[Secret 4]

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Los días se habían vuelto más pesados, más monótonos, y hasta más grises de lo habitual.

Junhoe se había convertido en el color de su vida, ese pequeño destello que le hacía olvidar todo lo que ocultaba el otro lado suyo, pero se obligó a sí mismo a ignorarlo por una semana.

Tratando de dejar de sentir todo lo que su corazón albergaba.

Su peor error no fue el haber encendido su teléfono en ese momento, sino lo fue el hecho de abrir su contacto cuando más débil se sentía.

Leyó esas palabras dos o tres veces, recordando la poesía que le leía su madre cuando aún era un inocente niño pequeño que creía en que toda su vida era perfecta.

Antes de que pudiera hacer algo, sintió un golpe en su ventana y sabía que Mino había llegado.

Tomó el dinero que le quedaba, y bajó rápidamente a abrir la puerta con cuidado, vigilando que su padre no haya llegado.

- ¿Bien? -pregunto seriamente el rubio, a lo que Jinhwan asintió. Sacó de su bolsillo una tableta de pastillas y un par de cigarrillos sueltos. -Sabes que no me gusta tener que ser cómplice de esto...

El más bajo sólo suspiró y asintió.

- Eres mi primo, no mi niñero.

- Exactamente por eso tampoco debería hacerlo; sólo lo hago porque en parte conozco a mi tío, no me gusta verlos así a ti a tu madre, pero por lo otro... -Jinhwan lo interrumpió antes de que pudiera seguir.

-Lo que haga o no con mi salud y mis pulmones no debe ser tu problema, yo te pago, no tienes que hacer preguntas. -tomó bruscamente lo suyo dejando el dinero en la mano del contrario.

- ¡Jinhwan, estás empeorando! ¿Cómo no quieres que me preocupe? -levantó un poco la voz, cesándola al instante para seguir hablando. -¿Por qué no dejas que te ayude?

- Porque tarde o temprano prometo que ya no va a ser necesario. -suspiró lentamente dándole una cansada sonrisa. -Vete, Mino, volveré hablarte si sucede algo. -antes de esperar respuesta, dió vuelta a su casa, apoyándose contra la puerta una vez cerrada.

Tomó su teléfono y con distorsión presionó el número del más joven; sin saber qué diría o esperaba que saliera de esa llamada; simplemente quería escuchar su voz.

Para su sorpresa, atendió, pero no como lo esperaba; ningún "Hola" o "¿Jinhwan?" Salió del otro lado de la línea.

Estuvieron lo que parecieron ser minutos, hasta que el mayor pasara saliva, y con dificultad hablara;

- También te extraño, Junhoe. -moduló lentamente antes de cortar y arrepentirse de lo dicho.

Contuvo las lágrimas y el nudo en su garganta; en el fondo él sabía que no debía haberse entrometido tanto con ese chico, pero desde un segundo él supo cómo captar su atención y obligarlo a hacerlo.

Escuchó cómo un auto se acercaba a su casa, y con rapidez se recompuso, yendo a la cocina con cuidado. Abrió los botellines de cerveza que esperaban el ser bebidos por su padre una vez entrara y comenzó a incorporar las pastillas que Mino le había dado.

Guardando las restantes para su madre.
Tan común, tan simple; una costumbre.

***

                                                                    Mucha información de repente, ¿Cierto?

No traten de entender más de lo que se explica :)
Seguramente mañana siga actualizando, estoy con sueño y no quiero escribir cualquier cosa.

~slypdream.

Chico Dulce ➳ [Junhwan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora