Día 8 (17:25 PM)

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(Airi's PV)

Ésto es un desastre; Zen va a pensar lo que no es sobre mí y todo por culpa del guardaespaldas de Jumin. El pobre hombre en estos momentos caminaba detrás de mí con la mirada fija en mi gran culo y algo asustado por la forma como me presenté cuando llegó. Estoy cansada de que la gente haga con mi tiempo lo que quiera.

-O dejas de mirarme el culo con esa cara de baboso salido o te juro que haré que te dejen sin trabajo.-le advertí, cansada de sus vagos intentos por tocar mi culo.

-Lo siento señorita; no era mi intención, no volverá a ocurrir.-me dijo con la cabeza gacha.

-A partir de aquí te quiero por lo menos a quince o veinte metros de mi persona, ¿entiendes?-le ordené seria con mis brazos en jarra.

-Si, señorita.-contestó, mordiéndose el labio.

Miré por toda la plaza buscando su hermosa melena blanca. No sabía por qué ahora estaba tan nerviosa. Caminé rápidamente por la plaza hasta divisar una marabunta de personas rodeando a otra de cabello blanco. Me fijo en la persona que se encuentra en el centro sonriendo como estúpida. Cuando veo que le dejan solo me acerco lentamente detrás suya y cubro sus ojos como puedo. Debido a su altura y aún con tacones tengo que ponerme de puntillas para cubrir sus ojos.

-¿Me echabas de menos?-le interrogué en su oído.

Él no contesto; sólo se giró y capturó mis labios con sus manos en mis mejillas. Por la sorpresa tardo un poco en corresponderle, pero en cuanto lo hago pongo mis manos en sus codos y cierro los ojos disfrutando del momento. Una solitaria lágrima rueda por mí mejilla debido a la felicidad de poder tocarle por fin. La felicidad que reinaba ahora en mi pecho no quería que terminara. Nos separamos por la necesidad de oxígeno en nuestros pulmones.

-Hola cariño, echarte de menos se queda corto.-me confesó besando de nuevo mis labios sin quitar sus manos de mi rostro.

-Yo también deseaba poder verte en persona, después de hablar tanto por el chat y por llamadas telefónicas deseaba tenerte así cerca.-le aseguré sonriendo dulcemente sin apartar mis ojos de los suyos.

-Cuentan también las fotos atrevidas que me has mandado.-mencionó sonriendo de lado.

-Idiota, ni que te hubiesen molestado a la vista al verlas.-protesté dándole un manotazo a su fuerte pecho.

-Todo lo que esté relacionado contigo me encanta.-me dijo besando nuevamente mis labios.

-Te amo Zen, aunque mi mente este aún echa un lío, sé que te amo.-le confesé con timidez.

-Y yo te amo a tí, preciosa.-me confesó de vuelta besándome de forma más intensa, rodeando mi cintura.

-No se cómo V y tú podéis amar una chica rota y defectuosa como yo.-mencioné mordiendo mi labio.

-Yo te amo por tu fuerza, por tu belleza, por la luz que representas para muchos nosotros en la RFA, porque eres el sol que ilumina mis pensamientos cuando me levanto y la luna que centellea en mis sueños cada noche, porque me has hecho ver que la vida es un camino en el que nunca hay que dejar que caigamos, te amo porque con tus ojos verdes has conseguido desempolvar este pobre corazón que tengo, porque te amo y no hay más explicaciones.-me explicó haciendo que mi pecho diese un salto con tirabuzón incluido.

-Zen, solo soy una más del montón.-le dije con cierta timidez.

-Del montón excepcional. ¿Quieres ser mi novia? Sé que aún no tienes claros tus sentimientos hacia mí, sé que también amas a V, pero déjame intentar ganarme tu corazón.-me pidió sonriente con sus manos en mis mejillas.

Mystic LoversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora