Always

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¿Te acuerdas cuando llegaste a mí?

Tenía 16 años y me dijiste que todo estaría bien si te aceptaba en mi vida...

Estaba equivocado.

Eres aquello que destruyó cada parte de mí, mi autoestima, mis relaciones interpersonales, mis calificaciones.

Recuerdo cuando empecé a apagarme, lentamente mi salud mental se fue acabando, me sentía con menos ánimos, a veces solo sentía tristeza y otras veces, tan solo, me sentía perdido, vacío.

Detestaba ese sentimiento.

No quería salir de casa, no quería ver a nadie, a veces solo llegaba a mi habitación y lloraba desconsoladamente.

Jamás tuve a alguien a mi lado.

Poco a poco mis ojeras se hicieron más notorias, estaba perdiendo mi apetito y por ende baje de peso. Mi demacrado aspecto me daba asco y tú no ayudabas mucho, siempre repitiendo que todo estaba mal conmigo, siempre diciéndome que le haría un favor a todos si me muriera.

Mi familia, las personas que se hacían llamar mis amigos, ellos se alejaron. Mis padres no comprendían que me pasaba, así que preferí fingir para ellos.

Siempre riendo, me esforzaba con mis estudios y aún así fallaba.

Estaba pérdido.

Los ataques de pánico se hicieron frecuentes y los pensamientos suicidas igual.

Jamás me dejabas solo, no descansaba, mi insomnio era de las peores cosas con las que tenía que lidiar. Los únicos momentos en los que sentía paz era cuando estaba en la ducha y los malos pensamientos se alejaban de mí, sin embargo al cerrar la ducha todo volvía a la normalidad.

Me sentía vacío, solo, sin futuro, mi vida no tenía sentido y tan solo quería acabar con todo esto, no podía más y mis padres se negaban a llevarme a un psicólogo.

¿Recuerdas cuando me incitaste a tomar todas las pastillas que papá guardaba en su cajón?

Aquella noche en la que no podía con el dolor que sentía internamente, la luna alumbraba mi habitación y me encontraba solo en casa.

"Si te tomas las pastillas del frasco que tiene tu papá todo va a terminar"

Dijiste, como un susurro a mi oído, la idea era tentadora, dejar de sufrir estúpidamente.

Fui hasta el cuarto de mis padres y sin pensarlo tomé unas 20 pastillas, al principio no sentí nada y me resigné a seguir vivo, después el aire me empezó a faltar, era desesperante sí, pero quería acabar con todo. De igual modo, ¿a quién podría importarle?

Mis padres estaban llegando en ese momento y me encontraron casi muerto, me llevaron al hospital y una vez estuve bien, me regañaron, me castigaron, no salí de mi cuarto durante dos meses.

¿Aún te acuerdas cuando me dijiste que si me cortaba las venas verticalmente y luego me dejaba ahogar en la tina todo acabaría?

Mi primo me encontró al borde de la muerte igual, me llevó al hospital y de nuevo mis padres me regañaron.

Solo trajiste dolor y sufrimiento sin motivo alguno a mi vida.

Cada vez que llegaba de la escuela y me ponía los audífonos, la música hacia un agradable eco en mi mente, llegué al punto donde nada me importaba. Ni los trabajos, ni mi familia, ni siquiera yo, nada importaba.

En esos momentos mi único escape era la música.

Aprendí a tocar distintos instrumentos y cantar por mi cuenta, compuse distintas canciones que reflejaban cada cosa que sentía, lastimosamente mis padres quemaron las letras cuando las encontraron.

Traté de superarte por mi cuenta y lo estaba logrando, apacigue muchas de las cosas que me impedían seguir, traté de ser fuerte pero nadie me apoyaba, así que aprovechabas esos momentos para volver a sentarte a mi lado.

Ponías tu brazo sobre mi hombro y susurraba cosas que no quería oír pero que irremediablemente siempre terminaba escuchando.

Sin embargo, alguien pudo sacarme de aquella oscuridad en la que me encontraba.

Kim Seokjin.

Un alto y apuesto muchacho estudiante de diseño gráfico, él cambio mi vida.

Gracias a él me sentí más fuerte, supe que nada de lo que pasó fue mi culpa.

Siempre que querías volver a joder mi vida, él estaba ahí, como un superhéroe, diciéndome que todo estaba bien.

Repitiéndome lo valioso que era.

Es en estos momentos donde me doy cuenta que valió la pena haber vivido, haber esperado.

Kim Seokjin...

Estoy dispuesto a pasar contigo el resto de mi vida, si tú también quieres, espero que lo nuestro dure muchos años.

Y aunque lo nuestro no termine bien, siempre serás mi primer amor, siempre te recordaré como mi superhéroe, aquella persona que finalmente logró sacarme del hueco en el que estaba metido.

Siempre estaré agradecido contigo.

"Si algún día me encuentro con Dios le diré que la vida es un café que nunca ordené."

Es un capítulo antes del capítulo (?

La verdad no sé como llamarlo XD pero me pareció lindo ponerlo así que aquí está.

Nos leemos mañana UwU que tengan linda noche



SoledadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora