Run

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El mes había pasado relativamente rápido, Taehyung y Jin se habían visto muy pocas veces desde aquel domingo que estuvieron almorzando, sin embargo se hablaban por chat, preguntas como ¿Cómo fue tú día? o ¿Ya almorzaste? Sin duda alguna alegraban el corazón de ambos.

Por otro lado, Taehyung y Jungkook habían logrado entablar una amistad alrededor de la vaga excusa de que Tae tenía que ayudarlo a conquistar el frágil corazón de Jimin.

Es increíble como la vida de Tae había cambiado en tan poco tiempo, duró muchos años sumido en la soledad y la depresión, estar superandola por completo era un logro satisfactorio para él.

Era viernes, habían terminado sus parciales y Taehyung se encontraba demasiado cansado como para encontrarse con Jin. Al llegar a casa le envío un mensaje y sonrió tontamente al ver como el contrario respondía rápidamente, se llevó el aparato eléctronico a su pecho y suspiró.

Definitivamente amaba sentirse así.

Pero como si la vida tuviera algo en contra de su felicidad, en ese momento sonó el teléfono de su casa, porque sí, había tenido que comprar otro después de haberlo arrojado por la ventana. Se acercó desganado porque sabía de quien se trataba y contestó.

-Hola-. Dijo Tae nerviosamente.

-Kim Taehyung, que hijo más mal agradecido tengo, hasta que al fin te dignas a contestar, tras de que te pagamos la universidad y una carrera sin un futuro no sientes que estas en la obligación de llamarnos, aunque sea agradece un poco, podrás estar grande pero aún eres un mantenido, trabaja a ver si es tan sencillo. Al menos sé que estás vivo y que no estoy enviándole dinero a un muerto, ah y por cierto, sé que se acercan las vacaciones, pero ni sé te ocurra venir por acá, tu primo se está quedando y trajo a su novia así que no hay espacio. Adiós-.

Y así fue como la poca felicidad que había logrado Tae acumular se esfumó por completo, las lágrimas empezaron a salir de la nada, no es como si fuera la primera vez que lo trataban así pero siempre lograban sumirlo en un estado de tristeza y frustración extremo.

Dejó el teléfono en su sitio y se fue al pequeño sillón que tenía, abrazó sus piernas y lloró, no parecía que las lágrimas fuesen a acabarse pronto. Su corazón se sentía apretado, su garganta se cerró y su pecho se sentía pesado, incapaz de formular alguna frase, solo se limitó a llorar, sin embargo su mente empezó a actúar por sí sola y los pensamientos malos y autodestructivos no tardaron en salir.

¿Por qué ellos tenían que ser así? ¿Qué había hecho mal? Sin duda alguna Jin no merecía estar con alguien tan roto como él, era un desastre Jin se iba a cansar seguro.

Cada vez lloraba con más intensidad, abrazaba sus piernas mientras seguía sollozando fuertemente. En ese momento su celular sonó, observó la pantalla y trató de sonreír mientras el nombre de Jin aparecía, lo pensó por un momento y se decidió a contestar, trataba de ocultar cualquier signo de tristeza de su voz, pero no pudo y acabó por llorar.

-Tae sé que estás triste, no quiero oírte así y saber que no puedo hacer nada, enviame tu dirección e iré a tu casa-.

Dicho esto Jin colgó y espero pacientemente la dirección, una vez la tuvo, agarro las llaves y salió corriendo, agradecía que estuvieran cerca.

Llegó frente al apartamento y golpeó con insistencia la puerta, esta se abrió y sin previo aviso entró medio desesperado por encontrar a Tae. Lo vió con sus ojos rojos, las mejillas llenas de lágrimas y tenía un labio herido de haberlo mordido para ocultar sus sollozos.

Jin lo abrazó fuertemente y el contrario se dejó, hundió su cabeza en el cuello de Jin y volvió a sollozar. Para Seokjin ver a aquel muchacho tan herido le dolió demasiado, quería seguir viendo sus adorables sonrojos y su sonrisa encantadora.

-Ya, ya, todo estará bien, yo estoy aquí-.

Lo llevó al sillón y se sentaron buscando una posición cómoda, Tae acabó por sentarse en las piernas de Jin y abrazandolo fuertemente.

-Perdoname Jin, no soy la persona para ti, no quiero que te aburras-.

-¿Quién dijo que me iba a aburrir? Tae eres una persona encantadora, por favor, no sé qué sucedió pero no hagas caso a eso, eres demasiado hermoso, inteligente y talentoso, no digas esas cosas, eres mucho para mi pero estoy aceptando el riesgo de tener a alguien tan valioso en mi vida-.

Lo tomó de sus mejillas obligándolo a mirarlo, Jin sonrió y sin avisarle puso sus labios en los del contrario.

Tae se encontraba anonadado, no pensaba que el mayor fuese capaz de hacer eso, además era su primer beso no sabía que tenía que hacer. Cerró sus ojos y se dejó llevar.

Los labios de ambos permanecieron quietos durante un tiempo, Jin empezó a moverlos delicadamente procediendo un leve escalofrío en el cuerpo de Tae, quien trató de seguir el ritmo.

Ambos se sentían en el cielo, sin embargo sus pulmones requerían de oxígeno y acabaron el beso.

Los brillantes ojos de Tae conectaron con los oscuros de Jin, ambos tenían las mejillas rojas pero aún así sonrieron, se dieron un pequeño beso y se abrazaron. El corazón de ambos se sentía cálido, no querían separarse, hace años ninguno de los dos se sentía tan bien y se negaban a dejarlo.

-¿Me quieres contar que te pasó?- Dijo Jin en un susurro, mientras acariciaba la espalda de Tae.

-Si, pero más tarde, en este momento tengo demasiado sueño-.

-Entonces duerme-.

Tae se iba a levantar de las piernas de Jin, pero este se lo impidió.

-Duerme aquí-.

Volvió a acomodarse poniendo su cabeza en el pecho de Jin y escuchando sus latidos logró calmarse bastante.

-Gracias-. Fue lo último que dijo antes de caer dormido.

"Aunque mis pies estén llenos de heridas, al menos puedo sonreir cuando te veo."

Hola!

Como ya se han podido dar cuenta hay una leve mención del Jikook en esta historia, durante la última semana he estado pensando en contar como avanza su relación mediante otro fan fic debido a que no me gustaría hablar muy a fondo de esta pareja en este relato.

Quisiera que me dijeran si les gustaría leer eso, espero que las personas que lean este fic me digan y no morir ignorada Jajajaj.

Sin más, muchas gracias UwU nos vemos el siguiente Sábado.

SoledadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora