres de Jungkook se aparecieran en el marco de esta.— Mamá... No sabía que hoy llegarían temprano. —sonrió falsamente para ella. No entendía qué hacían ahí si, como ya sabía, siempre se iban a cualquier lugar con tal de evitar toparse con él.

— Quizá debimos avisar. —sonrió también, haciendo a su hijo arder en rabia por ello. Odiaba que lucieran tan lindos, ignorando el hecho de que le estaban hiriendo tanto con su desprecio.— Como sea, ¿dónde están mis modales?¿Cómo te llamas, jovencito? —se dirigió al otro esta vez.

— Ah, Yoongi. Un gusto conocerla, señora. —se levantó, yendo hacia ella para saludarla, notando luego la presencia de otro hombre detrás.— Oh, señor. Buenas noches. —saludó también, haciendo a Jungkook sonrojarse levemente por la forma tan extrovertida en que ese chico tomaba situaciones delicadas.

— ¿Eres novio de mi hijo? —preguntó la mujer sin más, yendo directamente a lo que quería saber.

— Sí. —Jungkook se quedó atónito ante su respuesta.— Bueno... justo hoy vine para pedirles a ustedes permiso de hacerlo mi pareja formal. Es menor de edad, es lo correcto, ¿cierto? —rió suavemente, disimulando el nerviosismo que le causaba la situación. Se estaba metiendo en más problemas de los que necesitaba, pero es que no sabía cómo evadir a aquellas personas.

— ¿Qué edad tienes tú?

— 18.

— Oh... —cruzó miradas con su esposo, Jungkook notó un leve asentimiento de parte de su padre.— Bueno, Yoongi, ¿te quedas a cenar?


[ ♥ ]


Nota: No tardé tanto esta vez, tiempos oscuros se acercan avd

Video 윤국 YoonKook •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora