Advertencias:
Lenguaje maduro, violencia, abuso y demás temas duros de tratar. No intento sensualizar nada, solo mostrar la crudeza de la realidad. Mi intención es escribir una denuncia social y de paso el protagonista tiene diesiseis-diesisiete. Les dejo un enlace externo para que la lean completa. Voy a editar algunas partes para no tener problemas.https://wordpress.com/post/cachorrosyamos.wordpress.com
Por favor, sus comentarios me ayudan a mejorar, no se olviden de dejarlos.Noel despertó de a pocos. Intentó moverse, pero su cuerpo seguía adormecido. No podía ver y descubrió que tenía los ojos cubiertos. Le tomó un tiempo recordar donde se encontraba y el sonido de una voz cercana, confirmó sus temores.
—Toto, sé que estás despierto.—el demente de su amo, le acarició el pecho desnudo y con los dedos subió por su garganta. El sonido metálico de la correa enganchándose a su collar, hizo que el corazón se le acelerara.—Camina.
Un tirón suave para que se dé prisa y a pesar que tenía los ojos abiertos, no conseguía ver a través de la venda pesada. Noel se puso en cuatro patas, lo más pronto que pudo, pero aun sintiéndose adormecido.
Tin Man lo condujo, a quien sabe donde. Con los ojos cubiertos, sólo podía confiar en sus demás sentidos. Sus rodillas desnudas percibieron el frío de losetas, la suavidad de la madera y luego la textura de una alfombra. Cuando se detuvieron, Noel pudo oír el sonido de una puerta abrirse y el murmullo de voces escapando. Dejó que su amo lo guíe por aquel ambiente desconocido, en medio de la bulla y un tenue aroma a licor. Su nariz le indicó además la presencia de cuero, pero sin duda era el calzado de Tin Man. Las voces los recibieron animadas y el cachorro tuvo deseos de salir corriendo.
—Sentado. —ordenó la voz de Tin Man, firme y demandante.
Noel obedeció depositando las caderas sobre el piso alfombrado y sus manos enguantadas, frente a sus rodillas. Al sentarse sobre sus piernas, se le escapó un quejido, que el bozal ahogó. Tenía puesta una cola de perro distinta a la usual, no era de goma, sino que era peluda y al sentir su textura tuvo miedo de que fuera de un perro real.
—¡Toto, saluda! —fue el siguiente comando.
El cachorro levantó ambos brazos y los sostuvo sobre su pecho, como lo haría un perro de verdad. Uno ciego y asustado, cabizbajo y temblando al lado de la pierna de su amo.
—Hasta que por fin nos dejas ver a tu cachorro, Tin Man. Pensé que nos estabas engañando. —bromeó una voz parecida a la de Müller.
Por un momento pensó que podía ser él y sintió más miedo aun. No, no podía ser Müller, imposible. Su amo jamás lo invitaría, no se llevaban bien.
—¿Acaso tengo razones para mentir? —fue la réplica de Tin Man y las risas no se hicieron esperar. — No me gusta alardear, como otros bien saben. A pesar que no me faltan motivos.
—Tin Man tú eres un presumido, entre otras cosas. —Continuó con tono de broma —Ese tu nuevo cachorro, se ve tímido. Pólux le va a quitar la timidez.
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Cachorros y Amos
General Fiction¿Una noche de tantas en las calles de York, un prostituto de diecisiete años, sube al auto de un desconocido. La rutina no es la misma, su cliente no busca tener sexo con él sino que tiene un interés diferente en su cuerpo. Noel vive en condiciones...