Mikrokosmos

674 90 41
                                    

Una vez Taehyung se encontraba en su hogar se desplomó en su cama y empezó a llorar, no sabía porque, esta vez todo estaba bien, tenía a Seokjin a su lado y habían pasado una linda tarde, creía estar superando aquella depresión pero entonces recordó que aquel demonio volvía para atormentarlo cuando le placia.

Abrazó la almohada y escondió su rostro en ella para acallar sus gritos de desesperación, las luces de todo el apartamento estaban apagadas.

Como él.

¿Por qué de la nada todo se volvía tan oscuro?

Tae no lo sabía.

Quería llamar a Jin.

Pero ya lo estaba molestando bastante.

Cerró sus ojos y espero a que las lágrimas dejaran de caer sin control sobre su rostro, su pecho dolía, pero sabía que era estúpido.

No tenía nada de que quejarse, su vida estaba llendo bien, las dos personas que habían entrado a su vida sin permiso estaban llenando su existencia de luz.

Trató de pensar en lo hermoso que se vió Jin ese día, su risa, sus gritos, su voz, cada cosa de él era encantadora. Entonces, a pesar de lo miserable que se sentía, trató de escribirle a Jin.

Quería un poco de aquella luz que irradiaba el chico, la necesitaba para alejar aquella sombra que lo perseguía sin descanso y que esperaba cualquier momento para apoderarse de él.

Porque a pesar de estarlo superando, la depresión es como una maldita sanguijuela que se pega a ti y se niega a soltarte. Está detrás de tuyo, esperando por algún descuido que hagas para meterse en tu mente, a veces parece pequeña y piensas que todo está bien, pero de repente se vuelve gigante y es más de lo que puedes soportar.

Tecleo con sus dedos tembloroso un "¿Cómo llegaste a casa?" y apagó la pantalla esperando su respuesta. A los pocos minutos este vibró dando a entender que habían contestado, rió un poco ante aquella respuesta.

"Vivo (:" Había respondido el castaño. Tae empezó a sentirse mejor, aquel chico jamás dejaba de hacerlo reír. Siguieron hablando durante un tiempo, porque no, no les bastó haber pasado toda la tarde juntos.

Era el primer amor de Taehyung y le asustaba, tenía miedo de que aquella frase que dice "el primer amor nunca funciona" fuera real. Miedo de que Jin se cansara de él y se alejara, aunque aquello no le sorprendería.

Seguía sintiendo aquella molesta punzada de dolor, pero el estar hablando con Jin apaciguaba un poco ese sentimiento.

Apagó la pantalla de su celular y se dirigió al baño, observó su rostro y su desaliñado cabello, las raíces negras empezaban a verse y se dijo que era hora de pintarlo de nuevo. Echó agua en su cara y la secó cuidadosamente, algo absurdo debido a que iba a darse un baño.

Cada acción que realizaba se sentía como en cámara lenta, abrió la ducha y el sonido del agua cayendo sobre la porcelana de la tina hacia eco en su mente. Esperó a que esta se llenara y cerró el grifo, una vez desvestido, metió su frío cuerpo en el agua tibia, un leve escalofrío recorrió su cuerpo, cerró sus ojos y su mente se encontraba vacía.

Suspiró pesadamente, simplemente no podía dejar que aquella enfermedad contaminara su mente de nuevo, ya tuvo su tiempo de sufrimiento y aquellos dos intentos de suicidio fallido lo habían traído a la realidad.

La vida resulta difícil de comprender, vivimos para algún día morir, aquello carece totalmente de sentido. Nos vemos afectados por un montón de cosas externas a nosotros, la presión social, familiar, escolar, todo aquello son cargas con las que no deberíamos vivir. Somos demasiado frágiles y al final las personas en su vulnerabilidad hacen de todo para sentirse fuertes y poderosos, es por ello que usan a los demás y pasan sobre ellos sin importar sus sentimientos, al fin y al cabo esta vida se trata de la supervivencia del más fuerte.

Sin embargo, olvidamos que hay personas a las que la vida les pesa más de lo que debería, aquellos que por algún motivo su resistencia se fue abajo y acabó por hundirse en un hueco sin salida. En la búsqueda insaciable por el beneficio propio, sencillamente dejamos atrás a las personas que necesitan de una ayuda, de una luz que llene su vida y les muestre el camino que deben seguir.

Taehyung es una de esas personas, agradecía mucho a Seokjin por haber aparecido en su vida y estarla llenando de aquella luz que le hacia falta. No quería molestarlo más de la cuenta, el solo hecho de saber que él estaba ahí y dispuesto a abrazarlo era suficiente.

De a pocos aquel horrible sentimiento se fue disipando y Tae pudo suspirar con paz, salió de la tina, se puso la pijama, agarró su celular nuevamente y se dió cuenta de que había dejado la conversación con Jin a medias.

160 mensajes no leídos.
3 Llamadas perdidas.

Le había escrito un seco "Disculpame algo no anda bien" y luego se había ido a bañar. Trató de llamar a Jin nuevamente y este le contestó algo agitado.

"Ábreme la puerta que estoy llegando a tu apartamento".

Fue rápidamente hacia la puerta, la abrió, al poco tiempo entró Jin e inmediatamente abrazó a Tae. El olor del shampoo y del jabón relajó al castaño, mientras que el aroma de este hizo sentir protegido a Taehyung.

-Perdóname, me preocupé cuando dijiste que algo no andaba bien y luego no respondiste a mis mensajes-.

-Solo me estaba bañando, no me sentía bien pero ya pasó-.

-Nada de ya pasó, ¿Quieres contarme cómo te sentías?-. Preguntó Jin mientras cerraba la puerta y entraba por completo al apartamento. En ese momento Tae notó que Jin estaba en pijama, entonces rió haciendo que el contrario se sonrojara.

-Me asusté porque no contestabas, entonces sin importar como estaba vestido salí a buscarte aquí, menos mal vivimos cerca, si no hubiera tenido que sacar algo de dinero-.

El corazón de Tae se sintió cálido, quería más de esos momentos, quería más de la luz de Jin, lo abrazó fuertemente y lo besó.

Sus labios se movían sincronizadamente, Jin puso sus manos en las caderas de Tae y lo atrajo a su cuerpo, para luego sacar su lengua e introducirla en la boca del peli plata, a pesar de ser el primer beso que Tae daba de esa forma trataba de corresponderle adecuadamente.

Sin saber como, ambos llegaron al sofá, Taehyung se sentó en las piernas de Jin, seguían besándose y de vez en cuando paraban un poco para tomar aire, el castaño, quien ya había perdido algo de cordura, metió una mano debajo de la camisa del más joven, entonces Tae soltó un leve gemido producto del frío de la mano de Jin.

En ese momento, Taehyung puso las manos en pecho de Jin y se separaron, aún no era el momento para aquello. Se bajó de las piernas del contrario y se sentó a su lado, agachó su rostro y movía sus manos con cierto nerviosismo.

-Jin, perdoname, yo... -. En ese momento Seokjin levantó su rostro y puso un dedo sobre sus labios.

-Shh, no digas nada, no hay problema, puedo esperar- Dijo con dulzura -Mejor responde a mi pregunta ¿Cómo te sentías?

Taehyung empezó a contar sus anteriores sentimientos y Jin se limitaba a escuchar, al finalizar le dió un abrazo, un beso en la frente y le dijo que todo estaría bien desde ahora.

Debido a que se les había hecho tarde, Tae invitó a Jin a quedarse en el apartamento, fueron hasta su cama y ambos se acostaron. No le tomó mucho tiempo al mayor quedarse dormido, mientras que Taehyung se quedó un tiempo meditando sobre el cambio que estaba teniendo su vida.

Seokjin era todo lo que él necesitaba, no quería soltarlo jamás, agradecía su existencia y el que de alguna forma se hayan conocido.

Porque Jin era aquella luz que alejaba la oscuridad que por años atormentó a Taehyung.

"Te tengo en las noches oscuras"





SoledadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora