(Mili PV)
Después de un rato, nos dirigimos a casa. Yoosung lleva a Shiro en brazos, en el asiento trasero del coche. Pedí expresamente sentarme de copiloto en el viaje de vuelta. Seven me observa rápidamente antes de volver su vista a la carretera.
-¿Segura que te encuentras bien?-pregunta Luciel por décima vez.
-Sí, tranquilo.
-Es que te noto como ausente. Creo que hay algo dentro de esa cabecita que no nos estás contando.
-Mili... puedes confiar en nosotros.-responde Yoosung, tras de mí, poniendo una de sus manos en mi hombro izquierdo.
-No es que no confíe, es simplemente... no es nada. Estoy pensando en toda mi vida, en todo lo que he vivido, y es increíble que una simple niñata me haya hecho recordar todo.
-No, si te entiendo.-Yoosung aprieta mi hombro con suavidad-. Pero recuerda que es el pasado, y que nosotros te cuidaremos. La RFA te quiere, y Airi siempre estará contigo.
-Lo sé...
De pronto, el teléfono de Luciel empieza a sonar cuando aparcamos en la puerta del apartamento. Lo coge, mirando el marcador.
-Es Vanderwood.-al descolgar, pone una pícara sonrisa y responde-. Veo que no puedes estar sin mí, ¿eh?
Vanderwood debe responder algo más serio que de costumbre, porque la sonrisa se esfuma de su rostro y pone el manos libres.
-Mili, escúchame atentamente. No sé qué habrá pasado con vuestros teléfonos, pero Airi ha tratado de llamaros a los tres para deciros que ha visto a alguien con quien debes tener cuidado.
Mi piel se eriza y aprieto los puños con fuerza.
-Deja que adivine... ese baboso...-siseo, cabreada.
-Así es. Airi me ha dicho que debíais tener cuidado, porque se lo ha encontrado en la calle. Supongo que mientras esté con ese tal Zen, estará a salvo. Así que ahora es tu momento de tener cuidado. ¿De acuerdo?
-Gracias, Vanderwood.-respondo, aún tensa.
Luciel cuelga, y Yoosung sale del coche casi corriendo.
-No me lo puedo creer...-murmuro, saliendo del coche a trompicones-. ¿No puedo vivir mi vida en paz?
-Puedes y lo harás.-responde Seven, cerrando el coche y acompañándome a la entrada-. Hoy nos quedaremos aquí. Iré a por comida y pediré sushi para cenar, ¿te parece?
Asiento, aletargada. De pronto, posa sus labios sobre los míos y me empuja a la entrada del apartamento, donde se encuentra Yoosung con Shiro y sus cosas.
-Volveré rápido. Vosotros esperad dentro. Cuando os llame al teléfono, me abrís la puerta. No abráis si llaman al telefonillo, puede ser peligroso.
Dicho eso, se marcha a comprar comida. Subo entre suspiros, con un Yoosung confundido y una Shiro hambrienta.
-¿Qué te ha dicho?-pregunta Yoosung, acompañándome dentro.
-Básicamente, que tendré que recluirme en el apartamento...-suspiro, abriendo la puerta, y ayudando a Yoosung con Shiro-. Y que le abramos cuando nos llame al teléfono.
La pequeña Shiro corretea, feliz, por el apartamento, mientras Yoosung coloca su comida. Compruebo mi móvil, y me doy cuenta de que tenía un par de llamadas de Airi. El teléfono, misteriosamente, se había puesto solito en silencio, y maldigo internamente por haber asustado a Airi. Seguramente, cuando tenga ocasión, se asegurará de que la próxima vez, le coja el teléfono aunque no lo oiga. Recorro el apartamento con mis ojos y veo al pobre rubio apoyado en la encimera de la cocina, observando cómo la pequeña come moviendo la colita.

ESTÁS LEYENDO
Mystic Lovers
FanfictionAiri y Mili, dos chicas normales, se ven metidas, sin saber como, en la RFA (Rika's Fundraising Association), cuyo objetivo es recaudar fondos para obras de caridad.