Parte 8: Humillación

221 14 3
                                    

8-Humillación

**Byakuya**

Tiro todos los objetos que encuentro en mi camino en mi propia habitación y jadeo con rabia golpeando una de las paredes con mis puños repetidas veces. Ver a ese mal nacido ha hecho crecer de nuevo mis sentimientos de venganza que prometí hace años que desecharía para seguir viviendo. Recordar sus manos en mi piel, su aliento sobre mis labios, sus gemidos roncos en mi oído...me provocan tantas nauseas como ardores de estómago.

-¡¡Nii-sama!! ¿Pero qué haces??- Sen entra en la habitación intentando calmarme y le empujo apartándole de mí.

-¡¡Fuera de aquí!!! ¡¡Vete!!!-

-Bya-nii....- jadeo ahogadamente viendo los ojos preocupados de Sen al que he empotrado casi contra la pared por mi impulsividad. No puedo mirar su rostro sin que las escenas del pasado crucen esos ojos idénticos a los míos y por lo cual gruño cubriéndome los míos con una mano para no verle.

-Nii-sama, lo siento...me has asustado y...-

-Vete Sen....por favor, sal de mi habitación....- agradezco internamente que Sen me obedezca fielmente y camino hacia atrás para apoyar mi espalda contra la pared dejándome caer hasta el suelo. Una de las lámparas que uso cuando tengo clientes, está caída sobre el tatami, con la vela aún llameante proyectando su brillo en mis furiosos y cansados ojos. Su fuego....ese fuego abrasador...

--Hace diez años—

Me tropiezo torpemente con mis pies descalzos cayendo al suelo bajo el grito desesperado de mi hermano Sen que enseguida aparece a mi espalda para ayudarme a levantar. Cruzo mi mirada con la suya asustada y le asiento con la cabeza débilmente para asegurarle que estoy bien, aunque mi cuerpo esté destrozado tras todo lo que ha sufrido horas atrás. Dioses, me quiero morir...

-¿Puedes continuar o te llevo en brazos?- miro con repulsión al hombre de ojos rojos que nos ha sacado de nuestro dojo a medio destrozar y quemar por los salvajes que me han mancillado. Me arde tanto el esfínter que juraría que me han desgarrado para los restos, pero aún así, tengo el suficiente orgullo quebrado que me hace oponerme a la propuesta hecha de labios sucios de hombres.

-No necesito ayuda de nadie...-escupo cada palabra recalcándolas con fuerza y Coyote Yhwach sonríe socarronamente antes de seguir andando delante de nosotros.

-Nii-sama, necesitas descansar...yo puedo llevarte...- aprieto los dientes al ver como Sen está bajando su mirada hacia los rasgones manchados de sangre de mi kimono y le doy una bofetada para que vuelva a posar su vista en mis ojos.

-No se te ocurra mirarme con lástima ¡¡jamás Sen!!!-

-Lo...siento....- noto como me destroza el corazón ver que intenta reprimir sus lágrimas y cierro los ojos para seguir caminando dándole la espalda. Dioses, no quería pegarle, él no merece esto....tengo miedo por lo que pueda pasarle, sé a dónde nos lleva este hombre y qué quiere de nosotros. Yo no tengo fuerzas para proteger a Sen ahora mismo, por eso estoy aterrorizado como nunca he estado en toda mi vida.

-Adelante preciosos- gruño cuando Yhwach nos llama así y pasamos dentro de un dojo bastante serio y con poco mobiliario. Procuro mantener a Sen detrás de mí a modo de protección y más cuando Yhwach hace llamar a una mujer que debe ser su criada y la cual trae unas toallas y yukatas limpios sobre las manos.

-Os daréis un baño y os quitaréis esa ropa chamuscada y sucia. Byakuya, mi criada atenderá tus heridas, ya que imagino que no me dejarás tocarte personalmente-

Tuerzo el gesto totalmente avergonzado por su ayuda y acepto darme el baño simplemente porque aún puedo oler el desagradable semen que hay cubriendo mi piel. Dejo que Sen se bañe antes para que no me vea y le ordeno que me espere arrodillado tras la puerta mientras yo me restriego todo el cuerpo hasta dejar mi piel en carne viva.

"Kimono abierto"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora