Capitulo 1; Una hechicera

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¿Quien pensaría que el afamado Stark no fuera bien recibido?. Nunca pensó que cuando llegó de nuevo al mundo, sin ningún otro vengador, sin Peter y el mago, solo él había regresado, vio como el mundo era un caos, por las pérdidas, le dijeron lo sucedido, los otros héroes, explicaron. El mundo ya no confiaba en ningún héroe, todos creían que Tony Stark había muerto, pero no, estaba vivo, nadie había creído que regresaría ni Pepper. Entonces lo decidió, cumpliría la promesa de aquel mago de circo. Fue a buscar a la persona en la que confiaba el hechicero.

Viajo solo, sin Pepper, no quería preocupar a la mujer y ella tenía que hacerse cargo de la empresa, la ubicación era fuera de donde ellos vivían e incluso parecía ser lejos, allí hablaban un idioma diferente y esperaba que esa chica dominará bien el inglés, porque el español no era uno de sus idiomas favoritos, pero lo intentaría. En ese día uso un traje negro, ya que la noticia que le daría a la chica era sobre la muerte del Doctor, estaba preparado para verla llorar, e incluso que lo golpeara. Al salir del aeropuerto, sacó un teléfono retro para contactar con un taxista.

[•••]

Dolía, se sentía ansioso, primeramente porque la muerte del chico seguía pasando en su mente, tanto que no podía dormir, recordaba el como no pudo hacer nada, impotente un maldito inútil, ojalá fuera él quien hubiese muerto. Sacó el papel de su bolsa del saco, vio la foto manchada de sangre, era una niña, de hecho parecía una niña no más de 12 años, aunque en la información decía que actualmente tendría unos 17 años, seguramente el doctor la conoció cuando ella era pequeña, busco en la dirección dada.

Las casa eran chicas y algunas estaban viejas cayendo a pedazos. Había basura tirada y perros, le dio asco aquella calle, la gente al verlo andar lo miraba, él estaba trajeado y el lugar parecía más de pobres, de hecho allí vivían gente de clase baja. Vio como algunos caminaban en la calle, y una chica que él reconoció, era la niña de la foto y nada había cambiado o casi nada. La agarro del hombro, para llamar su atención, porque la niña traía audífonos y no lo escucho, en su espalda cargaba la mochila escolar, ella se giró con el ceño fruncido y se quitó los audífonos y le miró.

—¿Eres Rubí?—. Cuestionó en español, pero de su boca salió un raro asentó que solo hizo que la niña riera.

—Si, señor... ¿Podría soltarme?. Si no lo hace gritaré, conozco a muchos de aquí, esta es mi calle y muchos saldrán a defenderme—. Hablo la menor. Stark la soltó de inmediato, no quería meterse en problemas.

La chica miro el traje negro y luego lo asoció a luto, sus ojos se dilataron al pensar en que quizá alguien de su familia había muerto, pero sacudió la cabeza rápidamente, seguramente esto tenía que ver con el "Apocalipsis" del que tanto hablaban, pero ya había pasado días de ello, ¿Su padre tuvo un accidente?, ¿Algún tío lejano que no conocía?.

—Necesito hablar con usted, ¿Conoce al Doctor Strange  Stephen?—. Cuestionó, la chica asintió, sabiendo lo que iba a suceder, trago saliva y halo la corbata del hombre.

—¿¡Él está bien!?—. Grito. Algo que sorprendió al empresario, nunca lo habían halado así, al menos que una mujer lo quisiera besar. ¡Pero era una niña!, ¿De dónde saco la fuerza?.

—El... Se hizo polvo.

Al escuchar eso lo soltó, bajo la mirada, mientras que parecía que estaba sollozando, él se inclinó y abrazo a la menor con la intensión de que sollozara en su pecho, mucha gente estaba viendo la escena y algunos corrieron al parecer a llamar a alguien. Ella se separo de él, mientras limpio unas pequeñas lágrimas.

—Apesta a colonia—. Se quejó, mientras cubría su nariz. El sonrió. —Si puedo ayudar en algo está bien, ¿Te mando él, cierto?. Le debo un gran favor a ese neurocirujano—. Explicó ella, su voz se escuchaba algo entrecortada aunque se obligaba a si misma a hablar normal.

—Lo hizo—. De claro, el vio como sus ojos de iluminaron, mientras limpiaba rápidamente sus ojos, miro a alguien que parecía acercarse. —¡Hermano!, El viejo fue mandado por Doctor—. Grito ella corriendo hacia un joven, detrás de él, venían gente chismosa, seguramente ellos fueron quienes le habían hablado al chico.

El joven correspondió el abrazo de su hermana y acarició su cabello.

—¿No ibas a la escuela?, Por lo del club—. Dijo su hermano. Ella sonrió alegremente, aunque en sus ojos reflejo tristeza. —Oh... ¿Doc, está...?—. Susurro en el oído de la niña. Ella asintió y se aferró a su hermana.

Stark observaba aquella escena, y pensó en Peter por alguna extraña razón, en su mente paso la imagen de cómo el chico lo abrazaba y le decía que no quería irse. Se mordió el labio al sentirse tan vulnerable.

—¿Usted es...?—. Cuestionó el hermano, sacando del trance al empresario.

—Anthony Edward Stark—. Se presentó.

—Daniel Morales, ella es mi hermana menor su nombre es Rubí Morales—. Señaló a su hermana. —Ella faltará hoy, así que seguramente sí el doc le dijo sobre ella es sobre, las personas en polvo, ¿Cierto?. Vamos a hablar esto en la casa—. Dijo el hermano sin dar tiempo a Tony de decir algo. Él de quitó los lentes de sol, esperaba otro tipo de reacción de fan, pero ellos desconocían su identidad, y la gente chismosa tampoco lo reconocían.

—¿No me conocen?—. Pregunto. Ambos hermanos lo miraron y negaron con la cabeza. —¡Soy Ironman!—. Exclamó algo orgulloso y altanero. El chico hizo una mueca, como si hubiese declarado que es gay o incluso algo mucho peor.

La niña río divertida.

—Viejo, ¿Te comento el doctor sobre la barrera?—. Se burló Rubí. —Noticias sobre héroes como tú, no entran aquí, evita hacer el oso, ¿Ok? O la gente llamara al manicomio.

Stark hizo una mueca, y decidió seguir al par de hermanos que se burlaban de él. No podía soportar a estos dos. Camino con la vista enfrente, pero no podía dejar de sentir las miradas sobre él, estaba acostumbrado a la mirada de deseo o de admiración, pero estos esperaban para atacar, veían sus defectos e incluso estaban dispuestos a ver qué error cometería, parecían depredadores viendo su presa. Camino hasta llegar a una casa de 2 pisos, la pintura estaba desgastada, pero al rededor todo estaba bien cuidado, nada estaba dañado, a su parecer.

—No debería juzgar, la mantengo limpia con magia—. Hablo Rubí. Stark se sorprendió, dándose cuenta que existían más magos como el doctor. —Yo soy la que protege mi país de que nadie se entere de su existencia—. Le dijo entrando a la casa.

Lo dejaron pasar y lo invitaron a sentarse en el sofá, ella se sentó y suspiro pesadamente. Miro a su hermano y este asintió, cerro las puertas y ventanas dejando que nadie viera lo que estaba pasando. Al estar todo cerrado, la chica miro a Stark tratando de adivinar lo que pensaba, el mayor se quedó sentado algo nervioso, sabía que la chica estaba triste, conocía bien como se sentía, el se sentía así también por Peter. El hermano colocó un vaso de cristal con agua, mientras que a su hermana menor le dio una malteada de fresa.

—Empecemos. Yo conocí al Doctor... ¿Strange?—. Pronunció mal el nombre del doctor, después sacudió su cabeza. —Vicent, un día, mi hermano necesitaba urgentemente una operación por un neurocirujano, mi familia no contaba con la economía para realizarla... Fue la primera vez que salí de la barrera por mi propia voluntad.

Los ojos de Rubí se llenaron de lágrimas y sus ojos miel, parecían brillantes y centellantes, con las lágrimas acumuladas en sus ojos brillaban rojos, de allí el nombre Rubí. Un nudo en la garganta de la chica se formó controlando su propia voz y lo único que pudo hacer Ironman, fue escuchar la historia completa de la chica.

La Hechicera Del Rubí ||Strange x Oc||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora