Parte 13: Regreso

143 13 10
                                    

13-Regreso

**Byakuya**

Suelto el libro que tengo entre mis manos al oír gritos en el exterior del dojo. Puedo oler a quemado por el humo que entra por la puerta del jardín y apenas me paro a pensar cuando me levanto de golpe y cierro persianas y puertas quedándome sumido en la profunda oscuridad.

-¿Sen?- de repente oigo unos pasos viniendo por el pasillo y confiado de la presencia de mi hermano, salgo a investigar hasta que unas manos me atrapan por la espalda inmovilizando mis brazos y tobillos haciéndome caer de bruces al suelo.

-¡¡¡Había uno escondido en este ala del dojo!!! ¡¡Es un Kuchiki!!! ¡¡Mirad esta cara tan preciosa!!!-

-¡Soltadme!! ¿Quiénes demonios sois?? ¡¡Dejadme!!!- enmudezco al sentir una daga alrededor de mi cuello y veo unos ojos rojos que me atraviesan al igual que su sonrisa venenosa.

-¡Eh Kariya-san! ¿Qué hacemos con él?-

-¿Qué qué vamos a hacer? Es obvio ¿no? Hemos venido a divertirnos ¿Por qué te escondes, taikomochi? Tienes que trabajar para nosotros-

No sé qué rayos está pasando pero esto no me gusta nada. Forcejeo contra el hombre de pelo blanco y ojos rojos que me tiene bien sujeto pero veo como otros tres hombres aparecen de la nada para sujetarme poniéndome la cara contra el suelo.

-¡No!!! ¡¡No os atreváis!!!- oigo el rasgado de la tela de mi kimono por los bestias que están tirando con sus manos para dejarme medio desnudo y emito un doloroso gemido cuando de repente algo entra en mi cuerpo brutalmente sin dejarme reaccionar o pensar. Es...como si me hubieran empalado con un acero...no puedo...creerlo...

-Ah, que estrecho está. Es tu primera vez ¿verdad? Ah!...eres delicioso, como intentas apretar para expulsarme de tu caliente interior...-

Sigo forcejando pese a que el dolor me tiene dominado y los compinches del de ojos rojos me agarran la cabeza para acallar mis gemidos de dolor metiéndome una asquerosa polla en la boca. Sin pensarlo muerdo con fuerza haciendo gritar al desgraciado que me golpea la cabeza dejándome aturdido contra el suelo.

-Eh! No le dañéis la cara, aún tiene que servir a los demás-

-¡¡Me ha arrancado un pedazo de polla!!! ¡¡Le voy a matar!!!- el de ojos rojos sale de mi interior unos instantes para sacar su katana y atravesar la cabeza de su compañero sin pestañear. Noto como la sangre me salpica en la cara y vuelvo a gemir humillado cuando de nuevo su polla me atraviesa y termina dentro de mí. Cuando se incorpora mis piernas temblorosas pierden fuerza y me quedo espatarrado y respirando agitado ante la vista de los hombres que están entrando haciéndome un círculo. No....no quiero...esto es una pesadilla....

-Vamos muñeca, veamos cuanto aguantas hasta que te rompas- un grito desgarrado sale de mi garganta al sentir como vuelven a desgarrarme brutalmente y el resto empieza a hacer cola esperando su turno. No puedo luchar....no puedo escapar...dioses ¿porqué permitís esto? porqué....

Abro los ojos de par en par levantándome de golpe en mi futón bañado en sudor. Me restriego los ojos varias veces hasta que me aseguro de estar en mi habitación y no sumergido aún en mis pesadillas. Kami... ¿Cuántos años durará esto? noche, tras noche, vuelvo a recuperar cada retazo de ese horror y cada vez de forma más palpable.

Los vítores de júbilo que oigo en el exterior hacen que me levante de mi posición arrodillada en el futón para asomarme a una de las ventanas, aunque apenas tengo tiempo de ver qué ocurre cuando mi padre entra abriendo la puerta corredera de par en par, observándome con ojos tensos.

-Padre ¿pero qué....?-

-Tenemos que salir. Los ronin que se llevaron a tu hermano....han vuelto a la capital-

"Kimono abierto"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora