Parte 4: Idilio

166 14 3
                                    

4-Idilio

**Sen**

Entrecierro los ojos lentamente dejando que una lágrima escurra desde mi ojo hasta mi mandíbula sin emitir el más mínimo sollozo. Aprieto los labios sintiéndolos resecos y vuelvo a mirar al frente sin posar mi vista en ningún punto fijo.

-¿Sen?- la tela roja del kimono de mi hermano Byakuya cubre todo mi campo de visión cuando se sitúa de pie muy cerca de donde estoy sentado. Me paso una mano por la cara para espabilarme y le miro con un amago de sonrisa.

-¿Qué te ocurre, estás bien?-

-Sí....solo pensaba. Hoy no me he levantado de buen humor-

-No hace falta que vayas al teatro a ensayar más.- alzo la cabeza con curiosidad por sus palabras y mi hermano se sienta a mi lado mirándome fijamente.

-Ya eres un auténtico taikomochi. Tu periodo joven de aprendiz ha expirado, Sen-

-¿significa que no volveré a actuar?-

- Tú ya eres un artista completo. No hace falta que Ayasegawa Asuka te siga dando clases, porque le has superado-

-No creo que a él le guste oír eso-

-Me es igual. Tu última actuación ha causado sensación en toda la capital. Desde hoy vendrán hombres y mujeres a admirarte por tu maestría-

-Como a ti- veo como mi hermano frunce el ceño ligeramente pero no dice nada. No le gusta saber que es el centro de atención de todo aquel que pose sus ojos en él. Jamás llegaré a su nivel, porque él es único. Todos mis hermanos me superan.

-Esta noche celebraremos tu popularidad con un espectáculo. Quiero que te pongas esto- observo como mi hermano saca de bajo su obi, un paquete perfectamente envuelto y pequeño que agarro con cuidado para posarlo sobre mi regazo y abrirlo. Casi jadeo al ver que contiene el collar dorado que mi hermano siempre ha llevado en sus bailes, que antes perteneció a Soujun y mucho antes que a él, a nuestro...padre, Ginrei.

-No puedo aceptarlo, deberías dárselo a Haruka directamente-

-Es un objeto que pasa de hermano a hermano. Mereces tenerlo- intento que no se me nuble la visión con las lágrimas y le hago una estilosa reverencia a mi hermano agachando incluso mi cabeza.

-Gracias...lo usaré en tu honor, nii-sama....- por breves instantes noto un ligero roce de los dedos de mi hermano sobre mi cabello antes de retirarse dejándome de nuevo solo en el porche mirando ese precioso colgante que hasta huele a él. Puede que esta sea la señal que necesito para borrar el pasado, aunque necesite recordarlo detalladamente una vez más....

--Hace diez años—

No puedo ni pensar con claridad al ser elevado una y otra vez por esos fuertes brazos, de músculos tensados, que me abrazan enérgicamente rodeando mi ondeante cadera. Mis gemidos eclipsan el cuarto de la casa de huéspedes donde estamos haciéndolo a escondidas del mundo y puedo oír los gemidos de Zangetsu, tan graves y morbosos como al mismo tiempo tenebrosos, mientras sus ojos oscuros me miran fijamente devorándome.

-Ah!...ah! bésame....Zangetsu....- mi amante ni se lo piensa cuando gruñe de deseo y me agarra por la nuca para darme tal beso con lengua que me roba el aliento y casi la cordura. Sus labios finos pero duros abarcan los míos con posesión, su lengua busca la mía en mi boca jadeante de más amor, más pasión. Dioses...su enorme polla está tan dura y erecta en mi interior que llega a rincones insospechados de mi esfínter, es...algo tan increíble que no podría explicar la sensación de tener a Zangetsu dentro de mí. Ya es la tercera vez que lo hacemos desde que me desvirgó analmente y siento una adicción hacia él que no puedo explicar solo con palabras.

"Kimono abierto"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora