Soledad

Even If I Die

Las vacaciones habían empezado, días antes de esto Taehyung se había inscrito a las audiciones, llamó algo nervioso a la agencia y lo citaron a mitad de mes para presentarse, cosa que alegró al chico y a su casi novio, por lo que tendría que volver antes del viaje para poder ir a la casa de Jungkook, hacer los arreglos respectivos a su canción y presentarse.

Actualmente, los dos Kim se encontraban en sus respectivos apartamentos guardando su ropa para el viaje, Taehyung estaba algo nervioso por conocer a la mamá del castaño, quería dar una buena impresión, tanto así que decidió cambiar su platinado cabello por un rojo cereza, lo había hecho el día anterior, así que Seokjin se sorprendería al verlo.

Una vez tuvo todo listo, le escribió a Jin quien le dijo que lo estaría esperando en la recepción en cinco minutos. Dejó la maleta al lado de la puerta y suspiró, jamás se imagino que alguien quisiera pasar las vacaciones con él y mucho menos invitarlo a conocer a su madre, se sentía Feliz pero Kim Taehyung necesitaba formalizar la relación que tenía con él castaño, estaba decidido a hacerlo durante su estadía en la pequeña ciudad donde se encontrarían, había preparado todo con ayuda de Jimin el cual estuvo totalmente encantado con la idea, aún lo recordaba dando pequeños saltos de felicidad cuando él lo llamó y le dijo.

Agarró las llaves y salió de su apartamento, bajó hasta la recepción justo a tiempo, el castaño quien iba llegando, al verlo se llevó una mano a su boca y abrió los ojos sorprendido.

-Tae Tae ¿Por qué cambiaste el color de tu cabello?-. Preguntó aún sorprendido mientras se acercaba y pasaba una mano por la cabellera roja del contrario.

-Quería causar una buena impresión y Jimin me sugirió este color ¿No te gusta?-.

-No es eso, solo que no me lo esperaba, aunque he de decir que te queda bastante bien-. Dicho esto guiño un ojo y sonrió, agarró la mano del pelirrojo para empezar a caminar fuera del edificio -El taxi que nos llevará a la estación de tren nos está esperando, vamos-.

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Kim Seokjin reposaba su cabeza en el hombro de Taehyung, desde que se subieron al tren el mayor no pudo evitarlo, se encontraba nervioso, era la primera vez que él le presentaba una pareja a su madre y cabe resaltar que aún no eran nada formal, cosa que  frustraba demasiado al castaño.

Aún no sabía porque no se lo había pedido, con sus anteriores novias fue demasiado sencillo, recordó que sólo se acerco y les preguntó ¿Quieres ser mi novia? A lo que ellas inmediatamente respondieron que sí. Sin embargo con Taehyung se sentía diferente, quería que fuera especial, algo que jamás había hecho, quería hacerlo sentir emocionado y conmovido.

Fue por esto, que durante las semanas anteriores había estado planeando todo. Según sus planes lo llevaría a su lugar favorito de la ciudad, donde tendrían una romántica e inolvidable cena, hablarían y reirian de cosas sin sentido, para así cuando fuera el momento, sacaría las pulseras de pareja que había comprado el día anterior y le diría todo un discurso de porque lo quiere como su novio, para luego preguntarle seriamente si quiere tener una relación con él.

Su corazón se aceleró de solo imaginarlo, pensaba en el pelirrojo emocionado, con sus mejillas del color de su cabello, sus ojos cristalizados debido a sus sentimientos, asintiendo efusivamente, luego él le pondría la pulsera en su hermosa muñeca y lo besaria con amabilidad tratando de demostrarle lo mucho que lo quería, y si las cosas salen bien, tal vez terminarían aquella velada en la casa que había heredado de su fallecida abuela, donde Seokjin le haría el amor.

Sonrió tontamente debido a sus pensamientos, jamás creyó ser tan cursi, fue gracias a Taehyung que ha llegado a descubrir cosas de sí mismo que no sabía, estaba totalmente agradecido con él, lo quería demasiado, tan solo esperaba que esta relación durara mucho tiempo.

Levantó su cabeza encontrándose con Tae profundamente dormido, observó su reloj y se dio cuenta que había pasado demasiado tiempo pensando en su propuesta, tres horas habían pasado y era obvio que sin mantener una conversación el chico se quedaría dormido.

Plantó un pequeño beso en la mejilla del contrario y se recostó nuevamente en su hombro, esta vez se dispuso a dormir, quedaban 4 horas de camino y era mejor descansar antes de encontrarse con su madre quien sabía bien que lo recibiría con un montón de preguntas.

Una hora después Taehyung despertó, el cielo de la tarde estaba entrando por su ventana, observó a Jin dormir plácidamente sobre su hombro y sonrió un poco, estaba esperando con ansias llegar, quería que el momento llegara para poder pedirle al castaño que lo llevara a su lugar favorito y allí pedirle formalizar su relación, al principio solo quería decírselo, sin embargo Jimin le dijo que comprara una especie de collares o pulseras que harían la propuesta algo más romántico y así lo hizo, compró dos collares de los cuales colgaban unos dijes en forma de corazón. Estaba totalmente satisfecho con su elección, sólo esperaba que a Jin también le gustara.

Volvió su rostro hacia la ventana y se dispuso a observar el paisaje, el atardecer desde allí se veía hermoso, el corazón de Tae se sentía en paz, esperaba que aquel viaje lograra recargar sus energías para volver a la ciudad, aunque no quisiera, sabía que tendría que visitar a sus padres, tal vez no en estas vacaciones pero si muy pronto de no ser así ellos serian capaces de dejar de pagarle la carrera y dejarlo a su suerte, por lo que no quería arriesgarse a perder aquellos fondos.

Con cuidado sacó su celular y conecto los audífonos, puso una canción que según el quedaba a la perfección con el ambiente y se dispuso a cantarla.

-Cantas hermoso-. Le dijo una voz que lo sacó de su concentración, se quitó los audífonos y observó el rostro de su acompañante, su sedoso cabello castaño estaba algo desordenado y sus ojos aunque aún algo adormecidos lo observaba con amor.

-Tú cantas mucho mejor-. Respondió con simpleza Tae.

-Algún día deberíamos cantar juntos entonces-.

-Cuando tu quieras-. Sonrió Taehyung, cosa que hizo que el mayor también lo hiciera, plantó un pequeño beso en sus labios y el silencio volvió a reinar en aquel lugar, sin embargo estaba muy lejos de ser incómodo, tan solo disfrutaban de la prescencia del otro sin necesidad de las palabras.

"Sin ti, las lágrimas llenan mi corazón."